por Carlos Ruiz Miguel, 06 de Octubre de 2010
El largo secuestro de tres ciudadanos españoles en la región saheliana del desierto del Sahara ha proyectado sobre los medios de comunicación a un grupo de delincuentes calificado como terrorista y que se conoce se da en llamar “Al Qaida del Magreb Islámico” (AQMI). En este trabajo quiero argumentar que: I) existen numerosas razones para pensar que “AQMI” de “Al Qaida” apenas tiene el nombre; II) hay fundamento para considerar que no es lo que parece y que hay demasiadas cosas extrañas alrededor de este grupo; y III) como corolario hay indicios de que algunos de los hechos relacionados con el grupo pueden traducir nuevas modalidades de apoyo indirecto por un Estado a un grupo terrorista instrumentalizado a su servicio.
1. AQMI y Al Qaeda
Con ocasión de los atentados de 16 de mayo de 2003, en Casablanca, se planteó la cuestión de su autoría. Dos tesis se presentaron. De acuerdo con la primera, que yo defendí, los atentados obedecían a la dinámica interna de Marruecos[1]. De acuerdo con la segunda, los atentados tenían una inspiración externa, y en concreto, de un grupo supuestamente ligado a “Al Qaida”[2]. Se trataba del “Grupo Islamista Combatiente Marroquí” (GICM) que, pese a que no había cometido anteriormente ningún atentado, fue incluido el 10 de octubre de 2002, a instancias de Marruecos, en la lista de organizaciones terroristas abierta a raíz de la resolución 1333 (2000) del Consejo de Seguridad relativa a Al Qaida, los talibanes y sus asociados. Este supuesto GICM, cuya existencia era afirmada por el gobierno marroquí, fue poco después declarado “grupo terrorista” existente por los Gobiernos norteamericano[3] y británico antes de la producción de los atentados de Casablanca. Conviene advertir que cuando se produjeron esos atentados no se produjo ninguna reivindicación de aquellos atentados por el supuesto “GICM”.
Pero entonces, si “Al Qaida” ya tenía una presencia en el norte de África a través de ese supuesto GICM que, según algunos, ya estaba vinculado con la organización de Bin Laden,… ¿para qué fundar una “franquicia” para todo el Magreb con el nombre de “Al Qaida del Magreb Islámico? La cuestión es tanto más sorprendente cuando se considera el origen de esta supuesta “Al Qaida” es otro grupo (el GIA-GSPC) que, según la lista de organizaciones terroristas de la ONU, ya estaba vinculado a “Al Qaida”[4]. En efecto, después de que el Ejército argelino anulara en 1992 las elecciones que dieron el triunfo al FIS (Frente Islámico de Salvación), surgió un grupo terrorista islamista, el GIA (Grupo Islámico Armado) que emprendió una guerra, primero de guerrillas y luego terrorista contra el Ejército y la población. Este GIA se nutrió de guerrilleros que habían formado parte de las guerrillas islamistas anti-soviéticas que fueron financiadas y entrenadas por la CIA norteamericana y el ISI pakistaní. Una vez derribado el gobierno pro-soviético, estos guerrilleros constituían una fuente de desestabilización del país y la CIA presionó a Arabia Saudí y otros países del Golfo Pérsico para que proporcionaran pasaportes a los guerrilleros y los enviaran fuera de la zona. Se estima que 900 engrosaron las filas del GIA[5]. A partir de 1998 aparece una facción del GIA, el GSPC (Grupo Salafista de Predicación y Combate), que irá eclipsando al primero.
Este GSPC es el que en 2006, en extrañas circunstancias, decide cambiar su nombre por “Al Qaida del Magreb Islámico” (AQMI) y supuestamente prestar vasallaje a Osama Bin Laden. En una página web (Magharebia) patrocinada oficialmente por el mando del Ejército norteamericano sobre los asuntos norteafricanos (AFRICOM) se recordaban las extrañas circunstancias que gestaron esta "Al Qaida":
“Las relaciones entre (Abdelmalik) Drukdel[6] (el supuesto anterior jefe de AQMI) y (Abu Obeida) Yusef [7](el supuesto nuevo jefe de AQMI y anterior jefe del “consejo de notables” del grupo) se deterioraron desde el anuncio, en el año 2006, del vasallaje del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) a la red internacional de Al Qaida. El consejo de notables fue apartado y jamás se le consultó por el nuevo jefe de la organización terrorista (Drukdel)”[8].
Esta forma tan rara de "asociarse" a Al Qaida ha hecho que un periódico argelino, La Nouvelle République, se pregunte: “La afiliación del GSPC a Al Qaida, ¿es creíble? Por qué no considerar que se trata de un anuncio suscitado, provocado, programado por quien nos considera como su enemigo estratégico en el espacio geopolítico al que las autoridades argelinas no dejan de declarar su pertenencia?”[9].
El hecho es que las dudas sobre la verdadera naturaleza “terrorista” de los grupos que operan en el Sahara y en el Sahel también ha sido puesta en duda por el profesor británico Jeremy Keenan[10].
2. ¿Es AQMI lo que parece?
Existen, igualmente, razones para pensar que “AQMI” no es exactamente lo que se quiere hacer pensar de él y puede estar instrumentalizado por algún o algunos Estados. Se han formulado varias tesis: algunos vinculan a “AQMI” con Mali; otros con Argelia; otros con el Frente Polisario y otras con Marruecos y Francia.
AQMI y Malí
La vinculación de “AQMI” con Mali, si bien no aparece originalmente, se ha denunciado como un hecho sobrevenido. La argumentación gira en torno a dos ideas. Por un lado, la sorprendente libertad de movimientos de AQMI en Mali, a tenor del testimonio de Mustafá Chafi (ciudadano mauritano asesor del presidente de Burkina que actuó de mediador para liberar a unos ciudadanos españoles secuestrados por “AQMI”), que ha reconocido en una entrevista al diario ABC que durante su mediación para que “AQMI” liberara a tres españoles secuestrados, se dirigió a las bases de “AQMI”, en el norte de Mali, al menos doce veces[11]. Por otro lado, se ha afirmado que “AQMI” se beneficia de la pasividad, o incluso de la complicidad de ciertos responsables malienses de las altas esferas del Estado[12] o al menos de esferas corruptas del Estado[13].
Una variante de esta tesis es la que vincula a “AQMI” con el personaje de Mustafá Chafi. Según la prensa argelina, durante el secuestro de ciudadanos españoles en 2009-2010, el gobierno mauritano intentó convencer al español de que los secuestros los programa el propio mediador, Chafi, que se lucra con un porcentaje de los rescates. No en vano Chafi medió en otros dos casos: el del secuestro de dos diplomáticos canadienses en 2009 y el del espía francés Pierre Camatte, que fueron liberados a cambio de la liberación de presos además de dinero[14].
AQMI y Argelia
La tesis de la vinculación de “AQMI” con Argelia y con los Estados Unidos, que tiene sus antecedentes en algunas acusaciones que vinculaban a la inteligencia argelina con el terrorismo islamista argelino antes de que apareciera “AQMI”, hoy en día tiene a su más destacado defensor en Jeremy Keenan.
