J. M. ALONSO / San Sebastián
08/06/2011/ El Mundo
El centro de las miradas fue el PSE. «Pedimos al PNV que no deje la puerta abierta para que los socialistas decidan quién gobierna en Guipúzcoa». Aunque no de forma directa, sí dejó caer su demanda para que no presente a Markel Olano a la reelección en la Diputación, dejando así la última palabra al PSE. «En su mano está abrir o cerrar esta puerta haciendo valer su capacidad de presentar candidatura o no», reprochó el cabeza de lista de la coalición abertzale, Martín Garitano.
Pese a las escasas posibilidades de que PNV y PSE alcancen un pacto para repartirse varios cromos en Guipúzcoa, Bildu no tiene dudas de que el PNV, con «la complicidad más o menos encubierta» de PSE y PP, va a intentar alcanzar el poder. Por ello, los dirigentes Martín Garitano, Pello Urizar y Amaia Agirresarobe lanzaron toda su artillería contra los peneuvistas, a quienes acusaron de colocarse «al frente de la pancarta anti Bildu» haciendo uso de su «siempre bien calculada ambigüedad». Según denunciaron, es «evidente» que tras su «aparentemente neutral posición» se «esconde» el objetivo de recibir los votos del PP y de un PSE que «se verá obligado por la presión mediática y por posibles órdenes procedentes de Madrid».
En un escenario en el que la «mayoría abertzale es más clara que nunca», Bildu censuró que se pretenda dejar las instituciones vascas en «manos de quienes no reconocen el derecho de Euskal Herria a decidir su futuro» y que siguen «poniendo palos en las ruedas del proceso de paz y normalización política». Sin abandonar las críticas, Bildu reprochó al PNV que haya «optado por presentarse a la sociedad vasca libre de todo pacto o atadura.
Como siempre, presionando y amenazando, es lo mejor que saben hacer. Si no existiera eta, no tendrían esa prepotencia de sentirse amparados por las pistolas, y más de uno no diría lo que dice ahora.
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