Alarte, líder del PSPV, encabezó en Valencia la manifestación a la que se sumaron sus diputados nacionales y autonómicos
Los socialistas no sólo llevaron ayer al Parlamento la reforma laboral, la carga policial contra los estudiantes en Valencia y el clima social de conflictividad que se estaría creando, sino que luego hicieron acto de presencia en las diversas manifestaciones convocadas. El líder del PSPV, Jorge Alarte, encabezó en la capital valenciana las movilizaciones, a las que se sumaron sus diputados nacionales y autonómicos.
Una ofensiva en toda regla que el PSOE ya no circunscribe al Congreso.
Y es que el PSOE convirtió ayer la sesión de control al Gobierno en una permanente denuncia de los incidentes acontecidos en Valencia entre la Policía y los estudiantes, aprovechando casi cada pregunta para sacar este tema.
Lo hizo la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, con una frase que tuvo mucho eco: «No son los enemigos los que están en la calle, son nuestros hijos», afirmó.
El asunto se calentó aún más cuando el ministro de Educación, José Ignacio Wert, irritó a los diputados del PSOE al decir que este partido ha apoyado «la protesta violenta» en las manifestaciones de estudiantes en Valencia.
La diputada socialista Leire Pajín le había preguntado sobre las becas, pero la ex ministra aprovechó para referirse a la polémica carga policial contra los manifestantes en Valencia. «Ustedes [el PP] vuelven al Gobierno, merman los derechos de la educación y, cuando los jóvenes protestan, hay una represión brutal de la Policía», afirmó.
«Y lo peor es que el ministro del Interior busca excusas, el de Justicia lo justifica y usted mira hacia otro lado», añadió.
«No es que yo mire para otro lado», respondió el ministro. «Es que, mire a donde mire, lo único que a mí me causa sorpresa es cómo ustedes se ponen de parte del lado de la protesta; y no de la protesta en general, sino de la protesta violenta, de la protesta que infringe las leyes».
Al escuchar esa acusación estalló el guirigay: los diputados del PP aplaudieron y los del PSOE protestaron a gritos.
Minutos más tarde, fue el diputado socialista Felipe Sicilia quien pedía al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, que defienda en Bruselas la agricultura española con «la misma beligerancia» y «la misma fuerza, pero no la misma agresividad» que la utilizada en Valencia.
La también socialista Pilar Lucio aprovechó su pregunta para decir a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, que quienes se manifiestan quieren «que se escuche su voz, no quieren represiones como la que ha habido en Valencia».
La ofensiva socialista no se quedó ahí. Por la tarde, en la Comisión de Interior del Congreso, la diputada Pilar Grande ironizó sobre el asunto ofreciendo a los del PP un tranquilizante, «diazepam, para que lo compartan con la delegada del Gobierno en Valencia».
En el Senado, el socialista Enrique Cascallana dijo que en Valencia no se han producido «hechos vandálicos», sino «simples estudiantes manifestándose, una protesta cívica importante».
Y en el Parlamento Europeo, la socialista Josefa Andrés pidió que la Comisión Europea abra una investigación sobre «la represión» y «la brutalidad» que, en su opinión, empleó la Policía, para que se depuren responsabilidades, según informa Efe.
La ofensiva del PSOE se completó con Rodríguez compareciendo en conferencia de prensa, tras el Pleno, para contestar las acusaciones del ministro de Cultura. Sólo dos horas después hizo lo mismo la vicesecretaria general del partido, Elena Valenciano. Ambas, por duplicado, exigieron a Wert que se retracte de sus palabras.
Soraya Rodríguez reclamó una disculpa urgente y, en caso de que no lo haga, apeló a Mariano Rajoy para que desautorice públicamente las declaraciones del ministro.
«El PSOE no instiga ni acompaña actos violentos, pero defiende el derecho de los estudiantes a manifestarse en contra de estos insoportables recortes en la educación», afirmó la número dos del PSOE, Elena Valenciano.
