15:35 (12-10-2010)
La lluvia no ha impedido que miles de personas se acerquen hasta la junto a la Basilica del Pilar en Zaragoza para llevar sus flores y sus oraciones a la patrona de la ciudad. Aunque en menor número que en otros años debido al mal tiempo, los fieles han tejido ramo a ramo el manto de la Virgen.
Con la misma devoción y alegría pero en menor número que otros años, maños y visitantes se han echado a la calle para llevar sus flores y su cariño a la Virgen del Pilar, patrona de Zaragoza y de la Hispanidad, en un día que ha amanecido intensamente lluvioso y ha hecho del paraguas complemento indispensable del traje regional.
Una lluvia que ha impedido que los grupos pudieran interpretar sus canciones y bailes sobre la tarima por el riesgo a resbalar, que ha obligado a suspender la ofrenda aérea a cargo del Real Aéreo Club de Zaragoza y a que el trayecto de la ofrenda fluvial también acortará su trayecto para acudir al festejo, debido al fuerte caudal del Ebro.
Con intensidad y sin tregua, la lluvia no ha cesado de caer durante las primeras horas de la ofrenda, que ha dado comienzo a las 07:30 horas de la mañana con la llegada de los vecinos de Cadrete, encargados este año de abrir esta peregrinación para depositar a los pies de la virgen sus flores, su música y admiración.
Engalanados con sus trajes regionales, muchos nuevos y otros que resisten generación tras generación, entre los oferentes se han mezclado hijos de la tierra, con los que vuelven desde los lugares a los que emigraron, con aquellos originarios de otras comunidades autónomas y países, sobre todo de suramérica, que aprovechan también para cantar sus canciones y exhibir sus galas.
Así, la Asociación Aragón-Japón portaba un antiguo tambor japonés de uso tradicional, la isla de Pascua o Rapa Nui el conocido como el haku huru.huru (traje de plumas blancas) con accesorios de conchas y con un tocado en la cabeza de mismo material del traje y unos chilenos se han vestido como mineros para agradecer y solicitar a la Virgen la protección para los 33 trabajadores que aguardan en la profundidad de la tierra en Copiapó (Norte de Chile) desde el 5 de agosto.
Y es que más de cuatrocientos grupos de diecisiete comunidades autónomas y otros tantos países se han inscrito para participar en el acto más emotivo de las fiestas del Pilar, donde mezclan tradición y devoción y cuyos orígenes se remontan a 1958.
Hasta doscientas personas entre organización, servicios municipales y jardineros han desafiado al cansancio y a las alturas para tejer flor a flor y ramo a ramo el manto que quedará configurado sobre la enorme estructura de quince metros de altura, dieciséis de anchura y un peso de 40 toneladas, a cuyos pies se depositan los centros más llamativos como un carro lleno de gladiolos que han llevado desde Alagón o un tapiz del Stádium Casablanca.
A pesar de la incesante lluvia, 100.000 personas habían hecho ya su ofrenda a las 11:00 de la mañana, 50.000 menos que a la misma hora del año pasado, según ha informado el alcalde, Juan Alberto Belloch, en una comparecencia para hacer balance del primer tramo de fiestas, que ha sido positivo pero que espera mejorar en los cinco días restantes con la llegada de tiempo soleado.
La Misa Pontifical ha estado presidida por el cardenal Agustín García-Gasco y Vicente, arzobispo emérito de Valencia, quien ha ensalzado la figura de la Virgen María como mujer de familia y ha advertido que "la cultura que se opone a la familia de fundación matrimonial y la debilita es un fraude y un engaño; no construye nada" y ha dicho que "por el camino del aborto, del divorcio exprés y de la manipulación de los jóvenes no se llega a ningún destino".
Felicidades a toda España, y en especial a la Guardia Civil por su patrona.
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