CASO FAISÁN
A Ignacio Gil Lázaro le costó formular su pregunta debido a los rumores en la bancada. Cuando lo hizo se mostró mucho más inquisitivo que Rubalcaba, que se limitó a acusar al PP de infamias. El popular le espetó que "ya no controla el procedimiento y si se dictan resoluciones, se queda al borde del abismo".
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Varias veces tuvo José Bono que rogar silencio hasta que las bancadas decidieron respetar su orden. Ignacio Gil Lázaro volvió a la carga entonces con el caso Faisán, como en todas las sesiones, un procedimiento que aún no ha sido aclarado por el vicepresidente y ministro del Interior. Éste, interpelado sobre una investigación que "responde al impulso judicial" exclusivamente -ya que el propio Rubalcaba "nunca ordenó que se abriera en el Ministerio", según el diputado del PP-, asumió en su contestación a Gil Lázaro "todos los pasos" y manifestó de forma muy escueta su "respeto" a la investigación ordenada "por el juez" y llevada a cabo "por la Policía".
El diputado del PP reformuló la pregunta para así forzar a Rubalcaba a contestar. Le pidió explicaciones por un escándalo que fue autorizado por "el jefe general de la Policía en primera instancia", y que impidió un "operativo en suelo francés" para evitar que el "4 de mayo fuera detenido un conocido dirigente político vasco". Gil Lázaro exigió a Rubalcaba aclaraciones sobre "quién ordenó al director general de la Policía que organizara el chivatazo"; "qué papel tiene el presidente del Gobierno y usted en este repugnante escándalo" y "especialmente el significado de la relación entre Eguiguren y el propietario del bar Faisán" descubierta esta semana, y que "da una nueva dimensión al chivatazo" y al mal llamado "proceso de paz".
Gil Lázaro concluyó su excelente intervención con un "hasta el próximo período de sesiones" y espetando al vicepresidente que "usted ya no controla el procedimiento judicial y si se dictan resoluciones judiciales, usted se queda al borde del abismo".
Rubalcaba fue más escueto esta vez que el diputado popular, aunque contestó con su habitual displicencia que "en relación a Eguiguren léase usted el sumario y no la prensa, es muy sencillo y verá que no tienen nada que ver, y así una detrás de otra. Confíe usted en los jueces si ustedes están personados".
La perla de Rubalcaba vino al final, como viene siendo habitual, ya que vaticinó que sería el PP el que se "abochornará por todas las barbaridades que, para su desgracia y la de su grupo, están en el período de sesiones y pasarán a la historia como la historia de una infamia".
La historia de una infamia, yo no diría eso, más bien de una traición, y enmerdar como siempre a la Policía. Menos mal, que todos no somos como los de la kgb de ruba.
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