Poco después de que se iniciaran los enfrentamientos del Ejército y la población civil contra la guerrilla y el terrorismo islamista (a partir de 1992) comenzó a circular la tesis de que detrás de los grupos terroristas islamistas estaban, en realidad, los servicios de inteligencia argelinos. Esta tesis, conocida como la del “Qui tue qui?” (“¿quién mata a quien?”) se formuló para acusar a los servicios secretos argelinos (DRS-Département de Renseignement et Sécurité) de ser quienes estaban alentando el terrorismo islamista que asoló el país principalmente en la década de los noventa. En mi opinión esa tesis debe ser considerada con muchas reservas por varios motivos. En primer lugar, las obras que sustentan esta tesis[15], han sido combatidas por los adversarios de la misma alegando que ofrecen datos que no son exactos[16]. En segundo lugar, debe constatarse que los elementos más activos en su difusión (Florence Aubenas yJosé Garçon (periodistas de Libération), Jean-Baptiste Rivoire (periodista en Canal+)y otros presentes en el mundo editorial, como François Gèze, dueño de la editorial La Découverte han sido acusados de tener vínculos con… la DGSE (Direction Générale de la Sécurité Extérieure), el servicio secreto exterior de la potencia hostil a Argelia por excelencia que es Francia[17]. En tercer lugar, y más grave, uno de los líderes terroristas de ese momento (Abelhaq Layada) ha declarado que Francia apoyaba a los terroristas islamistas[18]. Es sabido, en efecto, que después del inicio de la rebelión islamista en Argelia, los integristas argelinos gozaban de gran libertad de movimientos en Francia, país que no ocultaba su simpatía por el triunfo islamista en Argelia. En cuarto lugar, el análisis del que con seguridad es el crimen del GIA más investigado (el asesinato de los siete monjes trapenses franceses en Tibéhirine) dista mucho de confirmar la implicación en el mismo de la inteligencia argelina, a pesar de las acusaciones formuladas por los partidarios del “qui tue qui?” y antes bien permite defender tesis bien opuestas[19].
La investigación de este crimen llevó al periodista Didier Contant a desautorizar a varios de los más relevantes representantes de la tesis que acusaba a la inteligencia argelina de complicidad con el GIA, como Abdelkader Tigha y Jean-Baptiste Rivoire. Contant, que concluyó que no existía esa complicidad fue objeto de una campaña calumniosa y sufrió acoso por Rivoire. El resultado es que Contant acabó muriendo en circunstancias no aclaradas. El 26 de noviembre de 2009 Rivoire fue condenado por haber ejercido violencia premeditada contra Contant, dando el triunfo a la acción penal iniciada por la novia del difunto Constant[20].
Keenan, por su parte, ha desarrollado esta tesis añadiendo un nuevo argumento: que USA llegó a ser cómplice de secuestros de “AQMI” proporcionando inteligencia y cobertura política a las operaciones del servicio secreto argelino. El motivo que llevó a Washington a esta cooperación fue el intento de fabricar una amenaza terrorista en el corazón del Sahara para así luego poder justificar la expansión militar en África para controlar el petróleo y los recursos naturales del continente, especialmente del Sahara. Por su parte, Argelia se prestó a esta operación porque necesitaba moderno material militar para poner fin a las actividades armadas que surgieron después del golpe militar que impidió en 1992 el acceso al poder a los islamistas argelinos[21].
Ahora bien, la tesis de Keenan tiene algunas inconsistencias o puntos frágiles. En primer lugar, da por sentado que es cierta la tesis del “Quie tue qui?” sobre la que hay buenas razones que haya podido ser lanzada como una operación de desinformación. En segundo lugar, es difícil comprender por qué Argelia apoyaría la creación de una amenaza terrorista en el Sahara-Sahel para obtener armas modernas con las que combatir a un grupo ¡que ya constituye una amenaza en el interior del país! y que, para colmo, se dice que está creado o controlado por el propio servicio secreto argelino. En tercer lugar, no tiene mucho sentido que el creador de ese grupo terrorista pueda ser el país que, sin duda, más lo combate de hecho: sus líderes están juzgados y condenados en Argelia (y huidos para no ser encarcelados); el gobierno se opone al pago de rescates que financian al grupo; y, por último, es Argelia, sin duda, quien más terroristas ha eliminado.
No obstante, también es cierto que Keenan ha puesto de relieve algunos hechos muy relevantes. Quizá el más interesante es que ya en 2003 se intentó vincular al líder del GSPC (conocido como “El Para”) con Bin Laden, mediante un video si bien parece que ese video resultó fraudulento[22].
3. Los intentos por vincular AQMI y el Frente Polisario
La tesis menos creíble, pero más insidiosa, es la que vincula a AQMI con el Frente Polisario y que se ha hecho circular desde publicaciones o centros del entorno del servicio de inteligencia marroquí. La tesis empezó a circular a raíz del ataque atribuido aL GSPC en la guarnición mauritana de Lemgheity, cerca de la frontera de este país con Mali y posteriormente se reactivó con ocasión del secuestro de tres españoles en Mauritania en noviembre de 2009.
El 4 de junio de 2005, en el norte de Mauritania, en la guarnición de Lemgheity (situada cerca de la frontera de Mauritania con Mali y Argelia) y ¡a 400 Kilómetros de la frontera del Sahara Occidental! se produjo un ataque armado que provocó la muerte a 15 soldados mauritanos. Aquel atentado fue reivindicado por el GSPC ("Grupo Salafista de Predicación y Combate") que luego cambió su nombre por “AQMI” ("Al Qaida del Magreb Islámico). Muy pronto, la máquina de desinformación de los servicios secretos marroquíes se puso a funcionar y un diario, muy cercano a los altos círculos del majzén ("Aujourd'hui le Maroc"), apenas unos días después del atentado de Lemgheity, el 20 de junio de 2005, iniciaba la operación con un artículo titulado “La pista argelina se concreta”, en el que decía:
“(...) Uno de los heridos en el ataque a Lemgheity ha declarado que, durante el ataque, ha identificado dos vehículos "Land Rover" pertenecientes al Polisario. Los pasajeros de estos vehículos que estaban sobre el lugar en el momento del ataque han ayudado a los terroristas a transportar los equipos de comunicación y de armamento, ha afirmado el herido en una declaración a la oficina de la MAP (agencia oficial marroquí de noticias) en Nuakchott (capital mauritana). El herido, cuyo estado de salud ha mejorado, ha añadido que los primeros grupos de elementos armados del GSPC llegados al lugar del ataque hablaban con fluidez el dialecto "hassanía" lo que lleva a creer que eran "bidanis". Por otro lado, ha negado que estos hombres fueran mauritanos.”[23].
Esta tesis fue asumida por el "informe" que publicó en noviembre de 2005 un centro de estudios con sede en Bruselas (ESISC) para desacreditar al Frente Polisario, diciendo que "no se podía rechazar" la tesis de que el Polisario estaba implicado en ese ataque, habida cuenta de que "ciertos testigos" así lo dijeron[24]. Ahora bien, los únicos "testigos" son “uno”, el herido que mencionó “Aujourd'hui le Maroc”. Un herido cuya credibilidad es nula, no sólo por razones que veremos después, sino porque los "bidanis" que hablan "hassanía" son tanto los saharauis como los mauritanos no negros.
