Usabiaga y él han dicho a sus allegados que consideran determinante el apoyo socialista y del 'lehendakari' López
Los dirigentes abertzales Arnaldo Otegi y Rafael Díez Usabiaga están convencidos de que el Gobierno del PP acabará cediendo a la presión de las campañas a favor de los presos. Consideran que será determinante la posición adoptada en este sentido por el PSE y por las declaraciones del lehendakari.
Los socialistas vascos y Patxi López llevan casi desde las pasadas elecciones generales apostando por que el Ejecutivo de Rajoy consolide la situación creada por el «cese definitivo de las acciones armadas» anunciado por ETA, modificando la política de dispersión e iniciando el acercamiento de los reclusos de la banda a las cárceles vascas, y así lo han manifestado.
Las declaraciones de los socialistas vascos y su posicionamiento han coincidido en el tiempo con la campaña emprendida por la izquierda abertzale, uno de cuyos puntos más importantes fue la manifestación organizada el pasado 7 de enero.
El entorno de Rafa Díez y Arnaldo Otegi -que fueron condenados a mediados de septiembre a 10 años de prisión por su participación en el proceso Bateragune- se ha hecho eco de sus cálculos políticos y sostiene que los dos dirigentes asumen que el PP, en un primer momento, intentará bloquear el proceso -con la ayuda del sector del PNV al que no interesa el independentismo-, pero que este bloqueo se verá superado por motivos de táctica política.
Según los cálculos de los radicales, el Gobierno se mostrará inicialmente reticente porque sabe que, una vez que dé pasos en el asunto de los presos, la izquierda abertzale invitará al resto de los partidos a entrar en una discusión política sobre el marco jurídico y ése es un punto en el que el Ejecutivo se sabe en desventaja.
Los dirigentes batasunos reconocen que públicamente le van a tender la mano a Mariano Rajoy, pero que van a presionar con campañas de desobediencia civil.
El presidente, siempre según la izquierda abertzale, cambiará de posición, en cualquier caso, por distintos motivos. En primer lugar, por la postura de los socialistas. En segundo lugar, porque las próximas elecciones son las autonómicas vascas y los populares del País Vasco están empezando a sentirse muy «incómodos» ante una sociedad que está resultando muy receptiva a los pasos dados por ETA y por la izquierda abertzale. Y en tercer lugar, porque, según piensan, el PP es consciente de que en la medida en la que no introduzca cambios y no intervenga en el proceso, Amaiur va a adoptar la actitud de víctima del Estado y esta situación puede acabar encumbrando a este partido.
Otegi y Usabiaga creen que los populares van a ir «dosificando» los pasos en los próximos cuatro años. A su parecer, el intento de resolver la situación económica va a ser su inquietud principal, pero van a necesitar ir modelando a la opinión pública del Estado para que los populares vascos no sufran un descalabro en los próximos comicios autonómicos y van a realizar una política de «gestión por la paz».
Por ese motivo, calculan que van a ir resolviendo el asunto de los presos, la legalización de Sortu y su propia situación personal, la de ellos dos.
De hecho, Otegi y Usabiaga, creen que su comportamiento de los últimos años a favor de «parar», merece su salida de prisión y se muestran optimistas al respecto. Están convencidos de que el Tribunal Supremo resolverá el recurso sobre su situación de prisión en tres o cuatro meses. Sus abogados les han hecho llegar su sorpresa por lo rápidas que estaban haciéndose las gestiones en el Alto Tribunal y su confianza en que su decisión, dada la coyuntura, les será favorable.
Los dos dirigentes de la izquierda abertzale están en prisión por haber intentado poner en marcha, por enésima vez, una formación continuadora de la ilegalizada Batasuna por orden de ETA, según la sentencia de la Audiencia Nacional. Pero ambos se consideran los artífices de la situación de «paz» a la que se ha llegado, piensan que los jueces de la Audiencia no calcularon bien, que se les fue la mano, y que ellos dos han de ser recompensados por su labor; también, que su situación carecerá todavía más de sentido cuando empiecen a adoptarse decisiones sobre el resto de los reclusos de la organización.
Asimismo, son optimistas respecto a los resultados que van a obtener en adelante. Al margen de las bromas de su entorno sobre la posibilidad de Otegi de ser elegido lehendakari, el ex portavoz de Batasuna hizo llegar a los suyos un análisis político tras los últimos comicios en el que les participaba que, dados los resultados, pueden empezar a aspirar «a todo».
Usabiaga y él consideran que las manifestaciones de Rajoy pidiendo otro gesto, como el reconocimiento de las víctimas y del sufrimiento provocado, son una excusa, una manía para no dar los pasos adecuados; una estrategia que se verá diluida por el movimiento social, por la presión a la que van a estar sometidos los populares en el País Vasco.
No quieren pedir perdón
El optimismo de los dirigentes de la izquierda 'abertzale' contrasta con el pesimismo expresado a los suyos por Ana Belén Egües, una de las portavoces del llamado Colectivo de Presos que hace unos meses aseguraba que bajo ningún concepto lo iban a dejar a cambio de nada. Egües no entiende cómo se les puede pedir arrepentimiento y exigirles que pidan perdón. Añade que los suyos les transmitieron la idea desde antes de las elecciones de que los presos estaban ya prácticamente fuera de prisión.
La portavoz etarra desconfía porque, según dice, «los españoles», a diferencia de los ingleses, nunca cumplen aquello a lo que se comprometen. Se lamenta de que los suyos hayan preferido estar en el Parlamento español, donde por su escaso número no pueden influir, en vez de volcarse en el trabajo con las bases en todos los pueblos.
Egües se queja de que «los españoles» les llamen asesinos y nieguen la existencia de Euskal Herria cuando, en primer lugar, desde su punto de vista, ésta existe y es el Estado el que ha sometido a su pueblo. No se explica cómo se puede estar tan ciego para no verlo.
Ya estamos con las especulaciones, que no tanto, pueden ser verdad, y doden dije digo, digo diego. No será la primera ni la última que incumplen y nos mienten a los españoles. Así que ya veremos haber que ocurre.
ResponderEliminar