viernes, 24 de septiembre de 2010

Bono «indigna» a los diputados del PP por su 'reduccionismo' histórico


CARMEN REMÍREZ DE GANUZA / Madrid

Celebró los 200 años de las Cortes de Cádiz con una interpretación no consensuada
Los aplausos de rigor a la declaración presuntamente institucional que ayer hizo el presidente del Congreso, José Bono, en honor del 200º aniversario de las Cortes de Cádiz, se mezclaron ayer con unos discretos murmullos de desaprobación en la bancada popular, que minutos después se transformaron en auténticas voces de «indignación» en los pasillos de la Cámara.

La primera sorpresa de los populares fue comprobar cómo la simple «mención» al bicentenario -que hoy se celebra en Cádiz bajo presidencia del Rey Juan Carlos-, que el presidente de la Cámara había anunciado dos días antes a la Junta de Portavoces, se transformó en un discurso personal y repleto de interpretaciones históricas.

Bono -al que, en todo caso, sólo los nacionalistas vascos hurtaron el protocolario aplauso dentro del Hemiciclo- hizo toda una serie de alusiones a los «dictadores, monarcas y generales poco patriotas» que a lo largo de estos dos siglos cercenaron la libertad en España, lo que a la bancada le resultó muy poco institucional e innecesariamente negativo.

«El presidente del Congreso no puede hacer discursos, salvo que sean institucionales y pactados», decía, muy enfadado, un diputado veterano que apuntaba, incluso, la «inconstitucionalidad» del discurso. «¿Qué necesidad hay de meterse con la monarquía?», añadía. «Y puestos a citar a Jovellanos, que fue un monárquico, ¿es que no ha encontrado nada mejor?». La cita en cuestión rezaba: «España no luchaba 'por una familia o dinastía. España lidia por su Constitución, por sus leyes; en una palabra: por la libertad'».

Pero la polémica surgió especialmente por la manera en que saldó cuentas con la Historia de España. Bono acudió a la página 133 del libro Constituciones y Periodos Constituyentes en España, firmado por Elisendo Aja y Jordi Solé Tura, para afirmar que «en los 166 años que van de la Constitución de Cádiz a la proclamación de la Constitución vigente (de 1978), el pueblo español sólo haya disfrutado 16 años de completa libertad». Una afirmación sobre la que insistió: «Las cifras son bien sencillas de recordar: ¡166 años y tan sólo 16 de libertad!».

Muchos tardaron en descifrar las cuentas. A saber: los dos primeros años de la Constitución de Cádiz (1812-1814); más el Trienio Liberal (1820-1823); el año (1836-1837) de la restauración de Cádiz tras el Motín de la Granja; los cinco años entre la Gloriosa de 1868 y el final de la I República, en 1874, y los cinco años de la II República (1931-1936).

Zapatero embustero

Aquí ya las críticas fueron mayores. Y lo más curioso, a ellas se sumaron los diputados más antagónicos dentro del Grupo Popular. Todos coincidían en que Bono había hecho un injustificado «reduccionismo histórico», por excluir la Restauración como «etapa positiva en la conquista de las libertades».

Según la doctrina en la que se basa el libro de referencia de Bono, existen dos tipos de constituciones: progresistas, cuando la soberanía reside en la nación, y conservadoras, cuando establecen una soberanía compartida entre las Cortes y el Rey. Según esta misma teoría, la Constitución de Cánovas fue «conciliadora», pero no cuenta con el aval reivindicado por el socialista Bono.

«Estoy indignado», repetía un joven diputado del PP, conocedor de esta doctrina «minoritaria» en la Historia del Constitucionalismo. «El presidente del Congreso no sólo se ha extralimitado sino que ha metido la pata y olvidado a Cánovas y Sagasta, por cuyos bustos pasa a diario: la Constitución de Cánovas de 1876 hizo posible el régimen de las libertades hasta 1923; y fue una pieza básica en el parlamentarismo español».

Según reconocían los populares, aquella Carta Magna, vigente durante 47 años, aún no contemplaba el sufragio universal, pero tampoco la Europa de aquellos años, ni, antes. la propia Constitución de Cádiz. Caciquismo, turno de partidos... Un régimen imperfecto, seguían admitiendo, pero el primero en reconocer la libertad religiosa, la de asociación y reunión, la de prensa, o las reformas del Código Civil... Sin ir más lejos, decían, «¡fue el régimen que hizo parlamentario, en 1910, al fundador del PSOE, Pablo Iglesias!».

1 comentario:

  1. Este con los bolsillos llenos, se le va la olla, que se vaya ya..., y devuelva el dinero.

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