lunes, 8 de marzo de 2010

El actual jefe de ETA expulsó a los negociadores de la tregua "por cobardes"



Mikel Kabikoitz Carrera tachó a dirigentes como Thierry de "Maquiavelos' de taberna"

Los últimos golpes asestados a ETA, que han permitido desarticular en parte su cúpula, han dejado a la banda "al borde del abismo", según el último informe de inteligencia de los servicios antiterroristas, al que ha tenido acceso EL PAÍS. La ruptura de la tregua, hace 30 meses, fue muy contestada por destacados miembros de ETA y ha puesto de manifiesto en los últimos tiempos la enorme distancia que separaba a algunos dirigentes de la banda, que llegaron a enfrentarse en una vendetta por el poder de la que sólo sobrevive en libertad el actual jefe etarra, Mikel Kabikoitz Carrera, Ata. El fin del proceso de negociación no fue entendido ni por el colectivo de presos ni por Batasuna, según la información incautada en operaciones policiales o emitida por la organización terrorista. La suma de peleas internas, decisiones erróneas, acoso policial, desorientación de las bases o torpeza han dejado a ETA en una situación de máxima debilidad, pese a que, porque está en su genética, intentará matar hasta el final.

Ultimos jefes de ETA

F. J. López Peña, 'Thierry', Garikoitz Azpiazu, 'Txeroki', Ibon Gogeaskoetxea y Mikel Kabikoitz Carrera, 'Ata'-

Grafico

Las tres 'patas' de la organización terrorista (política, militar y logísitica) han sufrido duros golpes en los últimos años.

    Euskadi Ta Askatasuna

La militancia etarra considera "torpe" al actual jefe, rodeado de inexpertos

ETA se queja de que la 'cantera' está "fumando porros y bebiendo 'txikitos"

"Tras semanas en el monte, los etarras detenidos piden una ducha"

Los presos han empezado a romper su 'contrato psicológico' con ETA

El último dirigente detenido se opuso a la influencia de la 'izquierda abertzale'

"Batasuna no se atreve a romper por miedo a no ser nada sin ETA"

"ETA se desangra y no parece que sea capaz de contener la hemorragia"

"La dirección de la banda muestra su preocupación por carecer de banquillo"

La situación de la banda ha llevado, según el análisis de los servicios de la lucha antiterrorista, a que destacados dirigentes de Batasuna hayan optado por privilegiar la "lucha política" en detrimento de la militar, beneficiándose, según los expertos, de la debilidad actual de ETA. "Sin embargo", señalan, "nadie se atreve a romper; el miedo a los terroristas más violentos puede ser un factor de influencia". Y Ata es precisamente de esos. No obstante, el factor decisivo dentro de la izquierda abertzale para no romper es su temor a que "sin ETA no sean nada"

La banda conserva medios humanos y materiales suficientes para cometer atentados. Lo está intentando y lo va a seguir haciendo. Sin embargo, los últimos golpes policiales han permitido en los dos últimos meses detener a 30 terroristas, entre ellos a algunos destacados dirigentes, en Francia, Portugal y España. "ETA", señala el informe, "se desangra y no parece tener capacidad para taponar la hemorragia. Aunque consiga atentar".

Los servicios de Información han podido determinar, tras los últimos golpes a la cabeza de la banda, que la dirección de ETA que ha fijado la estrategia en los últimos años ha estado compuesta por muy pocos etarras. "En las reuniones de dirección, ZUBA en el argot de ETA, participan siempre menos de 10 terroristas, mayormente unos cinco. Esos cinco son los que deciden sobre la vida y la muerte, arrastran y condenan a muchos más a pasar su vida en la cárcel, y llenan de dolor muchas familias", dice el informe. Desde 2007, la dirección de ETA ha sufrido diversas crisis con un fuerte acoso policial. De la cúpula de entonces sólo queda un dirigente en activo: Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, Ata (pato en euskera), que lleva 13 años en la clandestinidad.

"Durante, y tras la ruptura del alto el fuego, la dirección de ETA estaba compuesta por cinco miembros enfrentados: López Peña y dos de sus acólitos frente a

Txeroki y Carrera Sarobe. ETA vivió entonces su mayor crisis hasta ese momento, ya que el enfrentamiento en el seno de la dirección auguraba una lucha fratricida. Txeroki y Ata acusaban a López Peña y su grupo de incapacidad, bloqueo, falta de transparencia, falta de honradez, ridículo permanente, de Maquiavelos de taberna, faltos de valor, y un largo etcétera", detalla. "El resultado final de la crisis, por votación 'democrática' (3 a 2) se saldó con la expulsión de la organización de Txeroki y Ata", remacha.