A las pocas semanas de la publicación de este informe del ESISC, destinado a desacreditar al Frente Polisario, en diciembre de 2005, el semanario crítico marroquí "Le Journal Hebdomadaire" publicó un número especial sobre el mismo[25]. En dicho número especial se reproducían numerosos fragmentos del informe para ilustrar las tesis del semanario que se vertebraban en tres artículos. En uno de ellos, se decía que el ESISC se financia mediante el pago por los encargos de estudios que se le hacen y que había motivos para sospechar que el informe había sido financiado directa o indirectamente por el poder marroquí. En otro se decía que el informe estaba "teleguiado" por Rabat. Y, finalmente, en un tercer artículo se entrevistaba a Bernabé López García, conocido defensor español de las tesis marroquíes que decía que el informe se había elaborado "para complacer a Marruecos".
Un hecho concurrente dio credibilidad a la denuncia de "Le Journal Hebdomadaire". El Frente Polisario envió al ESISC un escrito de réplica al "informe" el 29 de diciembre de 2005[26]. A esa respuesta oficial cabe añadir la elaboración de réplicas por miembros del Frente Polisaro a título personal[27]. El ESISC se ha negado a publicarlo. Hasta hoy. La parcialidad a favor del poder marroquí, desde ese momento, ya no es una cuestión subjetiva, sino objetiva.
El número especial de "Le Journal Hebdomadaire" fue un golpe durísimo para el majzén porque supuso la total pérdida de credibilidad del informe del ESISC que se pensaba que iba a desacreditar al Frente Polisario. De nada servía que se hubiera intentado silenciar al Frente Polisario negándole su derecho de réplica. "Le Journal Hebdomadaire", la publicación más prestigiosa en los medios diplomáticos acreditados en Rabat acababa de desmontar la operación de descrédito contra el Frente Polisario.
Ante el fracaso, la reacción no se hizo esperar: Claude Moniquet, responsable del ESISC, demandó a Le Journal por considerar que la afirmación de que el informe estaba "encargado" por Marruecos era una difamación[28]. Eso sí, le demandó ante los tribunales marroquíes. El abogado de Moniquet reconoció que “cuadros de origen marroquí que se hallan perfectamente integrados en los diferentes países europeos son quienes han suscitado el informe”. El juicio se celebró en un tiempo record y el resultado fue el previsible en un país como Marruecos donde la independencia judicial no existe: se condenó a "Le Journal" a una multa equivalente a 275.000 euros. La más alta impuesta en la historia de Marruecos. Pensemos que el sueldo medio en Marruecos ronda los 200 euros mensuales. El resultado final fue que Le Journal tuvo que cerrar porque no podía hacer frente a ese pago. La condena se produjo después de que Le Journal denunciara la mala fe por parte de Moniquet y de su abogado. Mala fe tanto más clara cuanto que Claude Moniquet no demandó a Bernabé López ante los tribunales españoles por haber dicho éste que el informe se hizo "para complacer a Marruecos".
Pero finalmente la justicia hizo su trabajo para poner fin a las especulaciones. El 13 de julio de 2009 el Tribunal de Apelación de Nuakchott, juzgó el caso Lemgheity. Determinó quienes habían llevado a cabo el ataque contra la guarnición de Lemgheity el 4 de junio de 2005, condenó a algunos detenidos y liberó a otros. Se demostró que no había habido absolutamente ninguna implicación del Frente Polisario[29]:
“Según el corresponsal de la ANI, el tribunal de apelación ha hecho público este lunes por la tarde su veredicto sobre el asunto de Lemgheity (…) Las condenas dictadas son las siguientes: condena de Taher Uld Biyé y de Teyeb Uld Salek por falsificación y uso de falsificaciones, pertenencia a un grupo armado contra Mauritania. La condena a ocho años de prisión firme, en lugar de a cinco años, contra el acusado Taher Uld Abdel Jelil Uld Biyé.
Siete años de prisión firme, enlugar de tres, para el acusado Teyeb Uld Salek.
El Tribunal ha confirmado la pena de prisión de tres años para el acusado Ely Cheij Uld Jaumani y la condena a dos años (con libertad condicional) de Mustafá Uld Abdel Kader.
Ha absuelto a Mohamed Salem Uld Mohamed Lemín, alias Al Mashlisi, Sidi Uld Sidina, Brahim Uld Hmeida.
Ha archivado, por motivo de su fallecimiento, la acusaciónn formulada contra Ahmed Uld Rahdi.
El Tribunal ha aplazado el pronunciamiento de su veredicto respecto a aquellos que son juzgados por contumacia, a saber, Mohamed Lamin, Uld Yeddu y Mohamed el Mustafá Uld Cheiguer Sidi Mohamed Uld Cheijani, a la espera de que puedan comparecer según las leyes en vigor”
No obstante, la prueba de que esta acusación está basada en una evidente mala fe es que, aun después de que esta sentencia probara la falsedad de las acusaciones contra el Frente Polisario, algunos la han seguido manteniendo, alimentando así la espiral de desinformación desencadenada por la inteligencia marroquí. Así, lo hizo el ESISC en un nuevo informe en el que reitera las acusaciones ya hechas en 2005, sin reconsideración alguna a pesar de los hechos[30]. Y así lo ha hecho también un periodista español añadiendo algún elemento nuevo:
“El ataque de 4 de junio de 2005 del GSPC contra un cuartel mauritano en Lemguiti, que acaba con la vida de quince soldados, parece anunciar que, más allá de labores logísticas, los saharauis también se implican directamente en los atentados terroristas. La participación de al menos un miembro del Frente Polisario, Muawía Uld Lamín Labied, es establecida por la investigación posterior. Además, según ésta, en el operativo se habrían utilizado vehículos todoterreno del Frente Polisario, y varios de los terroristas hablaban el dialecto árabe hassanía, propio de los saharauis”[31].
Adviértase que, habiéndose dictado sentencia por el Tribunal de Apelación de Nuakchott bastante antes de que se publicara el libro, el autor omite que, según la auténtica investigación judicial no hay ningún miembro del Frente Polisario llamado “Muawía Uld Lamín Labied” condenado, y ni siquiera encausado, por este asunto. Por otro lado, es muy sospechoso que un conocedor de la región utilice como argumento para acusar al Frente Polisario el hecho de que los terroristas “hablaban el dialecto hassanía, propio de los saharauis” cuando es notorio que ese mismo dialecto también es el que se habla en Mauritania. De hecho todos los condenados, precisamente por ser mauritanos, hablaban hassanía.
