IKER RIOJA ANDUEZA / Vitoria / El Mundo
Por la mañana, en la Cámara, Jesús Eguiguren y Txarli Prieto departieron alrededor del Hemiciclo. Exactamente como José Antonio Pastor y Rodolfo Ares, dos de los socialistas que se encargaron de calmar telefónicamente al PP, apoyo imprescindible para que Patxi López gobierne y que, en una primera reacción a la iniciativa, se mostró «indignado» y anunció que peligraba el acuerdo que llevó el cambio político al País Vasco. Lo lograron, porque, a media mañana, el número dos del PP, Iñaki Oyarzábal, se congratuló de haber logrado que el PSE paralizase la proposición «sine die».
Pero lo cierto es que nada ha cambiado en la tramitación. El plazo para que los grupos parlamentarios analicen el texto, de siete puntos, en el que también se plantea respetar la decisión de la Justicia sobre Sortu, sea cual sea, y en el que se solicita que se propongan correcciones, sigue abierto. Aunque Pastor prometió «aparcar» la iniciativa, esto es, no hacer que el debate llegue al pleno, hasta dialogar sobre el particular con el socio preferente, el PP.
Admitió Pastor que el documento «puede haber generado inquietud» en las filas populares, más si cabe cuando la cúpula del PP vasco ya ha manifestado su malestar por las declaraciones de Eguiguren o del propio López en torno a Sortu. Pero, según este dirigente del PSE, toda la polémica generada ha sido «artificial», porque, explicó, una lectura detallada del texto registrado muestra que pone en valor «las políticas de tolerancia cero» y «el estado de Derecho». «Reafirma el acuerdo de bases», concluyó Pastor, cuyas palabras suscitaron una expectación desacostumbrada en el Parlamento.
No es de la misma opinión Oyarzábal. Entiende que el texto planteado por los socialistas se aleja «de esas políticas que están dando resultados» y se escapa de la «responsabilidad y prudencia» exigibles, a su juicio, en este tiempo político. Aunque lo que más molestó al PP, según indicó, es la falta de «lealtad» del PSE. «Lo lógico es que estas iniciativas se consulten», dijo Oyarzábal.
Durante su rueda de prensa, admitió que la propuesta sobre Sortu generó un «momento complicado» para la salud del pacto de Gobierno, pero dejó entrever que no entra en la agenda del PP romper el acuerdo. «Tenemos que tratar de superar los momentos difíciles», explicó.
Con todo, esta tensión entre socialistas y populares se podría reproducir antes de las elecciones municipales y forales, previstas para el 22 de mayo. El PNV, también el miércoles, registró en el Parlamento una interpelación al lehendakari para que fije su posición sobre la legalización de Sortu. Se sustanciará en el pleno del próximo día 25.
Y, después, los nacionalistas dispondrán de 72 horas para presentar una moción si no quedan satisfechos con la respuesta. Estas iniciativas, muy frecuentes en la Cámara vasca, se tramitan en un plazo mucho más breve que las proposiciones no de ley y, de producirse, se debatiría en el pleno del 8 de abril. El portavoz del PNV en la Cámara, Joseba Egibar, no ocultó que su intención es poner en un compromiso a López con el fin de que «apueste decididamente y sin reparos por la legalización de Sortu».
Vaya que si, al final los engañarán como a chinos, y el pse hará lo que le de la gana, mejor dicho, lo que está haciendo ahora.
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