sábado, 12 de diciembre de 2009

UNA BOMBA DE RELOJERÍA PARA ZAPATERO


UNA BOMBA DE RELOJERÍA PARA ZAPATERO

LA FIRME determinación de Aminatu Haidar a seguir su huelga de hambre hasta morir si es preciso y la negativa tajante de Marruecos a admitir su regreso se han convertido en una bomba de relojería para el Gobierno de Zapatero, al que la crisis se le ha escapado de las manos.

La prueba del desconcierto del Ejecutivo es que ayer 200 intelectuales y artistas, casi todos representativos de la izquierda más adicta a Zapatero, avalaron un comunicado en el que se pide al Rey que intervenga ante Mohamed VI para que Rabat acepte la vuelta de Haidar al Sáhara Occidental, dando por hecho que el Gobierno es incapaz de lograrlo.

Ya lo había intentado la semana pasada Cayo Lara, líder de IU, que reveló que la Casa Real le ha contestado en una carta que el Gobierno no considera oportuno por el momento que Don Juan Carlos medie para solucionar el conflicto.

Llama poderosamente la atención una respuesta tan explícita de la Casa Real, que puede ser interpretada como que el monarca se quiere desmarcar de la mala gestión del Gobierno en este asunto. En cualquier caso, según establece la Constitución, el Rey no puede ni debe intervenir sin el consentimiento expreso del Ejecutivo.

Por su parte, Haidar -que lleva ya 25 días en huelga de hambre- compareció ante los medios en el aeropuerto de Lanzarote para dejar claro que no abandonará su actitud hasta que Marruecos no la deje volver a su casa. «La carta de mis hijos me ha empujado a ser más dura que antes. Deseo abrazarles, pero con dignidad», afirmó.

Haidar volvió a insistir en que Marruecos y España han vulnerado sus derechos, desmontando las cínicas tesis de la propaganda marroquí, que recuerdan la hipocresía del franquismo cuando pretendía convertir a las víctimas del régimen en conspiradores sin escrúpulos.

El discurso oficial de Marruecos no se sostiene porque resulta inconcebible, además de violar el derecho internacional, que Haidar no pueda volver al país que ejerce la soberanía sobre el Sáhara, sean cuales sean sus ideas, por el mero pecado de haber afirmado su identidad en un impreso.

Pero el Gobierno español sale también muy mal parado por su debilidad frente a Rabat, que le ha llevado a cometer dos gravísimas chapuzas, de las cuales el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, es el principal responsable.

La primera fue aceptar la entrada en España de Haidar tras su expulsión, ya que carecía de pasaporte, requisito legal imprescindible para que una ciudadana de nacionalidad marroquí entre en nuestro país. Sin la intervención del Ministerio de Asuntos Exteriores, ni hubiera podido embarcar en el avión ni las autoridades aduaneras habrían aceptado que traspasara la frontera.

El segundo error fue intentar repatriarla el pasado viernes sin una autorización del Gobierno marroquí, que, cuando se enteró de que viajaba Haidar, prohibió el aterrizaje del aparato, poniendo en evidencia la precipitación de Moratinos.

Conforme pasan los días, la saharaui va ganando apoyos en la opinión pública de nuestro país. Es un fenómeno que empieza a alcanzar ya la intensidad de un clamor que exige que el Gobierno solucione este asunto no obligando por orden judicial a ingerir alimentos a esta mujer sino forzando a Marruecos a cambiar de posición.

Da la impresión de que Zapatero no es consciente de lo mucho que se juega en este envite, en el que sus propios votantes y simpatizantes son los que más le presionan para que Haidar pueda volver libremente a su tierra. Si este asunto acaba mal, el presidente del Gobierno podría sufrir el mayor descrédito de su carrera política.

1 comentario:

  1. Y se lo merecerá, por prepotente y tonto, ya que no hace caso a nadie.

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