Batasuna da por hecho que irá a las elecciones

Planea presentar un partido el 10 de diciembre, después de un comunicado de ETA de mayor entidad

Tasio Erkizia realizó estas declaraciones asegurando que es «evidente que hay vías de comunicación» entre los socialistas y los dirigentes de la izquierda abertzale, tras las informaciones que indicaban que el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, así como otros militantes socialistas, están manteniendo reuniones casuales con el ex dirigente de ETA Antxon Etxebeste y los dirigentes de la izquierda abertzale Rafael Díez de Usabiaga y Rufino Etxeberria. Encuentros de los que estarían informados o, en cualquier caso, tendrían conocimiento, el Gobierno y la dirección socialista.

Algunos de los protagonistas de estos encuentros sostienen que el proceso que se está llevando a cabo no es negociador sino unilateral, es decir, que Batasuna está dando pasos por su cuenta que serán respondidos por el Gobierno únicamente si son considerados satisfactorios. El hecho es que la izquierda abertzale ya ha planificado con fechas una hoja de ruta en la que viene incluida la presentación de un partido el próximo 10 de diciembre. (Las últimas noticias relativas a la preparación de la citada marca blanca datan de septiembre e indicaban que la izquierda abertzale ya tenía preparados varios borradores en el mes de junio, elaborados por el abogado Iñigo Iruin y que, según las Fuerzas de Seguridad, habrían sido remitidos a ETA).

Antes de esa presentación, el sábado 27 de noviembre, los dirigentes de la ilegalizada Batasuna han previsto la celebración de un acto multitudinario en el Bilbao Exhibition Centre (BEC), en Baracaldo, junto con sus actuales socios, Eusko Alkartasuna y Aralar, y junto a los cinco miembros que forman el grupo de mediadores internacionales elegidos por el abogado designado por Batasuna, el sudafricano Brian Currin.

La izquierda abertzale lo plantea como un modo de asentar las bases de una estrategia política que amplificará lo que a grandes rasgos ya fue establecido en los actos en los que se escenificó la sociedad con Eusko Alkartasuna y en la firma de la Declaración de Guernica con Aralar. Pero lo cierto es que un acto en el BEC tendría un alcance mucho mayor porque representaría la constatación de que los dirigentes de la ilegalizada Batasuna, a pesar de la situación jurídica de la formación a la que pertenecieron, y en algunos casos de la suya propia, pueden hacer no sólo que ésta siga funcionando, sino que demuestre su poder catalizador del foro soberanista con la convocatoria de miles de personas.

Se parecería mucho a los actos protagonizados por el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, en el mismo lugar, en los meses previos a la tregua de 2006. Unos actos- como también el celebrado en el velódromo de Anoeta en otoño de 2004-, cuya no prohibición suscitó una fuerte polémica.

En cualquier caso, para que se celebren, tanto éste acto como la presentación del nuevo partido, la izquierda abertzale considera necesario que ETA haga público un comunicado de mayor alcance y profundidad que el anterior en el que se limitaba a constatar la existencia de un «parón en las acciones armadas».

Los ex dirigentes de Batasuna cuentan con que la banda va a permitir la verificación de cualquier situación de tregua que pueda plantear, tal y como le exigieron los firmantes de la Declaración de Bruselas congregados por Brian Currin. Y cuentan también con que asumirá la Declaración de Guernica, en la que se le pedía que mostrara su «voluntad» de dejar la violencia. Las fuentes consultadas sostienen que los radicales confían en que la banda haga público el «cese de la lucha armada» aunque no tienen claro si definirá por cuánto tiempo y sospechan que ETA no está dispuesta a prescindir de sus estructuras, es decir, a desmantelarse.

Las declaraciones de Tasio Erkizia en estas circunstancias resultan reveladoras. Está claro que Erkizia ha bajado el pistón por conveniencia propia. Está procesado por asegurar en junio que «hoy hay más razones que nunca para la lucha armada». Ayer dio una pista de cuál puede seguir siendo el razonamiento de sus compañeros cuando insistió en comparar la violencia del Estado con la de ETA. «Que me digan a mí el PNV o el PSOE si toda esta situación de enfrentamiento y de expresiones de violencia del Estado, y otras expresiones que también han existido de ETA, no preocupan y perjudican a todos», razonó y por eso pidió «que no haya ninguna situación de violencia».

Pero, más allá de ese punto, confirmó que las reuniones con los socialistas se producen y que está convencido de que van a estar en las elecciones. Según dijo, porque la izquierda abertzale «ha tomado una decisión que tiene una determinación clara de seguir apostando por las vías políticas» -se atribuyó en el haber que ETA lleva un año sin matar-, y porque «estamos convencidos de que la mayoría social y política de este pueblo está apoyando este proceso, y esa mayoría social y política va a obligar al Estado a moverse».

Erkizia insistió en que se está «a las puertas de una nueva fase política» y atribuyó su situación a que el Estado no consiente lo que denominó una «rebeldía», como la de la izquierda abertzale.

A pesar de que el portavoz de los radicales insistió en que su apuesta por las vías políticas es irreversible, se dolió de que el Estado quiera hacer creer a la opinión pública que la izquierda abertzale «se ha visto derrotada» y concluyó en aparente contradicción con sus palabras, que el derecho de autodeterminación «es la piedra angular para un futuro en paz».