La decisión consensuada por el Pleno revoca los tres procesamientos del chivatazo
Seguirá en la Audiencia Nacional y se ordena al juez Ruz que siga investigando
La divergencia en las posturas con las que los magistrados iniciaron las deliberaciones se extendió luego a la interpretación de lo acordado. Mientras desde un bloque se resalta que se ha logrado «mantener el caso» en la Audiencia, desde el otro se subraya que se trata de «un paso claro» hacia el archivo o la salida del caso hacia a un juzgado ordinario.
De lo que no hay duda es de que, al margen de cómo evolucione el caso en los próximos meses, lo decidido ayer es una excelente noticia para los hasta ahora procesados. El ex director de la Policía Víctor García Hidalgo, el jefe superior del País Vasco, Enrique Pamies, y el inspector José María Ballesteros ven como sus peticiones de archivo o de enviar el caso a Irún han sido rechazadas, pero vuelven a la menos comprometida situación de imputados y se sitúan así un paso más lejos del juicio. En el caso de Hidalgo, la decisión del Pleno llega al día siguiente de que la Fiscalía desvelara que no veía indicios en su contra.
«Revocamos el auto de procesamiento por considerar que los indicios contra los procesados no son suficientes, requiriéndose una más amplia investigación», indica la nota elaborada ayer tarde por los magistrados, que sí tienen claro que lo que sucedió la mañana del 4 de mayo de 2006 en el bar Faisán «reviste los caracteres de delito».
En el debate mantenido mañana y tarde, los magistrados expusieron las lagunas que a su juicio persisten en la investigación. De ahí la referencia la «más amplia investigación» que supone mantener el caso abierto y en la Audiencia.
El punto de partida del Pleno fue la ponencia presentada por el magistrado José Ricardo de Prada, que expuso las supuestas lagunas de la investigación y respaldó el archivo de la causa. El planteamiento y el tono, sin embargo, no fueron tan contundentes como los expuestos hace unos meses en un voto particular en el que avalaba la actuación de los supuesto autores del soplo por estar actuando a favor del proceso de paz.
Las pesquisas fueron abiertas por Fernando Grande-Marlaska y proseguidas por Baltasar Garzón y, en la etapa final, por Ruz, que aparece como pagano de la resolución pactada por del Pleno pese a haber contado con el respaldo inicial de la mayoría de los jueces. Ruz, que consideraba concluida la investigación, deberá esperar al auto de la Sala para orientar las nuevas pesquisas.
Los puntos que según fuentes de la Sala se recogerán en el auto -que tardará unos días en redactarse- coinciden en buen aparte con lo reclamado y denegado a las defensas. Por ejemplo, la ampliación de la franja horaria acotada por los investigadores para ubicar la llamada del soplo. O la toma de declaración de todos los agentes que participaron de alguna forma en las vigilancias del Faisán u otras tareas el día del soplo. También está previsto indicar al instructor que para su investigación puede echar mano de otras unidades de las Fuerzas de Seguridad distintas al equipo investigador, al que las defensas señalan continuamente como contaminado, al entrar en la lista de teóricos sospechosos del soplo.
Al centrarse el debate en la existencia o no de indicios, y llegar a la conclusión de que no los hay, queda sin respuesta la cuestión de «la complejidad e importancia jurídica» a la que Bermúdez apeló para avocar el asunto al Pleno, retirándoselo a la Sección que hasta entonces había avalado la actuación del juez Ruz: si la condición de policías de los hasta ahora procesados impedía la posibilidad de que cometieran un delitos de colaboración terrorista. «No se ha analizado la cuestión de la calificación jurídica concreta de tales hechos», indican los magistrados.
Así pues, la prórroga convenida ayer por el Pleno supone que tanto la posibilidad de que unos policías cometieran el delito de colaboración como la existencia o no, definitivamente, de indicios contra los tres imputados quedará sin respuesta definitiva durante unos meses.
