FERNANDO LÁZARO / París
Enviado especial
17/09/2011/El Mundo
Esther Sáez fue muy clara: «Aún no sabemos quiénes son los que pusieron las bombas, quién lo pensó, quién tomó la decisión». Esas preguntas en el aire provocaron una atronadora reacción por parte de los asistentes. El aplauso fue el mayor de los que se ha escuchado en la sede de la Escuela Militar de París donde, organizado por la Universidad San Pablo CEU, por su Observatorio de Víctimas y por la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Francia, se está celebrando el encuentro.
Y es que Sáez puso sobre la mesa sus dudas sobre las investigaciones oficiales entorno al explosivo utilizado en la masacre y denunció que se destruyeran las pruebas, que se destrozaran los trenes, pese a que entiende que se podían haber hecho nuevas investigaciones: «Allí estaban las pruebas». Y lanzó un dardo hacia el Gobierno: «A veces, España se pone una venda para no seguir investigando».
La voz de Sáez irrumpió con fuerza en un congreso que puso de manifiesto una coincidencia por parte de las víctimas: es imprescindible la Justicia. Todas, con más o menos matices, defienden la necesidad ineludible de que los terroristas sean juzgados. ¿Y el perdón? El perdón es una decisión de cada uno, «no se nos puede imponer», reclamó una mujer que perdió a su hermano en un atentado terrorista en Argelia.
Y es que las víctimas dieron buena muestra de cuál es el gran problema: ver salir de las cárceles -o, muchas veces, ni siquiera entrar en ellas- a los autores de sus atentados, a los responsables de acabar con la vida de los suyos: «Cuando se excarcela a terroristas fuera de la legalidad, es como si a las víctimas nos asesinaran dos veces», señaló esa misma mujer.
Todos los que tomaron la palabra coincidieron en exigir justicia. Y hablaron tras llegar desde todos los puntos del planeta. De nuevo, relatos estremecedores. Como el caso de una mujer colombiana que, acompañada por su hija, relató cómo las FARC mantienen secuestrado y atado con una cadena a su marido desde hace ya 13 años.
En el plano de las reclamaciones judiciales de las víctimas centró su intervención la vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Justicia, Viviane Reding. Con vigor, la dirigente europea defendió el derecho de las víctimas a poder personarse en la acción penal: «Tienen que poder estar en la Justicia Penal», reclamó. Reding aseguró que la Unión Europea tiene que seguir avanzando en el desarrollo de herramientas «para prevenir atentados y cazar a los que quieren cometerlos».
La vicepresidenta europea defendió también la necesidad de proteger la intimidad de las víctimas y sostuvo que los medios de comunicación deben elaborar códigos éticos sobre cómo tratar la información sobre las víctimas para apoyarlas.
Reding recibió un caluroso aplauso en el congreso cuando apostó por que exista un «mínimo de derechos en todos los países miembros de la unión para las víctimas del terrorismo»
Asi es, un boquete judicial, policial y político. Es un bodrio el juicio, es más un juicio a la carta, por tanto, no vale.
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