Más intentos por vincular AQMI con el Frente Polisario
Aunque fue después del ataque a Lemgheity la primera vez que se formula públicamente la acusación contra el Frente Polisario de estar públicamente vinculado con el terrorismo islamista, el “informe” del ESISC de noviembre de 2005 alude a conexiones previas en el año 2004. Así, en un momento dado atribuye, a un “un alto responsable marroquí conocedor del tema”, esta afirmación:
“en 1994 los servicios de seguridad argelinos capturaron, en manos de terroristas del GIA, algunas armas cuyo número de serie les mostró que habían sido suministradas por su propio Ejército… al Polisario. No hemos sabido nunca si estas armas han sido vendidas en un contexto de tráfico o han sido suministradas a los terroristas por simpatizantes dentro de los campamentos de Tinduf. Lo que es cierto, por otro lado, es que la seguridad militar argelina ha pedido explicaciones al Polisario y ha intensificado muy seriamente su control sobre los islamistas que pertenecen al Frente…”[32].
A pesar de que el informe del ESISC sólo hace una insinuación diciendo que “no hemos sabido nunca si estas armas han sido vendidas en un contexto de tráfico o han sido suministradas a los terroristas por simpatizantes dentro de los campamentos de Tinduf”, un periodista español cita este informe para decir algo mucho más grave y que ni siquiera el informe del ESISC se atrevió a decir:
“En algunos casos se establece una relación directa de los jóvenes del Frente Polisario con los terroristas del GIA. En 1994 los contactos entre ambas organizaciones quedan en evidencia cuando, (…), los servicios de seguridad incautan al GIA un arsenal de armas que el propio Ejército argelino había proporcionado previamente al Frente Polisario, quedando este hecho confirmado por el número de serie del arsenal aprehendido”[33].
La afirmación resulta increíble cuanto que, en los momentos de mayor violencia islamista en Argelia, el Frente Polisario fue objeto de atentados por el GIA[34]. Es más, un buen experto en la región debe saber que el “emir nacional” del GIA, Abdelhaq Layada, cuando fue juzgado en Argel en 1994 tras ser capturado, afirmó que, antes de ser extraditado desde Marruecos, altos responsables de ese Estado le pidieron que eliminara a algunos miembros de la oposición marroquí residentes en Argelia, así como al secretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz[35].
Más sobre el Frente Polisario
El último intento, por ahora, de vincular al Frente Polisario con “AQMI” se produjo tras el secuestro de tres ciudadanos españoles en Mauritania el 29 de noviembre de 2009. Este secuestro se produjo apenas unos días después de que estallara la crisis del “asunto Haidar” que enfrentó a España con Marruecos. El día 14 de noviembre, Marruecos deportó ilegalmente a España a la ciudadana saharaui Aminatu Haidar que había aterrizado en El Aaiún. Las autoridades marroquíes quitaron su pasaporte a Haidar y la deportaron a España con la complicidad de las autoridades españolas. La deportada, entonces, inició una huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote hasta que le permitieran regresar a su país, el Sahara Occidental, cosa que sólo ocurrió el día 17 de diciembre de 2009.
Al día siguiente de producirse el secuestro de los españoles empezó la operación de desinformación. La oficina en Rabat de la agencia France Presse (AFP) transmitía un despacho según el cual “una fuente de la seguridad marroquí” les había confiado que “los tres cooperantes habrían sido abandonados entre el norte de Mauritania y el sur del Sahara Occidental” en la región de “Aguouimite” (Agwanit, en la parte del Sahara Occidental bajo el control de la RASD/Frente Polisario). El mismo despacho, sin embargo, decía que este dato había sido desmentido por un “responsable gubernamental marroquí”[36]. En otro despacho desde Rabat, la AFP sostenía que “uno de los secuestradores, que responde al nombre de Azzouzz -siempre según la fuente citada por AFP- habría tenido un cargo de responsabilidad en el Frente Polisario, grupo armado que reclama la independencia del Sahara Occidental”[37].
A pesar de la escasa consistencia de estos despachos, un medio digital próximo a las posiciones marroquíes el mismo día 1 de diciembre de 2009 se hacía eco de la información de AFP con dos artículos que alimentaban la idea de que el Frente Polisario estaba implicado. Por un lado, titulaba que “Nuevas informaciones apuntan a la posible liberación de los cooperantes” relegando a la letra pequeña la parte dedicada al desmentido de esa liberación que anunciaba el titular[38]. Y por otro lado, y esto es más grave, aparecía otro artículo con el título “Marruecos insinúa que tras el secuestro estaría el Frente Polisario”. En el texto del mismo se dice que
“En el secuestro de los tres españoles en Mauritania están implicados “varios grupos terroristas que operan en la región” y “personas que viven en los campamentos de Tinduf”, según un comunicado oficial hecho público este martes por el Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí”[39].
Este medio digital añade la referencia de AFP al tal “Azzouzz” para alinearse totalmente con la supuesta tesis marroquí al subtitular una sección de esta “información” así: “Las informaciones confirman que uno de los secuestradores pertenecía al Frente Polisario” (curiva mía). Apenas un día después, un medio digital cercano al Frente Polisario publicaba un artículo-sátira comentando la supuesta existencia de un tal “Azzouzz” en el Frente Polisario haciendo notar que nadie se llama así entre los saharauis[40].
Tras estas primeras escaramuzas, se produce una segunda ofensiva intoxicadora unas semanas después. El día 20 de febrero de 2010, el gobierno de Mali entregó a uno de sus ciudadanos (a quien poco antes había detenido) a Mauritania para que fuera juzgado por su participación en el secuestro de los españoles. El individuo, llamado Oma Uld Sidi Uld Ahmed empezó a recibir el apodo de “Omar Saharaui”, a pesar de ser un ciudadano de Mali[41]. A partir de ahí comenzó un nuevo proceso de intoxicación.
Una página web (Sahel “Intelligence”) a los dos días de la detención de Uld Hama comenzó la nueva campaña de intoxicación en un artículo firmado por un antiguo teniente coronel del Ejército israelí. Esta nueva campaña basda en supuestas “fuentes fiables próximas a los servicios de seguridad que operan en la región”, se articuló en dos ejes. Por un lado, lanzó, por primera vez, el alias de “Omar Saharaui” para designar a Uld Hama; por otro, lanzó, también por primera vez, la idea de que el recién llamado como “Omar Saharaui” era, nada más y nada menos que un “cuadro del Frente Polisario”. A partir de ahí, Benshimon sostiene que esta detención refuerza la tesis marroquí de que hay un “deslizamiento de ciertos cuadros del Polisario hacia los movimientos terroristas islamistas del Sahel”[42].
A partir de ahí continúa la campaña. El blog cercano al servicio de inteligencia marroquí llamado “Sahara-retos”, lanzó a principios de abril la idea de que tanto “Omar Saharaui” como otros implicados en el secuestro eran saharauis:
“Los cooperantes, dos de ellos siguen en manos de Mokhtar Belmokhtar, emir de AQMI en el Sahel, fueron secuestrados por Omar Ould Sid’Ahmed Ould Hamma alias Omar Saharaui, miembro del Polisario que acaba de ser imputado por la Justicia mauritana como autor principal del rapto y, por ello, ingresado en la Prisión Central de Nuakchot. Este dato se sigue sin conocer por la sociedad española.