OORBYT.es
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Madrid
22/09/2011
«¿Pretenden esperar al 20-N?»
La Presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, lamentó ayer la decisión de la Audiencia Nacional: «¿Qué pretenden, esperar a después de las elecciones? ¿Por qué tienen tanto miedo de que sepamos quiénes son los responsables del chivatazo?», se preguntó.También ayer, el presidente de Dignidad y Justicia, Daniel Portero, se quejó de que la decisión representa «una pirueta judicial en la que, una vez más, se tira del chicle de la Justicia amoldándolo a las circunstancias del momento; esto es, la campaña electoral».
«Es un paso atrás enorme. Al final, con este tipo de actuaciones nunca se sabrá la verdad», consideró.
Otro representante de las víctimas, el presidente de Voces contra el Terrorismo, Francisco José Alcaraz, calificó de «argucia legal» la resolución de la Audiencia Nacional y la achacó a la «falta de valentía», informa Europa Press.
A su juicio, la decisión demuestra que hay «una parte» de la Justicia española que está «muy influida» por la situación política, y se mostró convencido de que no hubiera sido la misma sin un Gobierno «que negocia con la organización terrorista» y «ha presionado».
Desde otro punto de vista, el secretario general de la CEP, Ignacio López, en declaraciones a Servimedia, pidió al juez Ruz que aplique el «máximo celo» en aclarar «el mayor escándalo de la historia moderna de la Policía».
José María Benito, portavoz del SUP, afirmó que la resolución es algo «positivo», porque su sindicato lleva tiempo diciendo que se estaba acusando a «inocentes» de dar el soplo a la banda etarra. «Hay que buscar a los auténticos y verdaderos culpables del chivatazo», señaló
M. MARRACO / F. LÁZARO / Madrid
22/09/2011
El juez Ruz concretó hasta doce indicios
1. Una confesión en familia
El origen de la investigación está en una indiscreción de Elosúa. Pese a que le habían advertido de que no hablara del soplo ni siquiera en el coche, lo hace de manera «espontánea», cuando viaja a Francia para advertir a otro miembro de la red.
2. Declaraciones coincidentes
Elosúa ofrece a la Policía y al juez muchos datos útiles sobre la llamada clave. Dice que se produjo entre 10 y 15 minutos después de su llegada al bar, lo que la sitúa entre las 11.20 y las 11.30 horas. También revela que es saliente: «Hizo una llamada por el teléfono móvil, pasándoselo para que hablara con un compañero», según consta en una declaración policial. Y, finalmente, que duró entre cinco y 10 minutos.
El resultado apunta a una única llamada: la efectuada a las 11.23, saliente, de Ballesteros a Pamies y que dura ocho minutos y 11 segundos. Elosúa piensa «desde el primer momento» que le ha llamado un policía. En las conversaciones grabadas repite que fue «un txakurra», «un poli», «un madero», «los maderos», dice.
El juez resalta un dato que excluye la implicación de los propios investigadores. Todos ellos conocían bien a Elosúa y los lugares que frecuentaba, pero quien le pasa el móvil ni sabe dónde vive. En el bar pregunta por Elosúa al propio dueño del bar. Las descripciones físicas que aportan Elosúa y su mujer «presentan aspectos diversos de gran similitud o encaje con la apariencia física del Sr. Ballesteros», según Ruz.
3. Las llamadas
Los tres repetidores de telefonía que cubren la zona investigada registraron 1.932 llamadas entre las 11.00 y las 12.00 horas de aquel 4 de mayo. Descartando las que no cuadran con lo indicado por Elosúa, quedan 63. Y sólo una de ellas es entre policías.
4. Conclusiones «correctas»
Los peritos de Telefónica convocados por el juez señalaron que las conclusiones del equipo investigador «son correctas». Además, descartaron que las llamadas de la zona del Faisán emplearan repetidores españoles no investigados. Y lo que es más relevante -puesto que las defensas hacían hincapié en ello-, ven técnicamente posible, pero muy remota, la posibilidad de que se emplearan en la zona antenas francesas.
