sábado, 9 de octubre de 2010
El juez Guevara deja vía libre a exhibir fotos de presos etarras
JOAQUÍN MANSO / Madrid
La Audiencia Nacional desinfló ayer la campaña del Gobierno vasco para acabar con la exhibición de fotos de etarras. No siempre es delito. El tribunal, que presidió el juez Alfonso Guevara, absolvió de enaltecimiento a cuatro miembros de la comparsa Txori Barrote, que colgó las imágenes de 95 presos de ETA. El Ejecutivo vasco dijo que es «injusto para las víctimas».Sigue en pág. 8
Las jueces argumentan que casi todos los miembros de Txori Barrote son parientes de reclusos terroristas y que no reivindican sus atentados ni a los presos mismos, sino sólo su acercamiento a las cárceles del País Vasco. Matizan, no obstante, que la mera exhibición de las fotografías puede herir la sensibilidad pública, por lo que, si se aprecia así en cada caso concreto, deberá acordarse la prohibición por la vía administrativa, «confirmándose como apropiada la retirada de tales carteles como contrarios al derecho de las víctimas».
Sin embargo, de esta manera el tribunal elimina la fuerza disuasoria que tiene la posibilidad de una sanción penal, que puede ser incluso de cárcel, para quienes muestren fotos de etarras. La multa administrativa es, como máximo, de 3.000 euros. Además, la Policía autonómica siempre alega para retirar los carteles que se ha cometido un delito.
En el relato de hechos probados que hace la sentencia se recoge el paradigma de las actuaciones perseguidas por el Gobierno vasco. Txori Barrote se define en su página web como «comparsa pro amnistía» y añade que «desde el momento en que los represaliados políticos vascos son una parte de este pueblo, entendemos que han de estar presentes también en las fiestas».
En la Semana Grande de 2008, su txosna aparecía decorada con la simbología clásica de la izquierda abertzale: el arrano beltza (el águila negra), el logotipo que utiliza el Movimiento pro Amnistía, lemas de apoyo a los presos y, rematando el conjunto, «un gran cartel con las fotografías de 95 hombres y mujeres que en aquellas fechas estaban en situación de prisión, acusados o condenados por su pertenencia o relación con la banda terrorista ETA». Y bajo esas imágenes, la leyenda El pueblo vasco necesita libertad.
Para situaciones como ésta, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, afirmó en septiembre de 2009 que la exhibición de fotografías «humilla a las víctimas» y constituye enaltecimiento del terrorismo. El consejero vasco Rodolfo Ares se preguntó: «¿Alguien se imagina Berlín llena de fotos de asesinos nazis?». El hoy presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra, afirmó que ninguno de sus magistrados «tiene ninguna duda de que mostrar esas fotos es un delito».
La Sección Penal Tercera de la Audiencia Nacional -que formaron los jueces Guevara, Guillermo Ruiz Polanco y Clara Bayarri- sostiene ahora, sin embargo, que la mera exhibición de las fotos de etarras no constituye delito, «pues se alega por los acusados que tal cartel no era para reivindicar ni los hechos cometidos por tales presos ni a los presos mismos, sino para reivindicar el acercamiento de tales presos a las cárceles del País Vasco».
En la sentencia se considera que «tal alegato no puede ser desestimado sin más», y los jueces lo mantienen sobre dos argumentos: primero, que la «casi totalidad» de los miembros de Txori Barrote «son familiares de los presos de ETA cuyas fotos se exhiben; en concreto, lo son los cuatro acusados: Gurutze Olagorta Arana, presidenta de la asociación; su secretaria, Aitziber Urrengoetxea; su tesorero, Borja Irizar, y el responsable legal, Alexander Zuluaga, para los que el fiscal pidió 18 meses de prisión y Dignidad y Justicia, dos años de cárcel.
Y segundo, que «ni del contexto, ni de los símbolos y emblemas exhibidos en tal txosna puede inferirse, con total certeza, la existencia de ánimo de enaltecer o justificar el terrorismo». «No existía, en toda la caseta, mención alguna a ETA, ni aparecía símbolo o logotipo alguno con tal banda relacionado», se añade.
Pero en la propia resolución se reconoce que esa simbología consistía, por un lado, en el anagrama Askatasuna, utilizado desde los años 80 por el declarado Movimiento pro Amnistía, ilegalizado por servir a los fines terrorista de ETA; el tribunal lo disculpa, no obstante, en que fue creado en 1975 por Eduardo Chillida como logotipo de la Comisión pro Amnistía, que tenía fines muy distintos y se disolvió tras aprobarse la ley de ese nombre.
Y, por otro, en el arrano beltza, que representa la unidad de Euskal Herria y es una figura asimilada también por ETA, aunque su origen sea anterior. De esto deducen los jueces que «su uso no significa la asunción de los postulados de la banda terrorista».
El tribunal considera que las expresiones «presos políticos vascos» o «represaliados» no siempre constituyen «manifestaciones del entorno etarra, pues en ocasiones se trata de una utilización frívola e inconsciente» del lenguaje.
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Estos jueces hay veces que parecen que tienen el síndrome de estocolmo. Al final, todo el entramado de eta, será un mal sueño...., al paso que vamos, pues eso.
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