FERNANDO LÁZARO / Madrid
Es una de las mujeres que forman parte de la cúpula de la pirámide policial del Departamento dirigido por Alfredo Pérez Rubalcaba. Y ayer tuvo que comparecer ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid como imputada, para responder a las acusaciones que han formulado contra ella algunos subordinados, los familiares de un comisario fallecido y el Sindicato Profesional de Policía (SPP).
Todos ellos aseguran que esta mando policial compareció durante el juicio por el denominado caso Parrilla y mintió. Además, presionó a sus subordinados. El juicio se siguió contra dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía, Antonio Parrilla y Celestino Rivera, a los que, después de una controvertida instrucción del juez Juan del Olmo, se les sentó en el banquillo acusados de revelación de secretos. La principal acusación: haberse tomado un café con un periodista de EL MUNDO. Los agentes permanecieron 20 días en prisión. Al salir, su comisario, Carlos Garrido, recibió dos llamadas de la entonces máxima responsable de Asuntos Internos. Quería que le llevara a estos agentes a su despacho. Ella deseaba manejar la salida de la cárcel, evitar que se produjera una denuncia pública por parte de los policías contra la investigación.
El comisario y la comisaria se dedicaron palabras gruesas. Una de las conversaciones, que se prolongó durante más de 40 minutos, fue escuchada por varios agentes, entre ellos uno de los excarcelados, Antonio Parrilla. La comisaría quería ver a los dos policías. Garrido se negó porque lo consideraba claramente irregular. Las conversaciones fueron tensas, calientes y, desde luego, nada amistosas.
Llegó el juicio y el comisario puso sobre la mesa el grave incidente y la presión que tuvo que soportar por parte de la comisaria, con veladas amenazas de que en cualquier momento podía ser también imputado en la causa. Pero Ana Arias negó la mayor y aseguró que esas conversaciones no se habían producido. En mayo de 2009, la Audiencia Provincial de Madrid dictó sentencia absolutoria para los dos agentes. Los policías acusados de hablar con EL MUNDO fueron absueltos de las acusaciones que contra ellos se lanzaron desde Asuntos Internos y desde el juzgado de la Audiencia Nacional dirigido entonces por Del Olmo. En la sentencia, los magistrados hicieron referencia a las contradicciones entre la comisaria Arias y el comisario Garrido. Dieron verosimilitud por completo a la versión de este último, dejando en muy mal lugar a la mujer que dirigió la actuación del caso Parrilla.
A los pocos días de la sentencia, el comisario Garrido murió de un infarto. Sus familiares y su sindicato decidieron actuar contra la comisaria Arias. Desde el SPP se pidió por escrito al ministro Rubalcaba que apartara de sus responsabilidades a este mando al interpretar que no podía estar ocupando una plaza en la cúpula policial cuando su comportamiento en este caso había sido tan claramente contrario a las actuaciones de un profesional de la Seguridad del Estado.
Ayer tuvo que enfrentarse de nuevo a los agentes y a ese caso que la persigue desde que envió a prisión a ambos policías. Y volvió a negarlo todo. Declaró que en ningún momento habló con el comisario Garrido por el caso Parrilla.
El juez, que tenía esperando a tres testigos que iban a corroborar las llamadas presionantes contra este comisario, decidió, antes de continuar con las pesquisas, visionar el vídeo con las declaraciones que prestaron en su día tanto Arias como el comisario Garrido. Después tomará decisiones, según explicaron fuentes cercanas al caso.
Estos de la kgb son la leche, enguarran a todos y se van de rositas...., valiente poca vergüenza.
ResponderEliminarNo nos merecemos un gobierno que nos mienta (palabras dichas por rubalcaba).