5. Ballesteros
Tanto las imágenes de las cámaras como los estudios antropométricos apuntan a Ballesteros como la persona que salía del Faisán minuto y medio después del chivatazo.
6. Confesión a la fuerza
La contundencia de las imágenes referidas llevaron a Ballesteros, tras muchas reticencias, a reconocerse como la persona que salía del bar. Un punto esencial para la investigación, que llevó a la Fiscalía a corregir su petición inicial de archivo. «Ante la confirmación de la presencia del imputado Sr. Ballesteros junto al acceso principal/norte del bar Faisán en los minutos inmediatamente previos y posteriores a producirse, saliendo del mismo apenas minuto y medio después de concluir la llamada que mantienen Ballesteros y Pamies entre las 11:23 y las 11:31 horas [...], no advierte este instructor [...] que exista una versión acorde a las máximas de la lógica o la razón que permita explicar, sin incurrir en incongruencia, la presencia de Ballesteros en la zona ese día y en tramos horarios tan significativos como los previamente consignados».
7. La coartada no vale
«Carece por el momento de fuerza exculpatoria, ni siquiera a efectos de ser valorado como contraindicio que pueda servir para desvirtuar los múltiples indicios acumulados frente a los imputados, la versión aportada por el Sr. Pamies en su declaración judicial». Así despacha el juez la alegación de Pamies de que sus llamadas y los movimientos de Ballesteros se explican por los preparativos para un encuentro con un confidente de ETA. El juez le ofreció interrogar en secreto al confidente, a lo que Pamies se negó. Esa versión «carece de consistencia o coherencia», dice Ruz, que no ve razonable que mandara a vigilar la frontera a quien, como Ballesteros, no conocía la zona. O que hiciera falta comprobar si había agentes desplegados cuando ya sabía que así era. Todas las llamadas del jefe superior de ese día están identificadas, por lo que ninguna podría corresponder a un confidente.
8. Sabía lo que había que hacer
Pocos policías conocían cinco «datos concretos» de la operación. Pamies era uno de ellos. «Estaba en conocimiento tanto de las informaciones denominadas de conocimiento general [...] como en las de conocimiento restringido». Uno de esos datos reservados era que Elosúa se había reunido la víspera con el fallecido dirigente del PNV Gorka Aguirre, lo que «hacía suponer su presunta intervención en el cobro del impuesto revolucionario».
9. Reacción inmediata
El juez se fija en «las consecuencias inmediatas» originadas por el chivatazo en la parte francesa. La reacción de Pamies al saber que Elosúa se dirigía a Francia -es decir, que aún podía ser detenido- es llamar inmediatamente a García Hidalgo. Y, cuando más tarde le informan de que en Francia también se ha frustrado la operación, vuelve a llamar al entonces director de la Policía.
10. «Disfunción jerárquica»
Ruz detecta en el tráfico de llamadas de los procesados «una clara disfunción en el normal y habitual funcionamiento de la cadena jerárquica de mando».
11. Cortes intrascendentes
El juez descarta que los cortes en la cinta que grabó la entrada del bar el día del chivatazo sean «relevantes» para la investigación. Los informes periciales no aclaran la causa de los cortes y, por el contrario, sí ofrecen datos que «avalan la investigación».
12. Memoria poco fiable
Elosúa afirma categórico que quien le pasó el móvil no era la persona -Ballesteros- a la que se ve saliendo del bar. Ruz resalta que el propio Elosúa ha dudado en ocasiones de su memoria y ha negado tajantemente cosas que luego se han demostrado ciertas
Haber si es verdad, y se investiga todo, incluído los móviles de estos de la casta que están relacionados. Puede que hasta venga bien todo este revuelo, aunque lo que querían que ocurriera, ya lo han conseguido. Todo gracias al medallas, espero que llegue el día que lo pague.
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