Desde Mauritania se busca el suplicatorio a Argelia para los dirigentes del Polisario Mohamed Salem Mohamed Ali Ould Rguibi, militar perteneciente a la Cuarta Región del Polisario, M’hrez, así como Mohamed Salem Hamoud, militar guerrillero argelino, y Nafii Ould Mohamed M’Barek, que ejerció de militar en la Sépitima Región del Polisario y liberado en el contrabando y tráfico de toda índole entre Zouirat y Atar, en el norte de Mauritania”[43].
Apenas unos días después de que el blog “Sahara-retos” introdujera en España la intoxicación sobre Uld Hamma fue el diario ABC quien la dio difusión nacional. En un artículo publicado el 12 de abril de 2010 con el título “Mercenario de Al Qaida”, decía que “Saharaui, que según una fuente consultada por ABC ha formado parte del organigrama del Frente Polisario”[44]. El desmentido del Frente Polisario fue publicado el día 18 de abril en el mismo diario ABC, con estas palabras:
“En relación con la información publicada el pasado 12 de abril, relativa a Omar Sidamed Hama, alias «Saharaui», en la que ABC atribuye a fuentes mauritanas supuestos vínculos con el Frente Polisario, la Oficina del Frente Polisario en Bruselas hace la siguiente aclaración: «El llamado Omar Sidahmed Hama no sólo nunca fue miembro del Frente Polisario, sino que ni siquiera tiene ningún vínculo, ni de consanguinidad ni de ningún orden, con los saharauis. Se trata, segun sus propias declaraciones a la prensa mauritana, de un ciudadano de origen maliense, de la conocida tribu de Kinta, que ha vivido de siempre en los confines de la frontera este de Mauritania, en particular en las cercanías de la localidad fronteriza de Basouknou. Siempre según el mismo personaje, antes de su detención se encontraba en las cercanías de la ciudad maliense de Tumbuctu cuidando a sus rebaños de camellos. Ignoramos cuál es la veracidad de la fuente a la que se remite ABC, pero lo que sí hubiese sido recomendable es tener la precaución de saber que en Mauritania se encuentra una de las redes más profusas y activas de los servicios de espionaje marroquíes, por obvias razones de vecindad geográfica, y por las relaciones históricas con la zona del conflicto saharaui. Por otra parte, y para disipar toda duda al respecto, las autoridades mauritanas mantienen fluidas relaciones con el Frente Polisario, y hasta estos mismos momentos no hemos recibido ninguna comunicación oficial que acredite que el señor Omar Sidamed Hama tenga ningún tipo de relaciones con los saharauis. El hecho de relacionar al supuesto autor del secuestro de los tres cooperantes españoles con el Frente Polisario delata la clara intención de dañar el margen de simpatía de que tradicionalmente ha gozado la causa saharaui en amplios sectores de la opinión pública española».[45]
Era de suponer que tras este rotundo desmentido se pondría fin a la operación de intoxicación. Sin embargo, la prueba de lo mucho que vale el territorio en litigio la ofrece el encarnizamiento para imponer esta intoxicación. En efecto, después de este desmentido, la ofensiva intoxicadora se intensificó con la publicación en España de un libro por un periodista destinado en Marruecos y que en repetidas ocasiones ha defendido las posiciones oficiales del régimen marroquí. En ese libro (editado en mayo de 2010, insisto, después de publicado el desmentido del Frente Polisario), este periodista realiza afirmaciones que van más allá del artículo de Sahel Intelligence que cita para realizar sus afirmaciones. Así, por un lado, donde Benshimon habla de “un cuadro del Frente Polisario”, Alvarado habla de “un responsable militar del Frente Polisario”. Por otro lado, donde Benshimon habla de un “deslizamiento de ciertos cuadros del Polisario” hacia el terrorismo, Alvarado afirma que se está “confirmando” “estrechos lazos entre el Frente Polisario y AQMI”. Alvarado, por tanto, realiza una afirmación que no se contiene en el texto citado como fuente en la nota. Una afirmación que alimenta las tesis de la inteligencia marroquí. Este es el pasaje literal:
“A finales de febrero de este año (2010) se produce el arresto de Omar Uld Sidi Ahmed Hama, alias Omar Saharaui, un responsable militar de la organización independentista, confirmando las sospechas sobre la existencia de estrechos lazos entre el Frente Polisario y AQMI”[46].
La realidad, sin embargo, era diferente. Cuando los tribunales mauritanos abrieron el proceso por el secuestro de los españoles había once acusados, procedentes del Sahara Occidental, Mauritania, Argelia y Mali). La sentencia de primera instancia, el día 21 de julio de 2010, condenó a Uld Hama a 12 años de trabajos forzados, y a un pastor mauritano de 75 años, Boukhari Ould Issaoui, a un año de prisión con libertad condicional. Otros cuatro procesados (Mohamed Salem Ould Hmouda, Boukhary Ould Ayssaoui, El Id Ould Ehbouss Regragui et Kowriya Mint Issaoui) fueron absueltos[47].En esta primera instancia quedó definitivamente claro que Uld Hama, aunque fue apodado por algunos como “Saharaui”, no era saharaui, sino que era de Mali. Por lo demás, se precisó después que proviene de la tribu “Machdhuf” (presente en Mali y Mauritania)[48]. Esta sentencia fue recurrida y el tribunal de apelación pronunció, el día 11 de agosto su sentencia definitiva que confirmaba todos los pronunciamientos anteriores y añadía un pronunciamiento absolutorio a favor de otro implicado, Joumaâ Al Regraghi[49]. La conclusión está clara: ni Uld Hama era saharaui ni ningún saharaui había participado en este secuestro.
A pesar de los datos objetivos, se produjo aún una tercera ofensiva intoxicadora en este asunto. Un diario mauritano, publicó una nueva insidia el 14 de agosto, apenas unos días después de la sentencia de apelación. Según esa insidia, cuando el mismo día 14 de agosto Uld Hama fue sacado de la cárcel de Nuakchot, se lanzó la especie de que eso se hizo para entregarle a Mali… ¡o al Polisario![50]. Esta tercera intoxicación tuvo un corto recorrido puesto que el gobierno de Mali solicitó la entrega de su ciudadano poniendo rápido fin a esa especulación.
Apenas unos días después de la sentencia del tribunal de apelación, se produce una nueva ofensiva (la cuarta) en una doble dirección. Por un lado, Simon Benshimon desde “Sahel Intelligence” acusó a Sleima E’rguibi Mohammed Ali, de ser un miembro del Frente Polisario implicado en el secuestro[51]. Sin embargo, es notorio que ninguna de las dos sentencias del proceso daba credibilidad a sus insinuaciones. Por otro lado, de forma más tosca, en España un individuo hacía suya y publicaba la curiosa tesis de que la “prueba” de “los intereses comunes que unen el polisario (sic) a Al Qaeda” es “la ausencia de la mínima confrontación entre ambas partes y el tráfico de armas al cual se dedican los dirigentes del polisario (sic) que los vuelven a vender a los miembros de Al Qaeda”[52]. Dejando al margen que, como ya se ha documentado supra el grupo del que proviene AQMI sí atentó contra individuos del Frente Polisario en Argelia, resulta absurda la “prueba” desde el momento en que ambos grupos se encuentran en territorios diferentes. Como es notorio, “AQMI” actúa mayormente en el Sahel pero, como es igualmente notorio, el Sahara Occidental no forma parte del Sahel, que es la franja meridional del desierto del Sahara.
