MANUEL MARRACO / Madrid/ El Mundo
El magistrado dictó ayer tres autos en los que rechaza diversas peticiones de diligencias de acusaciones y defensas. En uno de ellos, el juez descarta de nuevo la celebración de un careo entre el responsable del equipo policial que ha investigado el chivatazo y el comisario José Cabanillas, superior directo de Germán cuando se produjo la delación. Hace unas semanas, Cabanillas declaró ante Ruz que al día siguiente de los hechos Germán le pidió destruir la grabación que desvelaba la existencia del chivatazo.
Ruz recalca que esa acusación es «sorpresiva», puesto que llega años después de los hechos y no apareció en los informes iniciales de Cabanillas sobre el chivatazo, pese a que ya eran muy críticos con Germán. Además, considera que sus explicaciones de por qué no lo había dicho hasta ahora carecen de lógica, y resalta que el superior de Cabanillas desmintió esa versión.
Es más, el juez apunta que, de ser cierta su afirmación, Cabanillas habría podido cometer un delito de omisión en el deber de perseguir delitos -que habría prescrito a los tres años-, puesto que no denunció lo sucedido. Y añade que, si por el contrario, es falsa, el posible delito sería el de haber mentido en una declaración testifical -con penas de seis meses a dos años-.
El juez precisa que la decisión de abrir o no una investigación contra Cabanillas por falso testimonio corresponderá al tribunal que tenga la última palabra sobre el sumario del chivatazo.
Otro de los autos dictado ofrece otro gesto claro de apoyo a la labor del investigador. Se trata del escrito en el que el juez rechaza la petición del jefe superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamiés, de retirar del caso a Germán ante las dudas sembradas por la declaración de Cabanillas. La respuesta del magistrado es que no existe «motivo alguno de pérdida de confianza por este instructor en la labor realizada» por el equipo investigador, compuesto por cinco policías.
En otro de sus autos, el magistrado confirma su decisión inicial de no citar como testigo al secretario de Estado de Seguridad, como reclamaba Dignidad y Justicia. El juez no ve suficiente para rectificar el dato resaltado por la asociación de que Camacho e Hidalgo estaban en un acto conjunto al día siguiente del chivatazo. Eso haría innecesaria una eventual llamada de Hidalgo a Camacho para dar cuenta del éxito de la delación a Joseba Elosua, una llamada que no aparece en el tráfico telefónico y que el juez echaba de menos en una secuencia lógica de hechos que implicara a Camacho.
La negativa de citar al secretario de Estado se produce pese a que, al igual que el fiscal hace unos días, el juez da por seguro que el entonces director general de la Policía, el imputado Víctor García Hidalgo, sí informó a Camacho de la operación contra la red de extorsión. Eso supone un desmentido a la versión del vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba, quien hace unos días afirmó en el Congreso que ni él ni Camacho fueron informados del operativo desbaratado por el chivatazo.
En cuanto a una nueva citación de Germán como testigo, reclamada por la AVT, el juez dice que resolverá una vez concluidas todas las diligencias pendientes, incluidas las declaradas secretas.
Ya veremos como termina este faisán chamuscado. Pero como va la cosa, no van a implicar a este paso a nadie, fué mágia lo que allí ocurrió. La mágia de la marca rubal, no deja ni rastro.
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