El 9 de agosto de 2009, ETA ofreció una confusa y ambigua información sobre la localización de un artefacto explosivo en Palma, pero en una audaz intervención los dos agentes lograron detectar la bomba en el falso techo del servicio de señoras del restaurante Enco, ubicado en la zona turística del Portixol y junto a una playa en aquel momento llena de bañistas.
Al instante de encontrar la bomba, los dos agentes iniciaron una acción rápida y eficaz que permitió desalojar en pocos minutos toda la zona, evitando así una masacre de la banda terrorista. De hecho, la bomba -la última que ha colocado ETA- explotó y lo hizo una hora antes de lo anunciado por los terroristas.
Los agentes desarrollaron la operación en una situación de riesgo evidente y en una jornada de máxima tensión. Aquella misma mañana habían explotado dos bombas en sendos establecimientos comerciales de Palma y tan sólo 10 días antes habían fallecido dos agentes de la Guardia Civil en el atentado de ETA en Palma Nova (Calvià).
Por esta acción, el Ministerio del Interior concedió una condecoración meritoria a los dos agentes, pero denegó la que la ley establece para estos casos y que es la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo. Se les concedió el distintivo blanco, que supone un reconocimiento de méritos. El distintivo rojo, el que recibió Bermúdez, conlleva una pensión vitalicia equivalente al 10% del sueldo base.
El abogado palmesano Mateo Cañellas ha interpuesto un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Baleares contra la «arbitraria» decisión de Interior de negar el «merecido» premio a los dos agentes. Afirma Cañellas que los dos agentes «no dudaron en poner en peligro su propia vida con el único fin de poder salvar la de todos los que allí se encontraban», medio centenar de personas aproximadamente. Añade que «no es de recibo que la Administración deniegue la petición del distintivo con la simple alegación de que la concesión de la Cruz es una potestad discrecional de la Administración». Concluye el abogado que en este caso no ha habido una simple potestad discrecional, sino una «pura arbitrariedad», ya que no se da justificación alguna por parte de la Administración para denegar la condecoración solicitada por los dos agentes.
El letrado recuerda que la normativa referente a los méritos policiales establece claramente que el distintivo rojo se concede para premiar acciones de alto riesgo, y que no hay duda de que éste es el caso de los dos agentes.
La tesis de la arbitrariedad que menciona el abogado se ve avalada por la concesión de la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo al juez Javier Gómez Bermúdez. Afirma el letrado que los posibles méritos del juez no tienen nada que ver con los de dos agentes que se juegan su propia vida para salvar la de otros muchos.
En su recurso, Mateo Cañellas recoge varias sentencias sobre casos similares que avalan la concesión del distintivo rojo a los dos policías de Palma. Señala el abogado que la Administración no ofrece ninguna justificación sobre la denegación del premio y que el único motivo habría que buscarlo en el hecho de que el distintivo blanco no conlleva pensión alguna, al contrario que el rojo.
Otro argumento del recurso es que la denegación del distintivo la acordó la Dirección General de Policía cuando, según la ley, la potestad es del Ministro del Interior, y recuerda que hay diversa jurisprudencia en este sentido.
Todos los argumentos de recurso que defiende el abogado Cañellas se ven avalados por diversas sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que ha fallado repetidamente contra Interior por denegar distinciones de manera irregular y sin la debida justificación, y por actuar de forma arbitraria
La roja insignia del valor
Interior había concedido la Medalla al Mérito Policial con distintivo rojo al juez Gómez Bermúdez y se la deniega a los dos policías que detectaron la última bomba de ETA en Palma de Mallorca en el verano de 2009.
En las condecoraciones policiales, el distintivo rojo supone pensión y reconocimiento de que el premiado ha cumplido su deber con riesgo para su integridad. El mérito de Bermúdez, en el proceso por los atentados del 11-M, fue no permitir «que el juicio derivase en derroteros confusos y [hacer] que los testimonios de los funcionarios de Policía resultaran determinantes». Sin embargo, el riesgo mayor para el juez ha sido la publicación del libro sobre la soledad del juzgador de fondo que escribió la periodista Beni, pero salió indemne. Los dos agentes de Policía sí arriesgaron su vida buscando por toda Palma una bomba que hizo explosión una hora antes de lo anunciado por la banda terrorista.
Ya se sabe que los conceptos son cambiantes y todo es relativo. El distintivo rojo en las condecoraciones militares indica que el hecho premiado se produjo durante una acción de guerra. Y esto no es una particularidad nuestra, ni de ahora. La roja insignia del valor se tituló una novela de Stephen Crane ambientada en la Guerra de Secesión, que John Huston llevó al cine con el mismo título. A nuestros soldados caídos en Oriente Medio no se les imponía el distintivo rojo en la medalla hasta muy recientemente. En buena ley no era procedente, ya que el Ejército español era pacifista y no participaba en acciones de guerra, sino en misiones de paz, humanitarias o de reconstrucción, según doctrina de la ministra Chacón, lindante con la observación del presidente saliente de que las armas que España vendía a terceros durante su mandato no se usaban para matar.
No puede negarse coherencia en este punto al Gobierno que en la sesión parlamentaria de hoy comienza a formar parte de la Historia. Después de haber hecho campaña ininterrumpida contra el Gobierno anterior por haber metido a España en la Guerra de Irak, la página web del Ministerio de Defensa describía las operaciones de nuestro ejército en ese país, desde el buque hospital hasta la retirada ordenada por Zapatero el 16 de abril de 2004, bajo el epígrafe «misiones de paz en Asia».
Aún se podría remediar el desafuero. ¿Que al juez Bermúdez le han impuesto la Medalla al Mérito Policial por sus brillantes aportaciones a las investigaciones policiales y su colaboración con los Cuerpos de Seguridad del Estado? Pues en justa compensación, el gran Caamaño ha impuesto la Raimunda, Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort que premia grandes hazañas judiciales, a la Policía y a la Guardia Civil y a todos los jueces del Poder Judicial y el TC (BOE, 25/11/11). Luego rectificaron (BOE 6/12/11) para dársela a la carrera judicial y al TC en abstracto, que es como no dársela a nadie. Que se la den a los agentes de Palma y santas pascuas. ¿Qué más le da a él? Desde que el alcalde de Zaragoza fue ministro de Justicia e Interior al mismo tiempo todo es relativo e intercambiable.
Los méritos del juez Bermúdez
>«Riesgo». La normativa para la concesión de la Medalla con Distintivo Rojo exige que se refiera una conducta en la que «haya quedado patente un riesgo o peligro personal».>Impuso la versión policial. El juez Gómez Bermúdez fue recompensado con ella, según el expediente que publicó este diario, por su papel en el juicio del 11-M, porque «fue fundamental para reconducir las numerosas divergencias relacionadas con los medios de prueba» y porque consiguió que «los testimonios de los funcionarios de Policía, especialmente de las comisarías Generales de Policía Científica e Información, resultaran determinantes».
Menuda cuadrilla de sátrapas. Estos hacen lo mismo que los comunistas en España (porque en Rusia no??),lo mío, mío, y lo tuyo también.
ResponderEliminarSon vomitivos estos que dicen ser socialistas que no lo son.