EL ETARRA ES SU COARTADA PARA NEGAR SU IMPLICACIÓN EN EL CHIVATAZO
Enrique Pamies (i) bromea con el superintendente de la Ertzaintza en un acto (EFE).
'El comisario Enrique Pamies, jefe superior de Policía del País Vasco y uno de los imputados por el chivatazo a ETA, anticipó al juez Pablo Ruz que no va a identificar al confidente de la banda apodado el Romano, a quien tanto él como el inspector José María Ballesteros, también imputado, utilizan como coartada para justificar el cruce de llamadas que tuvieron la mañana de la filtración. Los investigadores sostienen que una de esas llamadas fue precisamente la que alertó a Joseba Elosua, dueño del bar Faisán, de la operación policial contra la red de extorsión que operaba desde su establecimiento.
El magistrado reclamó el pasado lunes a Pamies y Ballesteros que en el plazo de diez días le comunicaran de forma reservada la identidad de el Romano, datos de filiación y localización, para tomarle declaración como testigo protegido y poder confirmar así la coartada de ambos imputados. Éstos aseguran que el cruce de llamadas que mantuvieron tenía por objeto preparar una cita con el citado confidente en el sur de Francia.
En un recurso presentado el pasado jueves para oponerse a dicha prueba, la defensa de Pamies, que ejerce el abogado José María Fuster-Fabra, adelanta que no tiene intención de identificar al confidente porque “no solo estaríamos poniendo en peligro la vida de esta persona sino, además, la seguridad de otras muchas y quizás un retroceso irrecuperable en la lucha antiterrorista”.
Los tres supuestos de la defensa
En las alegaciones del recurso, el letrado le plantea al magistrado tres supuestos. El primero, que el Romano sea un miembro activo de ETA que pasa información, en cuyo caso, por muchas reservas que se tomasen para que acudiese a declarar sería imposible garantizar su anonimato. Un segundo supuesto es que el confidente no sea un miembro de la banda, sino un policía infiltrado “que estuviese desarrollando una labor fundamental en este momento en la desarticulación desde dentro de la organización terrorista”. En este caso, la comparecencia ante el juez supondría el final de la infiltración porque ya no habría manera de garantizar su seguridad.
El tercer y último supuesto es que el Romano, además de ser un miembro activo de ETA, tuviese causas pendientes con la justicia española, lo que conllevaría su inmediata detención en el momento de comparecer ante el juez. “Y puestos a suponer –dice el escrito- supongamos que estamos hablando de una persona que sin tener delitos de sangre hubiera salvado con sus informaciones muchas vidas y pudiera seguir haciéndolo”. Conclusión: Enrique Pamies no va a identificarlo.
El letrado justifica esta decisión en que, aún siendo coherente la petición del juez, en el caso que nos ocupa “se opone a un bien superior de carácter colectivo como son aspectos de la seguridad del Estado en relación con la lucha antiterrorista, y a otro bien superior como es la propia vida del confidente”. “Estamos –dice el abogado en alusión a Pamies- ante un cargo fundamental en la lucha antiterrorista, y tal vez hablemos de una persona fundamental en relación con la misma”.
Tienen más cuento que calleja. Harán lo posible para irse de rositas, y si tienen que decir que mataron a manolete, lo dirán.
ResponderEliminarLa verdad, os hará libres.