- 26-06-2011 | La Gaceta
El ministerio prepara las cárceles del País Vasco y Navarra con la intención de llenarlas de terroristas. ETA exige que el Gobierno acabe con la dispersión de sus reclusos como condición para abandonar las armas.
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Alberto Lardiés. Madrid
El Ministerio del Interior que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba está premiando ya a 80 presos de ETA que han sido acercados al País Vasco o que han recibido beneficios penitenciarios. Una estrategia destinada a “dividir” a la banda terrorista para acelerar su final, según defiende siempre el propio Rubalcaba.
Fuentes de la lucha antiterrorista, de asociaciones de víctimas y de varias prisiones aseguran a LA GACETA que Interior ya acondiciona las cárceles del País Vasco y de Navarra para trasladar allí a decenas de presos etarras en el futuro. No se puede olvidar que ETA y todo su entorno reclaman como condición indispensable para abandonar las armas el final de la dispersión de sus presos y su inmediata “vuelta a casa”.
Ahora mismo, la prisión de Pamplona (Navarra) está pendiente de una reforma que dejará espacio para al menos medio centenar de reclusos. Igualmente, este diario adelantó en exclusiva que en la prisión alavesa de Nanclares de Oca se está acondicionando un módulo que sería el destino ansiado por los presos etarras con delitos de sangre. Sabedores de que tendrán que cumplir sus condenas, al menos quieren hacerlo cerca de su familia.
También en estas páginas se denunció la existencia de una reunión entre Mercedes Gallizo, directora general de Instituciones Penitenciarias, y los directores de las prisiones de Basauri (Vizcaya) y la ya citada de Nanclares para abordar los pasos a seguir en ese camino.
Premios y castigos
La política penitenciaria del Gobierno consiste en permitir que los terroristas presuntamente críticos con la banda asesina obtengan beneficios penitenciarios o traslados de reclusos a cárceles próximas al País Vasco. Por el contrario, permanecen alejados de su tierra y sin esperanzas de ver recortada su condena aquellos reos de la organización terrorista que siguen las órdenes de la dirección etarra.
Se trata, en suma, de una estrategia de premios y castigos en función de la actitud del reo. Fuentes de Instituciones Penitenciarias consultadas por LA GACETA aseguran que esta forma de proceder tiene hoy más efecto que nunca entre los presos terroristas. Cada vez son menos los que siguen las consignas que marca el Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK, por sus siglas en euskera). Al menos 95 reclusos de ETA y su entorno han firmado ya las famosas cartas en las que reniegan de la organización terrorista, piden perdón a sus víctimas y hablan de resarcirlas.
Actualmente, las cárceles conocidas como laboratorios de Interior acogen a decenas de etarras. En Nanclares hay una veintena de reclusos etarras, ya premiados por el mero hecho de haber sido trasladados a una cárcel vasca. Además, casi una decena de ellos han accedido ya a beneficios penitenciarios que incluso les permiten salir a la calle. Sin duda, el caso más conocido es el de José Luis Álvarez Santacristina, alias Txelis, ex jefe de la banda terrorista. Pero también consiguen beneficios Kepa Pikabea, Iñaki Rekarte, Jorge Uruñuela, Andoni Muñoz de Vivar, José María Fernández Pérez de Nanclares, Andoni Alza, Fernando Luis de Astarloa y Luis María Lizarralde. Entre todos los beneficiados, son responsables de al menos 38 asesinatos y sus condenas suman 785 años de reclusión, de los que sólo han cumplido 148.
Otros 10 reclusos de ETA o su entorno pernoctan en esta prisión alavesa. Entre ellos están, por ejemplo, Idoia López Riaño, La Tigresa, responsable de 23 asesinatos, los dirigentes etarras José Luis Urrusolo Sistiaga y Carmen Guisasola, el asesino de Hipercor Rafael Caride Simón o el terrorista Josu García Corporales. Esta decena de individuos aspira ahora a obtener beneficios, como sus nueve compañeros de postulados y de barrotes. En total, los 19 etarras de Nanclares acumulan penas por más de 4.500 años de cárcel.
Las otras prisiones a las que son trasladados los etarras, y que son ya conocidas como laboratorios, son Villabona (Asturias), Zuera (Zaragoza), Dueñas (Palencia) e incluso Logroño, donde ahora pernoctan 17, 25, 9 y 5 presos etarras, respectivamente. A estos números habría que sumar otros terroristas a los que el citado EPPK ha expulsado de su colectivo –como Valentín Lasarte– y que, por ello, no aparecen en los listados que elaboran las organizaciones afines a ETA.
Jefes veteranos
De todos esos laboratorios, el más significativo es el de Zuera (Zaragoza). Allí duermen tras los barrotes algunos de los más veteranos ex dirigentes de ETA, como Francisco Múgica Garmendia, Pakito, Santiago Arróspide Sarasola, Santi Potros, Juan Luis Aguirre Lete o José Javier Zabaleta Elósegui, Baldo. Extraña y curiosamente, el batasuno Arnaldo Otegui pasó un tiempo en esta prisión. Sin ninguna explicación oficial.
domingo, 26 de junio de 2011
Interior premia a otros 80 presos etarras para acelerar el final de la banda asesina
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Sigue el goteo incesante de presos hacia su casa. Esto es otra de las exigencias de los asesinos al desgobierno que tenemos.
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