jueves, 17 de diciembre de 2009
Las nueces que pretende Zeta
LA TRASTIENDA
ISABEL SAN SEBASTIÁN
Las nueces que pretende Zeta
ISABEL SAN SEBASTIÁN
«UNOS sacuden el árbol y otros recogen las nueces». Esta feliz metáfora, empleada en su día por Arzalluz para definir la relación de mutua asistencia establecida entre el ETA y el PNV, retrata a la perfección el tipo de asociación que vincula a Zapatero con sus hooligans de la comunicación y el espectáculo. Con esa vanguardia armada de dialéctica de combate cuya misión consiste en difundir odio y miedo a partes iguales, con el fin de liquidar cualquier oposición pública al modo de gobernar de quien les protege.
No digo que asalten el árbol de la convivencia empleando Goma 2 o tiros en la nuca, por supuesto. Ellos llevan a cabo la demolición del adversario de un modo físicamente incruento (hasta que llega un exaltado como el que ha agredido a Hermann Tertsch), en ocasiones recurriendo al matonismo verbal de tertulia que practican sus expertos en la descalificación del contrario, pero casi siempre disfrazando los embates de buen rollito, con la coartada del «arte» o de un humor calibre 9 milímetros Parabellum.
Es la especialidad en la que se ha doctorado un tal Monzón, más conocido como Wyoming, que no sólo se gana así el amor declarado del presidente, sino que incrementa sus pobres índices de audiencia. De ahí que a su jefe, García Ferreras, le parezca que se queda corto con la munición. ¡Más madera! A mayor crispación, más espectadores y mejores servicios prestados al repartidor de licencias. El objetivo es incendiar la red, enardecer a las masas, atraer a todos los desesperados en busca de alguien en quien descargar su ira, y conseguir votos radicales para ZP, que anda muy necesitado según dicen las encuestas.
Perdido el centro político, desmovilizado el electorado tradicional de izquierdas que ve cómo la gestión de este Gobierno nos empobrece día a día, no les queda más remedio a los propagandistas del PSOE que pescar en los caladeros de IU, ERC y, en general, de todos los grupos presuntamente antifascistas que siguen, en su actuación, el manual del más puro nazi-fascismo estalinista. No en vano, su insulto favorito es «facha». Saben mejor que nadie de lo que hablan. A falta de fuerza en las razones, justifican la razón de la fuerza achacando a la víctima el papel de verdugo de sí mismo: «Tú te lo has buscado, amigo, si no pensaras como piensas o no te atrevieras a decirlo…».
Rebaten los argumentos que les disgustan con ataques a quién los esgrime, sin reparar en gastos: manipulación, mentira, calumnia, injuria, todo vale. Sacuden con furia el árbol cuyas nueces pretende Zeta. Son tan eficaces como despiadados, aunque tampoco ellos van a callarnos.
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Cuanta razón tienes Isabel, pero da igual, estamos inmersos en toda la mierda de estos politicuchos, que nada va a variar, solo saben meter mano a la caja.
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