ANA ROMERO / Madrid
Una de las muertes tuvo lugar el pasado lunes 8 de noviembre durante el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik. La otra, el pasado viernes 12 de noviembre en El Aaiún, fue la del ciudadano saharaui con DNI español llamado Baby Hamadi Buyema. Según fuentes marroquíes, Buyema fue arrollado por un vehículo lleno de activistas saharauis que estaba siendo perseguido por otro coche pilotado por policías marroquíes. Según el CNI, Buyema fue, efectivamente, arrollado. Aunque no está en disposición todavía de confirmar si por el vehículo saharaui o por el marroquí.
La familia de Buyema afirma que éste se dirigía a su trabajo en la empresa Fos Bucraa cuando el autobús en el que viajaba fue detenido por la policía. Los agentes hicieron bajar del vehículo a Buyema y un coche policial le atropelló tres veces en plena calle. La embajada española pidió explicaciones a las autoridades marroquíes sobre las circunstancias de la muerte de este ingeniero eléctrico. La familia interpondrá una querella contra el Gobierno marroquí por delitos de lesa humanidad.
Dos organizaciones saharauis -Sahara Thawra y Resistencia Saharaui- habían ofrecido hasta ahora dos cifras diferentes: la primera de 39 muertos y la segunda de 12. El CNI también coincide con el Gobierno de Rabat al afirmar que hay nueve muertos del lado marroquí. Todos son gendarmes que fueron abatidos a «palos y machetazos». En lo que sí difieren los servicios españoles y las autoridades marroquíes es en el número de detenidos. Según los servicios españoles, son entre 400 y 800. Según Marruecos, apenas sobrepasan el centenar. Tampoco saben muy bien los espías españoles cuántos son los desaparecidos, aunque estiman que muchos de éstos se encuentran entre los detenidos. La de Marruecos es una embajada estratégica para el CNI y una de las que más personal de Inteligencia tiene destacado.
El Gobierno de Marruecos está asegurando al español que no hay más muertos. Hoy, el ministro del Interior, Taib Cherkaoui, se reunirá en Madrid con el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba en una cita que ya estaba prevista antes de que comenzara esta última crisis.
Fuentes gubernamentales aseguran que el encuentro entre ambos ministros se mantiene para dar visos de normalidad a una relación que sigue siendo «fuerte y estable: el terrorismo islámico no deja de amenazarnos porque haya un problema en el Sáhara». Durante la cita de hoy, Rubalcaba volverá a pedir a Cherkaoui -como ya han hecho Trinidad Jiménez y el propio José Luis Rodríguez Zapatero- que la conversación se mantenga entre los Gobiernos de Madrid y Rabat, y que se excluya a la oposición (Mariano Rajoy) y a la prensa.
Según fuentes de La Moncloa, Madrid lleva días intentando convencer a Rabat de la conveniencia de permitir el acceso de todos los periodistas a El Aaiún. «Cuanto más impidan la entrada a la prensa, más estarán dando pie a conjeturas e hipótesis sobre lo que ha ocurrido y lo que está ocurriendo en el Sáhara».
Ya parece que van saliendo más muertos, asiq ue, ya veremos la magnitud de todo esto.
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