No se trataba de que unos estuvieran a favor de la tregua y otros no, sino que era una lucha de poder y de cómo afrontar el proceso, porque los de Txeroki eran partidarios de exigir más rapidez, plazos más cortos y gestos al Gobierno.

Pero, tras ser expulsados los más duros de la dirección de ETA, los vencedores fueron detenidos por la Guardia Civil en Burdeos. López Peña, el también miembro de la dirección y mano derecha del anterior, Igor Suberbiola, y el resto de su grupo terminaron en la cárcel, con lo que se despejó el camino para Txeroki y Ata, que tomaron el poder y colocaron a sus amigos. Fuentes antiterroristas aseguran que los jefes detenidos en Burdeos han sospechado que Txeroki y Ata les traicionaron.

"Una vez con todo el poder en sus manos, Txeroki y Ata tomaron el mando de la banda colocando a gente de su cuerda en las estructuras dirigentes, procediendo a la expulsión de ETA de López Peña, los detenidos junto a él, sus personas allegadas familiarmente, y todo aquel que hubiese estado en su bando", señalan los expertos en la lucha antiterrorista. Las mismas fuentes sostienen que aquella decisión fue considerada por otros miembros de ETA como "una vendetta siciliana".

El gran beneficiado de la crisis entre López Peña y Txeroki durante la tregua fue Ibon Gogeaskoetxea Arronategi. Sus posturas (siempre secundadas por Txeroki y Ata) eran opuestas a López Peña, sin llegar al enfrentamiento directo. Conocía y manejaba todos los resortes de la ETA clandestina por varios motivos: ha estado 13 años en la clandestinidad (bastante más que Txeroki, Jurdan Martitegui, Aitzol Iriondo, todos presos), domina perfectamente el francés y el País Vasco francés, y toda su familia está vinculada a ETA y a la izquierda abertzale (otro hermano sigue huido de la Justicia).

La fijación de Ibon y, de su hermano Eneko, siempre junto a él, ha sido atentar contra la Policía Vasca, obsesión que ha calado en los distintos jefes del aparato militar y se refleja en los encargos criminales a los comandos, señalan los servicios antiterroristas. Gogeaskoetxea siempre se ha opuesto en las reuniones de la dirección de la banda a que la izquierda proetarra pudiera tener influencia en la estrategia de ETA. Durante los últimos tiempos, Gogeaskoetxea ha sido el verdadero jefe en la sombra hasta su detención. La manera de afrontar las relaciones con la izquierda abertzale motivó algunas discusiones dentro de la nueva dirección, a la que se había incorporado Aitor Elizaran como responsable del aparato político. Carrera Sarobe seguía siendo el más intransigente y quien más se oponía a las opiniones del resto, señala el informe. Además, impuso a la izquierda abertzale que ETA seguía siendo la vanguardia del llamado MLNV (Movimiento de Liberación Nacional Vasco).

Las detenciones de Txeroki, Aitor Elizaran y, el último, Gogeaskoetxea, han allanado el camino de Carrera a la jefatura. El único de los últimos jefes de ETA que permanece en activo es considerado por los propios miembros de la banda como un torpe "jefe militar", según los expertos antiterroristas. "Se ha rodeado de terroristas inexpertos en las tareas de organización (lo que justifica su omnipresencia en las mismas). Los comandos que envía al interior son rápidamente detenidos o abandonan rápidamente su infraestructura", señala el informe.

Ata ha trasladado la vida y movimientos de los terroristas de la ciudad al monte, con lo que, según los expertos, ha facilitado que sean detectados por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, tanto en España como en Francia. La Guardia Civil ha cosechado significativos éxitos al detener a terroristas sanguinarios en el monte como Portu y Sarasola (autores del atentado contra la T-4), Gorka Lupiañez y, más recientemente, Ibai Beobide. "En Francia los miembros de ETA pasan más tiempo durmiendo en el monte y escondiendo en zulos sus depósitos de armas y explosivos que haciendo labores propias de su condición. Ello facilita enormemente la tarea de las distintas policías, como lo acreditan las detenciones de miembros de ETA que acudían a los zulos, y la gran cantidad de ellos que han sido localizados tanto por la policía como por la guardia civil", según los expertos antiterroristas. Las nuevas tecnologías (satélites de vigilancia) prestan una ayuda vital. "Asimismo", señala el informe, "la moral de los miembros de ETA que pasan semanas en el monte no es la más acorde para afrontar la lucha. Muchos son los que piden una ducha al ser detenidos, y agradecen (nunca de manera pública) la comodidad de la cárcel".

