ÁNGELES ESCRIVÁ / Madrid / El Mundo
El diálogo mantenido con el portavoz de la izquierda abertzale hoy en prisión permite concluir que Batasuna es la que controla la coalición secundada por EA y Alternatiba; que en la elaboración de las listas se ha respetado el compromiso previo asumido por estos tres partidos de colocar el número de candidatos y el orden proyectando el número de votos obtenido por la formación ilegalizada en anteriores comicios; que los miembros de Batasuna desprecian y consideran instrumental su apaño con EA, y que, a pesar de presentarse como político ingresado erróneamente en prisión por pertenencia a organización terrorista, Otegi disfruta bromeando con los suyos sobre los «mandos a distancia» utilizados por ETA en los coches bomba.
La transcripción de esta grabación es una de las muchas pruebas aportadas por la Guardia Civil a la Abogacía y a la Fiscalía del Estado, que han decidido impugnar todas las listas de Bildu -unas 255- por considerar que esta coalición es el plan B de ETA para estar en las instituciones.
La Guardia Civil, al igual que lo hiciera la Policía (cuyo detallado informe fue remitido hace unos días), ha llegado a la conclusión de que «Batasuna ha impulsado las candidaturas de Bildu, ha buscado activamente a las personas para conformar dichas candidaturas y ha organizado la promoción de Bildu». Primero, para poder participar en las elecciones, y después, «para desarrollar el contenido del Proceso Democrático», concebido por ETA.
En la conversación, la esposa de Otegi informa de que «el primero de los nuestros» es el que encabeza la lista de su localidad, Elgoibar. Se refiere a José Luis Ibarzabal Eguibar, identificado por la Guardia Civil como responsable del departamento de atención al ciudadano de la Viceconsejería de Cultura, Juventud y Deportes del Gobierno vasco. «Bien ¿no?», le pregunta ella. «¡Hostia, a triunfar!, se alegra él.
«Y luego, la tercera, Marijo Garmendia». Se trata de una psicóloga homologada por la Diputación de Guipúzcoa que firmó uno de los manifiestos exigiendo la libertad de Otegi. Está especializada en ayudar a quienes han recibido malos tratos. «¡Me cago en Dios!», se vuelve a alegrar el preso. Julia Arregi le explica que los dos de EA que alternan esos puestos son dos concejales actuales, Jon Urigen e Iñigo Cearsolo, y Otegi exclama: «¡Joder, qué nivel! Alcalde». «Tenemos posibilidades de coger la Alcaldía», ratifica Arregi.
Como forma de manifestar su euforia, Otegi bromea entre las risas de su mujer: «Y que eche el chupinazo Sebas... Con mando a distancia». No está identificado pero podría tratarse del preso Sebastián Etxaniz Alcorta, nacido en Elgoibar, que asesinó a 14 personas, entre ellas una mujer embarazada, en la época en la que Otegi estaba en activo en ETA.
Con «esa Eusko Alkartasuna», se jacta después Otegi, ufanándose de la rentabilidad que Batasuna está sacándole a su socio. Más tarde, confirmará que la escenificación con EA «es una charlotada», y bromeará con la intervención de la abogada Jone Goirizelaia en esta cuestión.
El informe de la Guardia Civil abunda en el hecho de que la imposición de Batasuna sobre el resto de sus socios de Bildu contamina todas las listas de la coalición, sin necesidad de analizar los componentes de cada una. Pero las investiga todas hasta concluir que, de las 255 presentadas, 89 están formadas por, al menos, un 20% de candidatos de la formación ilegalizada. Mientras EA y Alternatiba solos no podrían configurar más allá de 30 planchas, Bildu demuestra tener la suficiente estructura como para aportar decenas más: casualmente, sólo tres menos de las presentadas por ANV.
Al final, con tanto cuento de este desgobierno, los batasunos se meteran en las instituciones, de hecho ya lo están celebrando.
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