ANTONIO RUBIO/ Madrid / El Mundo
08/05/2011
«Estoy desesperado, llevo 10 meses en la cárcel y todavía no sé por qué me encuentro aquí. El consulado me tiene abandonado y estoy a punto de sucumbir. No aguanto más». Ésas fueran las palabras de desesperación y de petición de auxilio que planteó ayer Sebastián Martínez Ferraté, ex periodista de televisión, cuando contactó con EL MUNDO desde la cárcel cubana de La Condesa.
Martínez Ferraté había trabajado como periodista en diversas productoras de televisión, entre ellas Mandarina y EL MUNDO TV, y en el año 2008 se desplazó hasta La Habana para hacer un reportaje sobre la prostitución infantil en Cuba, que posteriormente fue emitido por la cadena Telecinco.
Tras esos reportajes sobre la prostitución infantil y otros, Sebastián Martínez dejó el periodismo televisivo y entró a trabajar como director gerente de la empresa turística mallorquina Marina Hotels. Y el 11 de julio de 2010, aterrizó en el aeropuerto de La Habana para llevar a cabo una serie de negocios relacionados con su nueva actividad profesional. El ex periodista de televisión fue inmediatamente detenido por las autoridades cubanas y recluido en la cárcel de La Condesa, que está situada a unos 70 kilómetros de la capital.
El proceso judicial que la Fiscalía General de Cuba ha seguido contra Martínez Ferraté ha sido poco claro desde que el ex periodista fue encarcelado. Primero, lo acusaron de proxenetismo infantil. Más tarde, la fiscalía retiró todos los cargos contra el empresario turístico, pero lo mantuvo en prisión sin ningún tipo de acusación. Y precisamente ayer, según ha podido saber este periódico de fuentes judiciales cubanas, Martínez Ferraté fue nuevamente inculpado, en esta ocasión por corrupción de menores. Esa nueva imputación está penada en las leyes cubanas con hasta 15 años de cárcel.
Sebastián Martínez, en conversación telefónica con EL MUNDO, niega todos los cargos que se le imputan: «No he hecho nada. Jamás he corrompido a ningún menor y no tienen base para mantener esa acusación. Hice un reportaje periodístico y se emitió en Telecinco. Ése es todo mi delito». Durante el tiempo que Martínez Ferraté ejerció el periodismo televisivo, entre el año 2000 y el 2008, se especializó en reportajes de cámara oculta y colaboró con diversas productoras y cadenas españolas.
En los ocho años que Martínez Ferraté ejerció de periodista, realizó toda una serie de trabajos en tierras suramericanas que siempre estuvieron relacionados con asuntos de gran sensibilidad y riesgo. Algunos de esos reportajes (Trata de blancas, Vampiros de órganos, Niñas de alquiler, Traficante de armas, Cocaína: en la cocina del infierno) se emitieron en la cadena de televisión Antena 3 y fueron producidos por EL MUNDO TV.
Martínez se queja, fundamentalmente, de la situación de desamparo en la que vive y acusa a las autoridades españolas en Cuba de «lavarse las manos». Fuentes de Exteriores consultadas por este diario discrepan de esa versión y sostienen que han «seguido muy de cerca el caso de Sebastián Martínez y el embajador español se ha visto con el fiscal general de Cuba».
Esas mismas fuentes de Exteriores han reconocido que «es cierto que el ex periodista español ha estado durante varios meses en la cárcel sin ningún tipo de acusación por parte de la fiscalía cubana». En el reportaje sobre la prostitución infantil en Cuba, que fue realizado por la productora Mandarina y emitido en 2008 por la cadena Telecinco, se denuncia y se descubre la facilidad con la que los turistas pueden llegar a mantener relaciones sexuales con un grupo de chicas, cuya edad oscila entre los 16 y 17 años, a cambio de unos 100 dólares.
EL MUNDO se ha puesto en contacto con Telecinco para saber cuál va a ser la ayuda judicial que va a prestar la cadena al reportero y la respuesta ha sido: «Compramos un material periodístico y ahí acaba nuestra relación profesional».
El juicio contra Sebastián Martínez se podría llevar a cabo en menos de un mes y la fiscalía cubana puede pedir hasta 15 años de cárcel.
Valiente poca vergüenza tiene el consulado, eso de lavarse las manos lo saben hacer pero que muy bien.
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