La repetición de errores es otra constante en Carrera, según los servicios de la lucha antiterrorista: "La reciente detención de Faustino Marcos Álvarez es idéntica a otra, la de Iker Aguirre, que se produjo a principios del 2007, en el mismo lugar, por policía del puesto fronterizo de Portbou". A los dos los cazaron en el que posiblemente sea el tren más vigilado de España. Marcos había pasado 10 días en un monte y su aspecto sucio y olor lo hicieron sospechoso.

De 2007 a 2009, han sido detenidos alrededor de 200 terroristas en España y Francia, mientras que su legendaria capacidad de regeneración ha sido desmentida por los hechos. Un elevado porcentaje de los clandestinos proceden de la kale borroka, los cuales presentan, a decir de terroristas más veteranos, un ínfimo nivel de preparación para la lucha y un pésimo grado de ideologización: "Cantidad no es lo mismo que calidad", concluyen los expertos.

El informe que radiografía la situación de la banda terrorista señala que "la dirección de ETA ha expresado en varias ocasiones su preocupación por carecer de banquillo". "El consumo de drogas y las actitudes de poco compromiso militante se han extendido entre los cachorros de ETA. No se puede contar con la cantera; de ahí que ETA esté recuperando a veteranos terroristas. En uno de los últimos escritos incautados a ETA se lamenta: 'Nuestra juventud está en las herriko tabernas fumando porros y bebiendo txikitos".

"Cada vez son más los miembros de la kale borroka que se ven obligados a huir de la acción de la Justicia, y que no desean integrarse en ETA, alegando motivos de poco peso: no estar capacitado, querer llevar una vida junto a su compañera, situación psicológica...", destaca el informe. Explica que no gustó a las bases de ETA descubrir que a Txeroki se le intervino tras su detención cierta cantidad de hachís. "El ídolo era el primer consumidor de droga. Tampoco gustó que uno de los detenidos por su vinculación con el talde (grupo) Tontor, recientemente desarticulado, fuera un camello", remacha.

El daño infligido a las estructuras directivas en Francia desde la ruptura del alto el fuego permanente ha sido transversal, afectando repetidamente a todos sus aparatos, provocando la detención de los segundos y terceros escalones de mando. Así, la merma en la capacitación operativa ha sido notable y con ella, la capacidad de respuesta de ETA ha sufrido importantes daños, según los servicios de la lucha antiterrorista.

Muchos de los presos de la organización (Erakunde para sus militantes) se han mostrado "alarmados" ante los fallos de seguridad. ETA carece de un sistema de protección fiable frente a los policías. "Las carencias operativas y estructurales han provocado que militantes adscritos a un determinado aparato estén pluriempleados y, además de las suyas, realicen funciones propias de otros departamentos. La pretendida compartimentación es una utopía", señala el informe.

La debilidad de ETA por los últimos golpes policiales se ha manifestado en el descenso del número de actos terroristas y en el menor número de víctimas ocasionadas. Las operaciones policiales han frustrado, en muchos casos, atentados en curso. "Sin embargo", alertan los servicios antiterroristas, "la escasa operatividad de ETA no significa inactividad. De hecho, la mayoría de sus taldes requieren un período de captación, formación y preparación de más de un año, y sin embargo son desarticulados en España antes de que hayan podido cometer su primera ekintza (acción terrorista)". Los éxitos policiales han permitido la detención de los responsables de los tres grandes aparatos de la banda armada, dañando de manera irreparable su capacidad operativa. En el proceso asambleario que ha vivido la banda terrorista entre primeros de 2008 y finales de 2009 (sin encuentros cara a cara sino a través de correos) y del que las fuerzas de seguridad tienen abundante información, se han puesto de manifiesto las discrepancias internas entre los representantes de las estructuras operativas militares, logísticas y políticas de la banda. "ETA estaría atravesando una situación de inseguridad y confusión", según los expertos antiterroristas que han analizado toda la información.

