27 de Septiembre de 2010 - 09:26:36 - Luis del Pino
Editorial del programa Sin Complejos del domingo 26/9/2010
Gilbert Keith Chesterton es un escritor inglés nacido en 1874 y muerto en 1936. Practicó casi todos los géneros literarios y poseía un profundo sentido del humor netamente británico. Chesterton, por ejemplo, describía así la política: "El mundo se divide en conservadores y progresistas; el objetivo de los progresistas es cometer cada vez nuevos errores, mientras que el objetivo de los conservadores es evitar que esos errores se corrijan".
En su novela "El hombre que fue jueves", Chesterton cuenta la historia de un policía inglés que recibe el encargo de infiltrarse en un grupo terrorista de carácter anarquista. Ese grupo está dirigido por un comité secreto de 7 miembros, cada uno de los cuales recibe como alias el nombre de uno de los días de la semana.
El protagonista consigue ser elegido como miembro del comité de dirección y recibe como alias "Jueves", de ahí el nombre de la novela.
Pero nuestro policía infiltrado termina descubriendo, para su sorpresa, que todos los miembros del comité de dirección, incluido su presidente, Domingo, son policías infiltrados como él. En el comité de dirección de la banda de terroristas anarquistas no había ningún anarquista auténtico.
Hoy, el periódico Gara publica una entrevista con dos representantes de ETA, en la que éstos contestan a la petición realizada ayer por Batasuna, Eusko Alkartasuna y Aralar, en el sentido de que ETA declare un alto el fuego permanente y verificable. Contestan los etarras que están dispuestos a ello, pero siempre y cuando se avance en la negociación política.
Como pueden ver ustedes, continuamos con la escenificación. Vamos a asistir a una serie cada vez más acelerada de declaraciones y contradeclaraciones, para terminar de hacer tragar a la sociedad española los términos del acuerdo que en la anterior legislatura no se pudo materializar. Ayer veíamos cómo Arzallus acusaba a Rubalcaba de mentir como un bellaco cuando niega que exista negociación.
Y lo que yo me pregunto cada vez con más insistencia - analizando lo que ha sucedido en España en los últimos tiempos y la forma en que se pretende emplear el asunto de la negociación para dar por buena la voladura de la Constitución - es quién demonios ha negociado o está negociando con quién.
Teniendo en cuenta que llevamos cuarenta años luchando contra ETA, es de suponer (¡lo contrario sería terrible!) que más de una vez y más de dos y más de veinte, nuestros servicios de información habrán logrado infiltrar a alguien en la banda terrorista. Algunos de esos intentos de infiltración, como el de Lobo, nos constan, mientras que la mayoría no.
Y es de suponer que esos infiltrados de nuestros servicios de información habrán intentado, por unos medios o por otros, acceder al comité de dirección de ETA. Pueden o no haber tenido éxito esos intentos de infiltrarse en la cúpula de la banda, pero es evidente que los intentos tienen que haberse producido.
Y, cuando echo la vista atrás, lo que me pregunto es qué relación guardan esos intentos de infiltración con el sorprendente hecho de que haya etarras que militaban en grupos de extrema derecha antes de convertirse, supuestamente, en pistoleros asesinos que luchan por la supuesta patria vasca; me pregunto qué relación guardan esos intentos de infiltración con el hecho de que algunos otros etarras parezcan tener una peculiar facilidad para fugarse de las comisarías francesas saltando por las ventanas; me pregunto qué relación guardan esos intentos de infiltración con el hecho de que algunos destacados miembros de la denominada "izquierda abertzale" hayan conseguido sobrevivir, sin dar con sus huesos en la cárcel, a todos los procesos judiciales que se han emprendido contra el entorno proetarra, para poder cuidar de sus mamás enfermas; me pregunto qué relación guardan esos intentos de infiltración con el hecho de que algunos destacados miembros de la banda parezcan gozar de inmunidad diplomática para moverse por Europa como Pedro por su casa, sin que ni las fuerzas de seguridad españolas ni las europeas les molesten...
Me pregunto, con todo ello, cuántos de los intentos de infiltración en ETA han tenido éxito a lo largo de los años y hasta qué punto en la jerarquía de la banda han logrado ascender nuestros infiltrados.
Trato así de imaginarme la escena de la negociación entre los enviados del Gobierno y los enviados de ETA y me pregunto, en fin, si alguno de esos "negociadores" de ETA trabaja también para nosotros y desde cuándo. Me pregunto, en suma, como el protagonista de la novela de Chesterton, cuántos de los miembros del comité de dirección de ETA - después de cuarenta años de lucha contraterrorista - no son jueves, si es que hay alguno.
Y la verdad es que, de todas las respuestas posibles que se me ocurren a esa pregunta, no sé cuál me resulta más inquietante.
Jueves no se cuantos habrá, pero h.p., si lo se, y traidores también. Espero que sus conciencias les pasen factura.
ResponderEliminar