El sindicato de la ‘zeja’ no tiene previsto asistir al pleno de mañana sobre Libia

07:59 (21-03-2011) | La Gaceta

Los ‘titiriteros’ fueron desalojados del Congreso en 2003 cuando Aznar hablaba sobre Irak. Rehúyen de organizar conciertos para recaudar.

L. A. Madrid

Mañana martes no se espera a ningún artista en la tribuna de invitados del Congreso para escuchar la comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero sobre el apoyo a la guerra de Libia. Puede que no quieran volver a ser expulsados como en 2003, cuando, invitados por PSOE e IU, enseñaron sus camisetas con el lema “No a la guerra” durante la segunda intervención de José María Aznar en el pleno sobre Irak. Pero es más probable que no asistan porque esta vez no tienen nada que decir, como informaba ayer este diario.

“Parece que cuando se llega al Olimpo la guerra es ajena y resulta que no”, decía en febrero de 2003 Víctor Manuel, en referencia al apoyo que había mostrado Alejandro Sanz al concierto que organizó la plataforma Cultura contra la Guerra para recaudar dinero para la población iraquí. Hoy no se escuchan las voces del Olimpo.

Su mujer, Ana Belén, arremetía entonces contra el partido del Gobierno: “Hay quien en el PP dice ‘sí a la paz’, pero dan cien mil vueltas y nadie dice ‘estoy contra la guerra”. Ni a sus compañeros de profesión ni al PSOE se les exige ahora lo mismo. Y eso que a los artistas esto de protestar contra las injusticias les motiva, según sus propias palabras. “Estamos viviendo un momento de movilización único que a algunos nos rejuvenece y a otros les inicia”, decía hace ocho años Víctor Manuel mientras la presidenta de la Academia de Cine en el año del “No a la guerra”, Marisa Paredes, confesaba que aquello fue “de lo más estimulante y eficaz”.

La actriz Leonor Watling fue de las más combativas. Junto con Pedro Almodóvar y Fernando Fernán Gómez leyó un manifiesto tras la marcha del 15 de febrero de 2003: “No hay imperativo moral ante esta guerra si no es el petróleo y los intereses políticos y económicos”. Javier Bardem, una vez retiradas las tropas, fue más duro: “Si las cosas marcharan como debieran, habría que juzgar a Bush, Blair y Aznar por sus crímenes de guerra”.