"La culminación del Proceso Asambleario no ha supuesto un cambio en la estrategia y objetivos de ETA, ya que conlleva una reafirmación de, por un lado, las exigencias de autodeterminación y territorialidad para retomar un futuro proceso negociador, y, de otra parte, de la legitimidad de la lucha armada, lo cual debe comportar una reestructuración organizativa si se quiere alcanzar un mínimo de eficacia capaz de condicionar al Estado", señala el informe. "ETA es consciente de que la lucha armada no se ha desarrollado de la forma prevista tras el alto el fuego; no ha podido condicionar ni transformar el entorno político y que, por lo tanto, tiene que operar una reestructuración profunda basada en la seguridad para los departamentos y los responsables y la capacitación de sus activistas. Pero, a la vista de los acontecimientos, está muy lejos de conseguirlo. Es el quiero y no puedo. Sin embargo, los plazos para ETA no existen ni condicionan su actividad. Los terroristas que dirigen y componen las estructuras de retaguardia, los que viven y se mueven por Francia, no se plantean escenarios políticos; sólo hacen su trabajo de terrorista, con una meta lejana y utópica, hasta que son detenidos".

El acoso policial y judicial en el plano internacional también contribuye, según los expertos, a la debilidad de ETA. En los últimos tres años, 66 miembros de la banda han sido entregados a España en virtud de la cooperación internacional (desde Francia, Reino Unido, Canadá y México). "La búsqueda de la banda terrorista de nuevos escenarios donde asentar sus bases logísticas y operativas se ha visto frustrada con las recientes operaciones policiales desarrollada en Gerona y Portugal. Esta última permitió malograr el intento de ETA de instalar una retaguardia segura en este país, consecuencia de la presión a la que estaba siendo sometida al norte de los Pirineos. Las fuerzas policiales ya conocen los nuevos planes de ETA. La sorpresa apenas existe", destaca el informe.

En la actualidad, y como ha sido habitual en la última década, la principal fuente de financiación de ETA proviene del impuesto revolucionario, cuya exigencia y cobro son gestionados por Gora Euskal Zerga Iraultzailea (GEZI). A pesar de las muchas dificultades para el cobro, las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado no han detectado que la disminución de los ingresos sea un obstáculo para su actividad operativa. Es una estructura llevada por "los viejos", según las fuentes, que ni hacen alardes ni movimientos sospechosos, lo que les ha asegurado una larga supervivencia.

Los presos han empezado a romper su "contrato psicológico" con la banda, según explica el informe: "Los más de setecientos presos de ETA esperaban mejorar su situación con el proceso de negociación y tras la ruptura del alto el fuego sus expectativas se vinieron abajo. A partir de ahí las acusaciones a la dirección de la banda por parte de familiares y presos arreciaron, y algunos presos han empezado a desengancharse. La banda armada es egoísta, no les entiende, juega con ellos, les utiliza y coacciona y amenaza a los familiares".

Las quejas, según los expertos que analizan toda la información lograda en las distintas operaciones policiales, han ido creciendo: mala asistencia y preparación de los abogados de ETA, escasez de dinero y atenciones. Sobre todo, los presos se sienten olvidados, apartados en la toma de decisiones de la banda sobre la estrategia a seguir. "Los abogados han dejado de ser defensores con el derecho como herramienta, para ejercer de 'comisarios políticos' de ETA; los últimos que transmiten las directrices de ETA y que velan por su cumplimiento. De hecho, ETA no puede contabilizar como un éxito las movilizaciones que ha programado para las cárceles. El seguimiento por parte de los presos de las instrucciones de ETA ha sido un fracaso", afirman los redactores del informe.

LOS ÚLTIMOS JEFES DE LA BANDA

F. J. López Peña, 'Thierry'

Dirigente etarra desde 2004 hasta su arresto, en mayo de 2008. Tiene 50 años. Consagró el fin de la tregua en 2006. Enfrentado a Txeroki y Ata, que le consideraban "un Maquiavelo de taberna".

Garikoitz Azpiazu, 'Txeroki'

Tiene 36 años. Fue uno de los jefes más sanguinarios de ETA hasta su detención en Francia, en noviembre de 2008. Se le atribuye la ruptura de la tregua. Enfrentado a Thierry, que le expulsó de la banda.

Ibon Gogeaskoetxea

El gran beneficiado de las crisis entre Thierry y Txeroki. El último jefe detenido de la banda, el pasado febrero. Tiene 55 años. En 1997 intentó matar al Rey en la inauguración del Guggenheim.

Mikel Kabikoitz Carrera, 'Ata'

Actual jefe de ETA, de 36 años. Implicado en cinco asesinatos. Lleva 13 años en la clandestinidad. Fue expulsado de la banda junto a Txeroki por el sector de Thierry, hasta que éste fue detenido.

1 comentario:

  1. Posiblemente sea asi, pero no hay que bajar la guardia, hasta que no quede ninguno libre.

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