EL GOBIERNO de Zapatero recibió ayer el enésimo varapalo a su política económica: Moody's, la agencia de calificación de riesgos, hizo público un informe en el que amenaza con volver a rebajar el nivel de solvencia de España si el Ejecutivo no concluye las reformas de las pensiones, del sistema financiero y de la negociación colectiva en un plazo máximo de tres meses, metiendo además en vereda a las autonomías.
Se trata de un verdadero ultimátum del que se desprende la escasa confianza de Moody's en la capacidad del Gobierno para cumplir sus compromisos. La agencia considera que la situación de España es «vulnerable» por su endeudamiento. Pero su advertencia más dura apunta al gasto de las comunidades autónomas, que «no es sostenible». En opinión de Moody's, el Gobierno de Zapatero «no afronta» el problema de la financiación autonómica y sus esfuerzos para lograr una mayor transparencia han sido hasta la fecha «tímidos».
Las palabras de Salgado son poco creíbles el mismo día en que, por un lado, los partidos pactan un alargamiento del periodo de cálculo de las pensiones -que pasará probablemente de 15 a 20 años de forma gradual- y debaten el retraso de la edad de jubilación y, por otro, una entidad financiera como Caja Madrid acuerda con los sindicatos unas prejubilaciones de lujo de las que se beneficiarán 4.000 trabajadores, que percibirán a partir de los 55 años el 95% de su sueldo por no hacer nada. Otras cajas como CCM, CajAstur, Granada y CAM han adoptado conciertos similares.
No parece coherente ese mensaje de los partidos con las prácticas de las cajas, máxime cuando estas entidades financieras han recibido cuantiosas ayudas del Estado para la reordenación del sector. Caja Madrid, en concreto, va a ingresar 4.400 millones provenientes del Frob por su fusión con Bancaja.
Elena Salgado no puede hacer declaraciones enfáticas sobre la reforma del sistema de pensiones mientras permite estas jubilaciones de lujo a los 55 años, ni puede sostener que el gasto autonómico está bajo control cuando existe un altísimo despilfarro, ni puede jactarse de la reordenación del sistema financiero cuando las cajas aprovechan el dinero público para tapar los agujeros de una mala gestión o para reducir su personal.
Moody's pone el dedo en la llaga: hay que recortar drásticamente los presupuestos de las comunidades, hay que capitalizar los bancos españoles y hay que revisar el sistema de pensiones. Pero ello debe hacerse de forma equitativa, transparente y sin tratos de favor.
Orwell decía en Rebelión en la granja que unos animales son más iguales que otros. Esto es lo que está sucediendo con esas prejubilaciones de las cajas, que suponen un escandaloso privilegio para unos trabajadores más iguales que otros que se van a retirar con unas condiciones que resultan un agravio para los millones de españoles a los que se les exige que sigan en activo más tiempo para alcanzar una pensión menor.
Se duda entre celebrar primarias o un congreso
Vamos, lo de siempre, para los mismos de siempre.
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