El lehendakari, Patxi López, no adelantará las autonómicas ni convocará una mesa de partidos para negociar con la izquierda abertzale, petición a la que se unió ayer Jesús Eguiguren. Seguirá con su hoja de ruta y pedirá a Mariano Rajoy una nueva política penitenciaria.
La estrategia de López sigue marcada por su Plan de Convivencia, que espera trasladar a Mariano Rajoy en cuanto éste sea investido presidente del Gobierno. En el decálogo se recoge su propuesta de consensuar una nueva política penitenciaria, «dinámica» y «flexible», en la que se incluye el acercamiento «progresivo» de los presos de ETA, dentro del marco legal establecido, y siempre que favorezca la «reinserción».
Aún no hay fecha para la entrevista que celebrarán Patxi López y Mariano Rajoy -previsiblemente no se producirá hasta enero- pero el encuentro es muy importante, ya que ambos dirigentes explorarán su sintonía sobre las políticas a poner en marcha para afrontar el nuevo escenario generado tras el cese de la actividad armada de ETA.
El lehendakari, tras las ronda de partidos celebrada poco después del anuncio de ETA, aplazó, al igual que hizo el Gobierno de Zapatero, cualquier movimiento hasta que se celebraran las elecciones. Ahora lo hará poniendo encima de la mesa de Rajoy los 10 puntos que constituyen el Plan de Convivencia, un programa que no se reduce únicamente a la revisión de la política penitenciaria y al acercamiento de presos, aunque este punto originó una fuerte polémica cuando se dio a conocer. El plan, elaborado antes del anuncio de la banda de dejar las armas, mantiene intacta su vigencia, tal y como recuerdan desde el Gobierno vasco, que se esfuerza en transmitir el conjunto de los 10 principios contenidos en el documento.
La hoja de ruta propuesta por López está asentada en la búsqueda de un «relato veraz» sobre los 40 años de terrorismo, la memoria de las víctimas, la reafirmación del sistema democrático como única vía para la convivencia tras el fin definitivo de ETA y la resolución de las consecuencias generadas por el terrorismo. Es en este último apartado donde se incluye utilizar la política penitenciaria «que mejor propicie la superación del ciclo terrorista» y se propugna una orientación «consensuada» y «basada siempre en el objetivo de la reinserción».
En ningún momento se entra a determinar si el acercamiento debe ser individual o colectivo, aunque en el punto anterior se marca el camino de la reinserción, llamando a los presos a romper «de forma pública con ETA» y a asumir «la legalidad penitenciaria». En este contexto cobra relevancia el anuncio realizado hace dos semanas por el colectivo de presos etarras (EPPK) de que por primera vez solicitarían beneficios para los reclusos enfermos o para acceder a la libertad condicional.
El Plan de Convivencia plantea además, de forma eufemística, la legalización de Sortu, aunque el Gobierno vasco es consciente de que la decisión está en manos de la Justicia. Del mismo modo que reconoce que la política penitenciaria es competencia del Gobierno central, pero el lehendakari está convencido de poder implicar a Mariano Rajoy en su hoja de ruta y de poder afrontar conjuntamente con el PP «el desafío de que el relato de lo ocurrido no lo imponga la izquierda abertzale».
La estrategia de López está respaldada por el Comité Ejecutivo de su partido, pero recibe constantemente la embestida del presidente del PSE, Jesús Eguiguren, que ya antes del 20-N le acusó de no «achicharrase» por la paz. Ayer, amparándose en los malos resultados electorales, volvió a la carga en una entrevista en el Grupo Vocento, donde consideró que el lehendakari debe liderar el proceso de paz poniéndose en contacto con los facilitadores de la Conferencia Internacional, consensuando en el País Vasco las medidas sobre los presos para defenderlas en Madrid y trasladando el debate sobre el marco político a una mesa extraparlamentaria para dar cabida a la izquierda abertzale.
La nueva salida de tono del presidente del PSE suscitó malestar en sus compañeros de Ejecutiva, que rechazan la mesa de partidos en la que insistía ayer también el diputado general de Guipúzcoa, Martin Garitano, de Bildu. «No estamos concernidos por las conclusiones de la Conferencia de Ayete, no aceptamos que haya un conflicto por una carencia democrática, no se puede vincular el relato a las aspiraciones nacionalistas», señala un portavoz del Gobierno vasco.
Eguiguren puso el dedo en la llaga en un asunto muy espinoso para el militante socialista, el pacto con el PP, llamando a su partido a romperlo si Rajoy «no empuja hacia la paz». Fuentes de la Ejecutiva del PSE insistieron en la inoportunidad de esa reflexión y en la importancia de un pacto que da estabilidad al Gobierno y le permite afrontar la crisis, «la primera preocupación del ciudadano».
>Vea hoyen EL MUNDO en Orbyt el análisis de Josean Izarra.
El 91,3% de los presos de ETA votó
Los presos de ETA internos en las cárceles españolas participaron en masa en las pasadas elecciones generales en las que por primera vez en dos legislaturas su histórico brazo político tuvo presencia en las urnas bajo el paraguas de la coalición 'abertzale' radical Amaiur. Según informa Europa Press, el 91,3% de los etarras en prisión ejerció su derecho al voto por correo. En concreto, en el momento en el que finalizó el plazo para solicitar el sufragio por correo había 552 presos internos en cárceles españolas por delitos relacionados con las actividades de la banda terrorista ETA. De ellos, sólo 48 no hicieron uso de ese derecho
El lehendakari de palo, ya va a mendigar lo prometido a los asesinos. Ahora haber con que nos deleita el presidente rajoy. Seguro que muchos lo adivinan, pero no se lo llegan a creer.
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