DAVID VIGARIO / Mérida
Una alto cargo envía a la Guardia Civil a buscar a su asistenta
Corresponsal
La delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, utilizó a una patrulla de la Guardia Civil para localizar en la pedanía de Sagrajas, a 15 kilómetros de Badajoz, a su asistenta de hogar. El motivo del desplazamiento de urgencia era que había perdido las llaves de su domicilio en la capital pacense durante el desfile de las Fuerzas Armadas, el pasado domingo, y su empleada era la única que tenía en su poder una copia.
La pareja de agentes tuvo que recorrer buena parte del pueblo porque la delegada no aportó ningún dato sobre la ubicación de la vivienda de su asistenta, que tampoco fue localizada por teléfono, por lo que los guardias se vieron obligados, primero, a preguntar, puerta por puerta, en los domicilios de Sagrajas, de 600 habitantes. Como no la encontraron, se vieron obligados a recurrir a la propia alcaldesa de la localidad, Emilia da Silva, del PP, para dar con ella.
El PP de Extremadura ha pedido la dimisión de Pereira. Ésta compareció ayer ante los medios de comunicación para reconocer lo ocurrido, aunque se justificó argumentando que se encontraba ante una agenda muy cargada de actos oficiales: «Me quedé sin llaves, tras el cóctel ofrecido en Badajoz con motivo de la celebración del Día de las Fuerzas Armadas, y posteriormente me tenía que marchar a Mérida para estar presente en la recepción a los participantes de la cumbre de ministros europeos de Agricultura», relató.
«No tengo que avergonzarme, porque no he utilizado inadecuadamente los servicios de nadie y toda mi trayectoria se ha caracterizado por la austeridad de los servicios públicos», añadió.
No es la primera vez que la delegada del Gobierno en Extremadura se sitúa en el centro de la polémica. La semana pasada defendió al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, tras descubrirse que fue cazado por un radar conduciendo a al menos 170 kilómetros por hora. Pereira dijo que no se trataba del coche del barón socialista, sino el de uno de sus escoltas, aunque horas después el propio Vara reconoció los hechos.
El secretario general del PP de Extremadura, Fernando Manzano, calificó el comportamiento de la primera representante gubernamental en la región de «inaudito» y denunció: «No puede seguir ni un minuto más en el cargo; en esta ocasión, por utilizar a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en beneficio particular, por perder las llaves o por dejárselas en casa».
«Debería dimitir y pedir perdón a la Guardia Civil», añadió Manzano. El político popular recordó que el Ministerio del Interior ordenó recientemente a las patrullas del Instituto Armado que, para reducir gastos por la crisis, redujeran el kilometraje de sus actuaciones. «Y ahora se comprueba que la delegada del Gobierno utiliza los servicios del Estado a su antojo para sus fines propios», indicó.
«Toda mi trayectoria se ha caracterizado por la austeridad de los servicios públicos»
SILVIA MORENO / Sevilla
Orden de desalojo a los vecinos de Zapatero en Doñana
Las tres familias que residen en las viviendas integradas dentro del Palacio de las Marismillas en Doñana, donde pasan vacaciones José Luis Rodríguez Zapatero y su familia, han recibido órdenes para que abandonen las dependencias que ocupan y entreguen las llaves antes de mañana.
El presidente del comité de empresa del Parque Nacional de Doñana, Javier Ortiz, confirmó ayer a este diario que la semana pasada estas familias recibieron la visita de un responsable del organismo autónomo Parques Nacionales, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
En ese encuentro, este jefe de sección, de «manera amenazante», según Ortiz, dio la orden «verbal» a las familias para que desalojaran las viviendas que ocupan dentro del Palacio de las Marismillas para poder realizar unas obras.
El Ministerio de Medio Ambiente ofreció ayer varias versiones sobre este asunto. Un portavoz negó que se haya dado orden de desalojo a estas familias e indicó que las obras se harán en «las cuadras y en los almacenes que se encuentran en el interior del Palacio de las Marismillas».
«En el interior de las cuadras y los establos hay grano de alimentación animal y una oficina, pero ninguna residencia», subrayó el portavoz del Ministerio, quien explicó que «lo único que hay» sobre estas obras es una carta de un jefe de sección al director del Espacio Natural de Doñana, Juan Carlos Rubio, el 26 de mayo.
En ella, se solicita a la dirección de Doñana que «retire todos los materiales y enseres de las cuadras y almacenes, y entregue las llaves de dichas instalaciones». El desalojo obedece, según la carta, a la «necesidad del organismo autónomo Parques Nacionales de realizar obras de remodelación en el Palacio de las Marismillas, con el objeto de satisfacer las nuevas demandas institucionales para las cuales está destinado».
Como las obras «se van a acometer inmediatamente en el Palacio, y ante la imperiosa necesidad de disponer de cuartos de almacén y empezar a redactar los nuevos proyectos de acondicionamiento, se ruega» que las «instalaciones estén disponibles antes del 5 de junio».
Antes de dar esta versión, el portavoz de Medio Ambiente dijo que se iban a hacer «obras de rehabilitación en varias viviendas» y que, «cuando acaben, volverán» los inquilinos. Esta fuente precisó que las familias afincadas en el edificio donde veranea Zapatero no son los propietarios de las dependencias que ocupan ni éstas son su «residencia habitual».
El presidente del comité de empresa del Parque Nacional dijo que la versión del Ministerio sobre las obras en las «cuadras y almacenes» es «mentira» y criticó la actuación sibilina del Gobierno, al no haber enviado nada «por escrito y de manera oficial» a los inquilinos.
Los afectados por el desalojo son tres guardas del parque, sus esposas e hijos. Los tres -los primos Espinar- llevan toda su vida residiendo en las viviendas habilitadas para el personal de servicio dentro del Palacio de las Marismillas, haciendo labores de vigilancia y al cuidado de las instalaciones. Sus esposas trabajan como personal de servicio. Los tres primos, que son agentes de medio ambiente, heredaron de sus padres el uso de estas residencias, que han pasado de generación en generación desde hace unos 160 años, según fuentes cercanas a la familia.
Que se puede esperar de unos valtrapas pijosrojos.
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