Son veteranos, de mayoría ambiguamente 'posibilista', reflejo de diferentes tendencias
Los seis nuevos portavoces del denominado colectivo de presos de ETA (EPPK) se han ofrecido a los gobiernos español y francés para «hablar» siguiendo la línea adoptada por la dirección de la banda terrorista tras el anuncio del «cese definitivo» de su actividad. Se trata de Mikel Albizu, Antza; Soledad Iparaguirre, Anboto; Jon Olarra Guridi; Xabier Alegria; Lorentxa Guimon, y Anabel Egues.
En una entrevista concedida a los diarios Gara y Berria, emplazan a los dirigentes de ambos ejecutivos «a que actúen con seriedad, a que tomen contacto con nosotros». «Respetando nuestros derechos democráticos básicos, nos tienen listos para hablar y para dar pasos; tenemos el mandato del EPPK».
Los nuevos portavoces de los reclusos etarras reconocen que, a pesar de que han tenido «la mano tendida», no han establecido hasta el momento ningún tipo de contacto con el Gobierno, que ha «rechazado» su ofrecimiento. Los etarras consideran que dar muestras de buena voluntad es aceptar los beneficios penitenciarios ofrecidos por la legislación y que hasta el momento habían sido prohibidos por la dirección de ETA, cuya obsesión siempre ha sido mantener la cohesión interna del colectivo.
El Ministerio del Interior restó importancia ayer a los nombramientos, aseguró que, a sus efectos, los portavoces «son sólo unos presos más» e insistió en que, «mientras ETA no se disuelva, no hay nada de lo que hablar». Respecto a las decisiones relativas a los reclusos, este Departamento reitera que sólo se tomarán decisiones individuales.
La tendencia de los elegidos dentro de ETA es motivo de análisis, porque se supone que puede ser indicativa del posicionamiento de un colectivo que supera el número de 700 y que, en realidad, sextuplica a los que todavía se encuentran en libertad. Las fuentes consultadas indican que los presos han elegido a terroristas representativos de los diferentes posicionamientos que se mantienen en las prisiones respecto a la decisión adoptada por ETA y por la izquierda abertzale. Jon Olarra y Lorentxa Guimon representarían al sector sin duda posibilista, el que desde un primer momento consideró que la estrategia de los atentados estaba resultando inútil para sus propósitos y estaba ahogando las posibilidades políticas de la izquierda abertzale. Las fuentes consultadas sostienen que ésos son sus posicionamientos a pesar del historial extremadamente sangriento de Olarra Guridi y de que está preso en uno de los centros más alejados del País Vasco, un hecho indicativo de que la Administración lo considera un recluso con posiciones más intransigentes. El nombramiento de Guimon tiene que ver con su nacionalidad francesa. Es la cuota destinada a hacer visible el concepto territorial de ETA.
El caso de Albizu e Iparaguirre, así como el de Xabier Alegria, es distinto. No llegaron a la misma conclusión por convicción, sino porque fue la salida adoptada. Ellos, con más facilidad que Anboto. Se supone que defenderán que la decisión de cese definitivo no tiene marcha atrás.
Resulta significativo que, en la operación en la que fueron arrestados Antza y Anboto, los agentes encontrasen un plan diseñado por el entonces jefe del aparato político en el que pronosticaba que en 2012 la izquierda aberztale se configuraría como la segunda o incluso primera fuerza política en el País Vasco sin que se hubiese cumplido la condición previa de que ETA se disolviera.
Sobre la que no hay duda es Egues. Algunas frases suyas: «La rendición por la rendición va a ser que no»; «Batasuna está dispuesta a comprometerse con tal de estar en las instituciones»; «El Estado español está actuando con soberbia y donde no hay respeto no hay final»; «Las armas sí tienen sentido. Su utilidad depende de si sirven o no sirven a los planteamientos estratégicos de cada momento, del mismo modo que el Estado mantiene al Ejército como garante constitucional».
«Respetando nuestros derechos democráticos básicos, nos tienen listos para hablar y para dar pasos; tenemos el mandato del EPPK».
ResponderEliminarIros a cagar a la ría, los mismos derechos que habéis utilizado con las armas en los asesinados, esos son vuestros derechos.