Esta cuarta ofensiva tuvo escaso eco, y la tercera cayó pronto por su base al ser entregado Uld Hama a su país, Mali. Entonces se desencadenó una quinta ofensiva intoxicadora. Consiste esta vez en una falsificación de un documento con el objetivo de dar crédito a la tesis de la “saharauidad” de Uld Hama. El día 18 de agosto, una página web albergada en Marruecos y cuyo nombre resulta bastante significativo (Maghreb Intelligence) lanzaba la especie de que a Uld Hamma “se le ha fabricado una identidad maliense sobre la marcha”[53]. Este tal Lamine, además de citar la extraña tesis de Gil Garre de que la “prueba” de la colusión entre el Frente Polisario y “”AQMI” era la ausencia de enfrentamientos entre ambos también citaba, una vez más, las insinuaciones del ESISC en el mismo sentido. En este contexto se abre una “polémica” sobre la verdadera identidad de Uld Hama. De acuerdo con esta nueva intoxicación:. Así, en una publicación mauritana (CRIDEM) generalmente muy receptiva con Rabat se lanzó, el día 28 de agosto, el nuevo mensaje transmitido por quien se hace llamar Mohamed Mohamed Lamine
“Fuentes marroquíes generalmente bien informadas han expresado recientemente su gran asombro a propósito de la extradición hacia Mali por las autoridades mauritanas de Omar Uld Si Ahmed Uld Hamma, más conocido bajo el nombre de ‘Omar Saharaui’.(…) Dichas fuentes han condenado igualmente la operación de extradición indicando que las informaciones dadas por Mauritania sobre la identidad maliense son inexactas, exhibiendo el acta de nacimiento de Omar Saharaui establecida por el Polisario”[54].
En un blog con título equívoco “Inteligencia y seguridad nacional”, se anunciaba el 9 de septiembre la publicación “en exclusiva” de los supuestos documentos “a los que hemos tenido acceso a través de un periplo digno de película”, dice el autor del blog, José María (Chema) Gil Garre. Los supuestos documentos aparecen como certificados emitidos por la RASD, un certificado de nacimiento y un certificado de paternidad. De acuerdo con el supuesto “certificado de nacimiento”, Omar, hijo Sidamed Hamma y Deina Embarec, nació en Farsia el 18 de marzo de 1957 y cuenta con DNI de la RASD número 79692146[55]. Al día siguiente, 10 de septiembre, el semanario Maroc Hebdo, próximo a la inteligencia militar marroquí también publicó el supuesto certificado de nacimiento[56] que, días más tarde, el 14, también reprodujo el diario marroquí Libération[57].
Sin embargo, hay varios indicios que llevan a concluir que estamos ante una burda falsificación. En primer lugar, y dado que aun antes de que se publicaran los documentos en “exclusiva” ya había una alerta de esta operación desde el día 18 de agosto, ya se denunció el intento de falsificación y se publicó que el DNI de la RASD número 79692146 corresponde a otro ciudadano, nacido también en Farsia un 18 de marzo, pero de 1978, concretamente a Elbu Salahi Moh-Moulud[58]. En segundo lugar, resulta difícilmente explicable que los documentos en “exclusiva” estén traducidos al español si, como se dicen en los mismos el original está en árabe. Y ello es así porque no se ve la utilidad de una tal traducción si, como se argumenta, esos documentos se expedieron para uso en Mauritania y Mali, países francófonos. En tercer lugar, resulta completamente absurdo el llamado “certificado de paternidad” emitido a petición de los supuestos padres de Uld Hamma[59], que supuestamente viven en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf. ¿Para qué iban a pedir los supuestos propios padres de Uld Hamma un certificado que acredite que ellos son sus padres? En cuarto lugar llama la atención que mientras el supuesto certificado de paternidad esté datado, no lo esté (cosa asombrosa) el supuesto certificado de nacimiento. Teniendo en cuenta lo anterior creo que podemos hacernos una idea de la credibilidad que merece la publicación en “exclusiva” de estos “documentos”.
Lo más asombroso, sin embargo, es comprobar como algún profesor norteamericano se llega a prestar a estas intoxicaciones. Me refiero a Peter Pham. Este profesor, como digo, se ha prestado a poner su firma a afirmaciones como la de que Uld Hama es un “ex alto responsable” del Frente Polisario y que con el dinero de los rescates, “AQMI” recluta “a los combatientes mercenarios del Polisario, que son generalmente más experimentados que los reclutados ordinarios de Al Qaeda en el Magreb Islámico”[60]. El mismo profesor norteamericano, igualmente, está prestando su nombre a otras afirmaciones que, con los datos disponibles, sólo pueden calificarse como falsas. Es el caso, por ejemplo, de su afirmación de que Mohamed Salem Mohamed Ali Ould Rguibi, Mohamed Salem Hamoud, y Nafii Uld Mohamed M’Barek son “elementos del Frente Polisario” que han “participado en el secuestro” de los españoles y que han sido “condenados” por la justicia mauritana[61]. Pham repite, como vemos, lo que ya se hizo circular desde el blog “Sahara-retos” (cfr. Supra nº 2). Sin embargo, mientras que “Sahara-retos” lanzó esa intoxicación cuando aún no se habían dictado las sentencias de la justicia mauritana, Pham llega a afirmar, después de que estas sentencias hayan sido pronunciadas, que estos tres individuos han sido “condenados”.
La tesis marroquí de la vinculación del Frente Polisario y el terrorismo islamista tiene en uno de sus defensores otros dos “argumentos”, a mi juicio aún más inconsistentes. De acuerdo con el primero, el 22 de diciembre de 2005 la policía marroquí arrestó en el El Aaiún ocupado a un saharaui “en posesión de trece cohetes”. Este individuo, que había residido en los campamentos de refugiados del Frente Polisario, sin embargo, se unió a Marruecos lo que explica que fuera detenido en El Aaiún ocupado[62]. Para Alvarado, con este hecho se
“abrió el debate sobre un eventual giro terrorista del Frente Polisario y la presunta alianza con el entonces GSPC, en un momento en que el grupo argelino empieza a concretar su acercamiento a Al Qaeda”[63].
Sin embargo, ocurre todo lo contrario. Es evidente que este hecho no demuestra nada por varias razones. La primera es que esta detención no fue seguida de ningún juicio ni condena, ni siquiera de acuerdo con la “práctica” procesal marroquí que incluso dentro de Marruecos no se reconoce como muy ortodoxa para los estándares de un Estado de Derecho. La segunda porque, como ya se ha dicho, el GSPC tenía al Frente Polisario entre sus objetivos de ataque. Y la tercera razón es que precisamente este individuo abandonó los campamentos de Tinduf para aceptar la oferta marroquí[64] lo que si algo demuestra es que el Frente Polisario no tiene nada que ver en esto.