A esto se une que los socialistas han presentado una batería de preguntas sobre los hechos acontecidos en Valencia y han pedido la comparecencia de los máximos responsables de Interior en las comisiones correspondientes.
>Vea hoy en EL MUNDO en Orbyt el análisis de Manuel Sánchez.
Estudiantes delante, políticos detrás
Miles de personas marchan en Valencia sin incidentes, con los detenidos ya en casa
Al frente de todos ellos, el secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, al que acompañaban diputados de su grupo en el Congreso. Carmen Montón, Herick Campos, Gabriel Echávarri, Federico Buyolo, Susana Ros y Ximo Puig salían así por primera vez a la calle desde que el PP llegó al poder. No faltaron tampoco el portavoz de Compromís, Enric Morera, o la coordinadora general de Esquerra Unida, Marga Sanz.
Lo cierto es que la de ayer era la primera protesta cuya convocatoria no venía directamente de las asociaciones de estudiantes, sino de partidos políticos y sindicatos, que recogían así el testigo de los alumnos de Secundaria y los universitarios, movilizados a través de las redes sociales. En cualquier caso, el protagonismo en la cabeza de la marcha, que discurrió sin incidentes ante la inacción de la Policía Nacional y los antidisturbios, fue toda para los estudiantes, tras una pancarta en la que se leía «somos el pueblo, no el enemigo».
De nuevo, la consigna más coreada fue la de «delegada, dimisión», en referencia a Paula Sánchez de León, cuya cabeza se lleva pidiendo desde el comienzo de las detenciones de jóvenes (42 hasta el lunes, aunque todos libres ya), junto con la de Antonio Moreno, jefe superior de Policía de la Comunidad Valenciana. Las «actuaciones fascistas y abusos policiales», según calificaron ayer los alumnos, han acabado en 38.000 quejas presentadas al Defensor del Pueblo valenciano.
«Ahora, la libertad también hay que conquistarla», afirmó Ordóñez ante los aplausos de todos los asistentes, una parte de los cuales se encaraba a los agentes de Policía que custodiaban la sede de la Delegación. El portavoz de la Federación Valenciana de Estudiantes advirtió de que la lucha «será larga porque quieren acabar con la educación pública e implantar el copago».
Las reivindicaciones de los alumnos son muchas, pero sobre todo ayer insistían en que no estaban manipulados por nadie. «Es nuestro derecho a la libertad de expresión», decía Adrián, estudiante de 2º de ESO. Su compañera Alba denunciaba que en el instituto público son los propios alumnos los que deben pagar las fotocopias o el papel higiénico.
Mientras tanto, en Madrid, asociaciones nacionales de estudiantes, y de padres y directores de escuelas públicas condenaron la actuación policial en Valencia y pidieron la dimisión de los responsables. El Sindicato de Estudiantes y la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae) llamaron a hacer un paro de cinco minutos el próximo lunes 27 en todos los institutos de España. María José Navarro, de la FAPA de Valencia, recordó el origen de las protestas en el Luis Vives: que la ausencia de calefacción hacía a los alumnos ir con mantas a clase. «Pedimos unos mínimos básicos para poder funcionar», señaló.
Sin embargo, desde Concapa, que aglutina a los padres católicos, se pidió al alumnado que no se deje usar por «intereses partidistas». Es el discurso que defiende el PP valenciano, que también niega los recortes en educación.
En la misma línea se pronunció también el Sindicato Profesional de Policía, que habló de una «instrumentalización» de las protestas estudiantiles, y apuntó que sólo uno de los detenidos es alumno del centro y que la mayor parte de los arrestados «pertenecen a colectivos como los okupas, red skins, sharps y colectivos independentistas de izquierdas».
No creo que haga falta decir nada más, blanco (no el campeón) y en botella..., es lo que mejor sabe hacer estos que dicen ser socialistas, que no lo son.
ResponderEliminar