FERNANDO LÁZARO / Madrid / El Mundo
Los tan reiterados casos de enfrentamientos alcanzaron un nuevo nivel de tensión, un eslabón más de riesgo en esta difícil cadena que hace temer que quedan menos de cinco minutos para que se produzca un enfrentamiento de incalculables consecuencias.
Según explicaron fuentes cercanas a los propios afectados, los hechos se produjeron a media mañana de ayer. Las cámaras del Sistema Integral de Vigilancia del Estrecho detectaron la salida de una pequeña embarcación desde las costas de Marruecos. Por el tamaño, la dirección y la velocidad a la que circulaba, los especialistas de la Guardia Civil concluyeron que podía tratarse de una nave de contrabandistas o narcotraficantes que pretendían llevar droga a la península. Una de las embarcaciones semirrígidas del Instituto Armado partió inmediatamente de Algeciras para interceptarla. El avistamiento se produjo cuando el barco sospechoso estaba a unas cinco millas al sur de Punta de Europa, muy lejos de la zona en la que los gribaltareños provocan los incidentes con la Guardia Civil.
Cuando los agentes estaban a punto de interceptar la nave, observaron cómo los dos pasajeros que la ocupaban estaban tratando de deshacerse de los bultos que portaban, acción que despejaba cualquier duda sobre lo ilícito de sus actividades. Finalmente, los efectivos del Instituto Armado lograron interceptarla a poco más de una milla de Punta Europa, en aguas españolas.
A la zona se dirigió otra nave de la Guardia Civil para auxiliar a la primera, por si la situación se complicaba. Pero apenas llegó, se presentaron siete embarcaciones británicas con pocas ganas de hacer amigos. Llegaron cuando la Guardia Civil procedía a detener a los sospechosos y amarraba su embarcación para remolcarla hasta Algeciras. Aún no se había podido determinar la mercancía de la que habían tratado de deshacerse.
El hostigamiento lo provocaron naves de la Royal Navy, de la Policía gibraltareña y de Aduanas. Son estos dos últimos cuerpos los que llevaron el peso del enfrentamiento con la Guardia Civil, mientras la Royal Navy se mantuvo en actitud vigilante y desafiante, dejando hacer.
En todo momento, siempre según estas fuentes, los gibraltareños trataron de amedrentar a la Guardia Civil y de liberar a los narcos. Querían llevar a cabo el apresamiento porque consideraban que la captura se había producido dentro de sus aguas. Desde las naves británicas los insultos y amenazas eran continuos: «Os vais a enterar», «ladrones», «piratas», «vamos a ir por vosotros». Y efectivamente, fueron a por ellos, en varias ocasiones trataron de pasar por encima de los cables del remolque con el que la Guardia Civil pretendía llevar a Algeciras a los detenidos y a su embarcación. Las embarcaciones gibraltareñas cortaron el paso a las naves españolas. Incluso llegaron a golpear a las semirrígidas con sus popas, provocando daños en los barcos españoles. A consecuencia de estas embestidas, uno de los agentes del Instituto Armado sufrió daños en un brazo de los que tuvo que ser atendido cuando llegó a tierra.
El acoso y hostigamiento continuó hasta que las embarcaciones de la Guardia Civil lograron abandonar esa «zona peligrosa» y llevarse tanto a los dos detenidos como a la nave sospechosa con parte del cargamento incautado, unos 100 kilos de hachís.
Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) no están dispuestos a que este nuevo hostigamiento de que son víctimas los agentes quede en el olvido. Quieren que el Ministerio del Interior dé la cara y que el de Asuntos Exteriores pida explicaciones a los británicos por estos incidentes. Y si no lo hacen, la AUGC está dispuesta a que se estudie, se analice y se pidan responsabilidades en los tribunales. Su presidente, Alberto Moya, explicó ayer a este diario que denunciará en las próximas horas ante la Justicia este hostigamiento, acoso y agresión por parte de las embarcaciones gibraltareñas.
Ya llevan tiempo haciendo esto, pero como este desgobierno que tenemos, no defiende los intereses de España, pues los de gibraltar nos dan caña.
ResponderEliminarEspero que el compa se recupere pronto.
Váyase sr ministro, si aún le queda algo de dignidad..(que lo dudo).