Además, aseguró que las movilizaciones contra los recortes en educación continuarán hasta que les «hagan caso». «Vamos a continuar quemando las calles de Valencia», proclamó.
En sus declaraciones señaló que se habían registrado 19 detenciones y cinco personas heridas. Sin embargo, la Policía confirmó 25 arrestos (cinco de ellos de menores de edad), y los servicios sanitarios atendieron a 13 personas. De madrugada, fuentes policiales confirmaron que los cinco menores detenidos ya habían sido puestos en libertad.
Ordóñez, que fue detenido el pasado jueves en la segunda jornada de altercados con la Policía, denunció que «están llenando las cárceles de estudiantes» y aseguró que únicamente se retirarán «de las calles y de la jornada de lucha de hoy» si se produce esa liberación sin cargos de los detenidos. En cualquier caso, durante la tarde tenían previsto celebrar una asamblea para decidir si continuaban con las protestas de la jornada de ayer.
«Mañana tened por seguro que vamos a continuar quemando las calles de Valencia», dijo. Al respecto, comentó que «decidieron llamar a la Delegación de Gobierno» para trasladarles esas demandas, aunque saben «que la respuesta es no». «Vamos a conseguir que los recortes sean paralizados y que el dinero vuelva a la educación pública, quitando de la concertada», culminó.
Escalada violenta en Valencia entre policías y manifestantes
Tiros al aire, cargas con dureza, lanzamiento de botellas, cortes de tráfico y 25 detenidos / El líder estudiantil amenazacon «quemar la calle» y el jefe superior les tilda de «enemigos»
Ayer, en una nueva manifestación de alumnos, los antidisturbios de la Policía Nacional se emplearon a fondo. Los agentes practicaron 25 detenciones (cinco de menores) y el enfrentamiento continuaba activo por la noche. Los adolescentes se servían de cualquier soporte (Twitter, SMS oTuenti) para trazar rutas de escape y agruparse en puntos de acceso. «Esto parece una guerra. Hay que buscar rutas alternativas para agruparnos y poder volver al instituto», se oía durante las protestas.
Horas antes, sin embargo, la delegada del Gobierno en la Comunidad, Paula Sánchez de León, había hecho hincapié en que no había orden alguna de atajar las protestas y que se había actuado proporcionadamente para hacer cumplir la ley.
Entrada la tarde, y después de numerosas cargas policiales contra los estudiantes, los términos para hacer referencia a la situación habían cambiado considerablemente. La delegada del Gobierno había convocado a los medios para dar explicaciones sobre lo sucedido, pero finalmente ni tan siquiera quiso pronunciarse. Fue el jefe superior de Policía de la Comunidad, Antonio Moreno, quien asumió la responsabilidad de justificar los hechos y habló de la «respuesta de los agentes ante agresiones de los participantes en la marcha».
El responsable del Cuerpo Nacional de Policía se refirió a los manifestantes como «el enemigo» y se negó a desvelar cuántos agentes habían participado en el dispositivo para «no revelar nuestras fuerzas y puntos débiles».
Para valorar la actuación de los agentes, insistió en los términos bélicos: «Sólo utilizamos la fuerza cuando somos atacados. Los agentes han respondido a las agresiones de infiltrados entre los estudiantes. En los días anteriores no se produjeron cargas, pero hoy ha habido un plus de agresividad que ha tenido una respuesta proporcionada y mesurada», dijo. También deslizó la idea de que los menores estaban siendo instrumentalizados por «alguien que tiene interés en que el conflicto continúe», y apuntó que los agentes habían soportado «carros y carretas» antes de actuar: «Han dialogado lo posible».
La marcha, pese a todo, había comenzado de forma pacífica. Algo más de medio millar de estudiantes se concentraba a las puertas del instituto pasadas las 14.30 en protesta por las detenciones de días anteriores. No fue hasta que los manifestantes cortaron una de las vías principales del centro de la ciudad, la calle Xàtiva, cuando se dieron los primeros episodios de violencia. Los antidisturbios trataron entonces de controlar al grupo para evitar nuevos cortes viales. Más de 15 furgones de la Policía rodeaban a los alumnos con la intención de evitar su progreso, colapsando el tráfico en el centro.
Los ánimos se encendieron y algunos de los presentes en la marcha lanzaron objetos contra los agentes desplegados. A partir de aquí, la situación se descontroló completamente. Cada detención era un reclamo para que más y más gente se sumara a la movilización e increpara al cerca de medio centenar de policías que participaba en el dispositivo. «Cuanto más nos persigan más se van a unir. Esto no ha acabado. Ellos son los responsables de lo que está pasando», explicaban algunos manifestantes durante las protestas. Otros, en cambio, señalaban a los infiltrados que provocaban a la Policía: «Hay gente que no es del instituto que lanza objetos y está devaluando nuestras quejas».
El grupo no era uniforme y cada vez que la Policía ejecutaba una carga se dispersaba para volver a irrumpir en otro punto pocos minutos después. En el enfrentamiento, una mujer de 52 años resultó herida como consecuencia del impacto de una botella. Moreno informó, además, de cuatro agentes heridos leves.
Por la noche, los enfrentamientos se habían extendido por toda la ciudad y se produjo un nuevo corte de tráfico en la avenida de Blasco Ibáñez. Llegó entonces la «agresión» a algunos políticos que habían acudido para mostrar su respaldo. Uno de ellos fue Joan Baldoví, diputado de Compromís. Los agentes incluso dispararon al aire para dispersar a alguno de los grupos que se movía en el entorno de la plaza del Ayuntamiento mientras un helicóptero se unía al dispositivo. A medianoche, se habían registrado 13 heridos, 11 de ellos agentes, varios contenedores habían sido quemados por la zona centro, y los cinco menores detenidos fueron puestos en libertad.
Bueno, parece que las revueltas que los pijos rojos deberían de haber hecho con zapatero, las hacen con el gobierno salido de las urnas. Esa es la forma "democrática" de decir no al mismo. Pues ya saben lo que hay, la próxima vez que atinen y voten a otro que les consienta lo que ellos quieran.
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