El segundo “argumento” es bastante parecido al anterior. Es la detención en El Aaiún ocupado de una “trama terrorista” que recibió el nombre de “Fath Al Andalus” (conquista de Al Andalus) y que fue “desmantelada” a finales de 2008. Según la policía marroquí, entre los quince detenidos había “varios saharauis” que “mantienen vínculos con AQMI tras haber recibido entrenamiento del GSPC argelino”. A partir de aquí Alvarado concluye:
“Éste es un hecho que a casi nadie pasa desapercibido en Marruecos, llegándose a barajar que el centro de mando de la trama estuviera ubicado en El Aaiún, capital administrativa de la ex colonia española. Tras un análisis detallado de las trayectorias personales de los implicados en Fatha al Andalus se llegó a señalar que la estrategia de infilitración de AQMI en el país de Mohamed VI se efectuaba a través del Sahara, erigiéndose presuntamente los saharauis como vanguardia de la organización de Droukdel en el Reino Cherifiano. Varios factores podrían favorecer la implicación del independentismo saharaui en la particular yihad de AQMI. Primeramente, la aparente complementariedad entre la rama magrebí de Al Qaeda y el Frente Polisario. Los yihadistas necesitan gente que conozca el terreno y extender sus redes hacia el sur. (….) Ambas organizaciones compaten el objetivo común de desestabilizar a Marruecos y Mauritania, lo que los podría hacer aliados estratégicos en la zona”[65].
Pero hay problemas desde este punto de vista. En primer lugar, como antes, sorprende que a finales de 2010 no se haya dictado la sentencia sobre este caso a pesar de la celeridad de la práctica procesal marroquí y sus escasos escrúpulos a la hora de obtener confesiones mediante la tortura, teniendo en cuenta que el caso fue llevado al juez en septiembre de 2008[66], algo especialmente llamativo si lo comparamos, por ejemplo, con el caso Belliraj[67]. Por tanto, razonando en términos propios del Estado de Derecho una detención no prueba nada, absolutamente nada, en un país no democrático. En segundo lugar, la vinculación con el GSPC sigue siendo difícil de creer cuando se tiene en cuenta que el GSPC consideraba al Frente Polisario como enemigo. En tercer lugar, no queda demostrado que los detenidos tengan vínculos con el Frente Polisario: es más, se trata de individuos que ni siquiera han vivido en los campamentos, por lo que hablar de “infiltración” es una afirmación sin ninguna prueba. En cuarto lugar, resulta difícil aceptar el argumento del conocimiento del terreno porque el terreno del Sahara ocupado es igual de conocido para los saharauis que para los colonos marroquíes que lo ocupan. Y finalmente, en quinto lugar, es claramente inadmisible que a Mauritania le pueda interesar la desestabilización de Mauritania. La razón es extremadamente simple: Mauritania es un Estado que reconoce a la RASD. Por tanto, si hay alguien interesado en la desestabilización de Mauritania no es precisamente el Frente Polisario, sino Marruecos. Y, de hecho, es notorio que el golpe de Estado que el 6 de agosto de 2008 derribó al presidente Sidi Mohamed Uld Cheif Abdalahi, elegido tras un proceso electoral democrático en 2007 (la elección presidencial más impecablemente democrática del norte de África), fue apoyado por Marruecos.
Pero, por si lo anterior no fuera suficiente, resulta que los datos que ofrece Alvarado no concuerdan plenamente con los que ofreció Marruecos. Así, en primer lugar, los especialistas en terrorismo contactados en un primer momento por la prensa marroquí indicaron que la denominación y la existencia del grupo era desconocida para los expertos y que el nombre era una creación policial[68]. En segundo lugar, se apuntaba que el objetivo de este supuesto grupo era atacar “intereses españoles”[69]. En tercer lugar, la mayor parte de los detenidos eran “simples comerciantes”[70].
Debe advertirse, finalmente, que “AQMI” opera fundamentalmente en dos escenarios; en Argelia y en el Sahel. Sin embargo, el Sahara Occidental es un espacio que no forma parte del Sahel (que es la franja sur del desierto del Sahara) y el hecho es que ni en la zona del Sahara Occidental controlada por el Frente Polisario ni en los campamentos de refugiados se ha producido ninguna acción terrorista. Por este motivo incluir los territorios de los campamentos de refugiados saharauis y los territorios liberados de la RASD en un mapa sobre el “área de influencia terrorista en el Magreb y el Sahel”, como hace Alvarado[71] resulta injustificado.
4. Las dudas sobre la relación entre AQMI y Marruecos
A la hora de plantearse la verdadera naturaleza de “AQMI”, la tesis más sólida, a mi juicio, es la de una posible conexión con Marruecos y Francia, como se va a a tratar de argumentar. En primer lugar contamos con el testimonio concordante de dos personajes centrales: Abdelhak Layada (“emir nacional” hasta 1994 de uno de los grupos islamistas terroristas argelinos antecedentes de este llamado “AQMI”, el Grupo Islámico Armado-GIA) y Dris Basri (ministro del Interior marroquí hasta 1999). Por lo que hace al primero, Layada, ha confesado que había recibido ayuda del gobierno marroquí y que se entrevistó con Driss Basri, ministro del Interior y mano derecha del rey y con el mismísimo Hassán II. Sobre su entrevista con el rey sólo ha revelado que fue chantajeado en relación con el Sahara Occidental[72] y que incluso el gobierno marroquí le sugirió que reclutara miembros del Frente Polisario para luego poder incriminarles por la comisión de actos de terrorismo. El 8 de junio de 2009, la emisora de la BBC en árabe interrogó al actual ministro de Exteriores marroquí, Taieb Fassi-Fihri sobre las declaraciones de Layada sin que el ministro marroquí las desmintiera, lo que llevó a su entrevistador a decir que entonces las mismas debían entenderse como ciertas[73]. Abdelhaq Layada también ha confesado que recibió apoyo de Francia, haciendo gravísimas afirmaciones, como que Francia ayudó al GIA a dar un golpe de Estado que fue abortado, que suministró armas al GIA[74] y que los servicios secretos franceses estaban detrás del secuestro por el GIA de un Airbus el 24 de diciembre de 1994[75].
Por lo que respecta al segundo, Dris Basri, contamos con el testimonio que ofreció en una de sus últimas entrevistas donde dijo que el gobierno marroquí no sólo estaba al corriente de que los terroristas islamistas que operaban en Argelia se refugiaban en Marruecos, sino que no pensaron intervenir para impedirlo[76]. En 1999, el propio presidente argelino Buteflika acusó públicamente a Marruecos, en un mitin en Bechar (cerca de la frontera marroquí) de dar cobijo a los terroristas islamistas[77].
