MARISA CRUZ / Madrid/ El Mundo
La parada en Túnez del presidente no sólo tiene una fuerte carga simbólica porque se trata del primer contacto directo que tendrán las autoridades tunecinas tras la caída de Ben Alí con un jefe de Gobierno de la Unión Europea, sino también un trascendente contenido político.
Túnez ha sido el país cuna de la revuelta que se ha extendido por el mundo árabe y que ya se ha saldado con la caída de su propio régimen y el de Egipto (Mubarak, otro sátrapa compañero de pupitre de Zapatero en la Internacional socialista) , liderado durante 30 años por Hosni Mubarak. Ahora, la revolución del pueblo ha cuajado de forma extremadamente violenta en un tercer país del Magreb, Libia, donde hasta la fecha el dictador Muanmar Gadafi ofrece una resistencia a sangre y fuego a abandonar el poder.
El viaje tendrá tres días de duración y se iniciará en Túnez, donde Zapatero tiene previsto entrevistarse con el primer ministro, Mohamed Ganuchi, y con varios representantes de la oposición.
Fuentes diplomáticas dan por hecho que el jefe del Gobierno español ofrecerá a las autoridades del país magrebí la ayuda española para encauzar su propio proceso de transición a la democracia.
España es un país bien situado para ofrecer este tipo de colaboración a Túnez. Sin duda, el presidente echará mano del propio ejemplo de la Transición española. Las gestiones, no obstante, serán delicadas porque Zapatero pondrá el máximo empeño en que no se interprete su ofrecimiento como un intento de interferir en el camino del país.
El presidente, además, analizará con Ganuchi las consecuencias que se pueden derivar de la sangrienta represión libia, un país con el que Túnez comparte frontera, así como del malestar y las protestas crecientes en Argelia, su otro Estado vecino.
A continuación, Zapatero se desplazará a Qatar y Emiratos Árabes. En estos dos países el objetivo de la visita se torna más económico.
Qatar es el tercer suministrador de gas a España y resulta lógico deducir el interés del Gobierno por buscar alternativas de suministro para el caso de que nuestros principales proveedores de crudo y gas fallen en su producción.
No obstante, en la visita no faltarán referencias a la situación tensa que se vive en la región y que, por el momento, ha prendido en Bahrein. El viaje del presidente al Golfo se realizará en paralelo a la visita que hará el Rey Juan Carlos a Kuwait, otro país de la zona. Fuentes diplomáticas aseguran que, aunque el viaje del Rey tiene como motivo la celebración del 50º aniversario de la independencia del país, Don Juan Carlos también se interesará por el estado de las relaciones económicas bilaterales y por la situación de cambio que vive el mundo árabe.
Para que tener enemigos como los que tiene zp teniendo amigos com el..., vaya cuadrilla.
ResponderEliminar