En segundo lugar, a pesar de que AQMI es un grupo que se nutre de individuos procedentes de Marruecos, Argelia, Mauritania y Mali[78], su actividad criminal se centra sólo en Argelia y, más recientemente, en Mauritania. A pesar de la presencia de marroquíes en sus filas, nunca actúa en Marruecos. Y esto es sorprendente porque, según un comunicado suyo, uno de sus objetivos es España porque es “aliada de la OTAN y los EE.UU. en la guerra contra el Islam”[79]. Lo que no cuadra entonces es que no actúe contra Marruecos, siendo este el país que pasa por ser el mejor aliado de USA en la región y que, además, cuenta con las mejores relaciones con la OTAN hasta el punto de que según declaración de un alto responsable de la organización atlántica, recogida por la propia agencia oficial de prensa marroquí, Marruecos es un “socio estratégico” de la OTAN[80].
En tercer lugar, existen acusaciones aparecidas en la prensa francesa dedicada a asuntos africanos sobre la colusión de AQMI con el servicio secreto marroquí. En este sentido, el semanario francés “Jeune Afrique” (por lo demás, claramente favorable a la monarquía marroquí), contiene esta afirmación:
“Otra incertidumbre que, desde el punto de vista maliense, pesa sobre el arreglo de la cuestión salafista: las tensiones entre Argelia y Marruecos. "Es evidente que los grupos islamistas se benefician de ciertos apoyos de Marruecos", acusa un miembro de los servicios de inteligencia de Mali. Según este último, se trataría de una respuesta a los numerosos vínculos que Mali mantiene con el Polisario”[81].
En cuarto lugar, resulta revelador que el mediador que más ha trabajado en casos de secuestros de “AQMI” (son al menos tres, sus trabajos de “mediador” con “AQMI”), es un ciudadano mauritano que era un enemigo declarado del depuesto presidente mauritano Mauya Uld Ahmed Uld Taya contra quien conspiró apoyando un golpe que fracasó[82]. Chafi, pese a ser mauritano, es consejero especial del presidente de Burkina Faso, Blaise Campaoré y ha intervenido en las crisis de Guinea Conakry y Costa de Marfil[83]. Lo interesante es que Burkina es uno de los más firmes aliados de Francia y Marruecos en África y que sus gestiones en Guinea Conakry y Costa de Marfil han sido a favor de los aliados de estos países en la región. La hipótesis aparece reforzada por una información según la cual Chafi era un agente de los servicios de inteligencia marroquíes (en concreto, de la Dirección General de Estudios y Documentación-DGED) desde la época en que Driss Basri era ministro del Interior y “número 2” en Marruecos[84].
En quinto lugar, el grupo “AQMI”, objetivamente, dirige el grueso de sus ataques contra Argelia, debilitando al gran enemigo estratégico de Francia y de su principal protegido, Marruecos.
En sexto lugar, conviene advertir que una parte de las acciones de “AQMI” tienen lugar en Mauritania, en el oeste de Argelia y en el noroeste de Mali, que son zonas reivindicadas por Marruecos en el marco del programa expansionista del “Gran Marruecos” que está consagrado en el artículo 19 de la “Constitución” marroquí.
Finalmente, en séptimo lugar, la prensa española ha atribuido a fuentes de la inteligencia española la idea de que hay una “insistente coincidencia”: “La inteligencia española ha hecho ver al Gobierno una insistente coincidencia: cuando España tiene una crisis con Marruecos, se incrementan las amenazas en las redes yihadistas”[85].
Aunque la tesis marroquí o franco-marroquí es sin duda la más sólida, ello no excluye otras tesis entre las que encuentra apoyos objetivos la de que en realidad “AQMI” no sería una organización, sino un conjunto de dos o más grupos manipulados o instrumentalizados por distintos actores a la vista de ciertos elementos creíbles.
En este contexto, el caso del secuestro de Pierre Camatte posteriormente liberado el 23 de febrero de 2010 mediante el pago de rescate permite alimentar la posibilidad de una nueva vía de relación. El ciudadano Pierre Camatte era públicamente considerado como un “cooperante” presente en un Estado del Sahel africano, Mali. Sin embargo, como luego se descubrió, era en realidad un agente de la inteligencia francesa. Camatte fue secuestrado por “AQMI” curiosamente el mismo día en que también fueron secuestrados los tres españoles. Su liberación se produjo, como se ha dicho, el 23 de febrero y, según los hechos posteriores, la misma se realizó después de que, tras fuertes presiones francesas, Mali liberara a cuatro terroristas que se hallaban presos en ese país y se pagara un rescate[86]. que se ha calculado en 5 millones de dólares[87]. El hecho es que, apenas unos días después de su liberación, la prensa francesa examinado las actas de la comparecencia ante la Asamblea Nacional, el 27 de enero de 2010, del coordinador nacional de los servicios de inteligencia en la Presidencia de la República, Bernard Bajolet[88] extrajo la conclusión de que Camatte era, en realidad, un agente del servicio francés de inteligencia exterior (DGSE)[89].
Esta circunstancia da pie para alimentar algunas sospechas que, no obstante, son de difícil prueba. En primer lugar, habría que preguntarse si el secuestro de este agente francés fue realmente tal. La pregunta es pertinente porque, de aceptar que puede haber una relación entre la inteligencia francesa y “AQMI” o algunos grupos que se cobijan en esas siglas, este supuesto “secuestro” sería la vía ideal de transmisión de mensajes sin que hubiera ningún tipo de sospecha. En segundo lugar, habría que preguntarse si este rescate fuer realmente tal. La duda que se suscita, si se acepta que puede haber algún tipo de relación entre la inteligencia francesa y “AQMI” es si este supuesto pago de un “rescate” no constituiría una forma de financiar “legalmente” un grupo del que se sospecha que sirve a los intereses estratégicos de Francia en la región. En tercer y último lugar, el hecho de que nada más y nada menos que una gran potencia como Francia se viera “obligada” a “ceder” ante los terroristas constituye un elemento de presión difícil de resistir a la hora de exigir a un tercer Estado (Mali, en este caso) que también “coopere”, liberando a terroristas presos en sus cárceles. En definitiva, si la hipótesis de la conexión entre la inteligencia francesa y “AQMI” fuera cierta, la escenificación de un “secuestro” podría constituir un nuevo medio para que un Estado financie “legalmente” un grupo terrorista que, eventualmente, sirve a sus intereses.
En un análisis sobre el desarrollo de la contienda acerca del Sahara Occidental, advertía, el día 2 de junio de 2010, “es previsible que Marruecos trate de recuperar la iniciativa utilizando la carta terrorista. Dado que el Frente Polisario no está implicado en actividades terroristas, es previsible que haya círculos cercanos a Marruecos, o del propio poder marroquí, que fabriquen amenazas terroristas con el objetivo de imputar la responsabilidad al Frente Polisario”[90]. Hay muchas cosas que se ignoran sobre “AQMI”. Pero empiezan a ser cada vez más las cosas que ya se sabe que no son ciertas.
Carlos Ruiz Miguel es Analista del GEES en el área de Magreb y en temas de Derecho Constitucional
Esto es fabuloso, es como una película o pensamiento en un sueño, en el cuál es el gobierno de turno el malo de la peli, nunca mejor dicho.
ResponderEliminarEstupenda crítica, y bien valorada en su término.