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- El policía fallecido en la explosión de Leganés
- La Gaceta
- J.J.E
- Fue enterrado mucho antes de que se cumplieran las 24 horas de su defunción. No hubo autopsia. Su tumba fue profanada y el cadáver, mutilado.
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Uno de los sucesos más extraños de los atentados del 11-M fue la profanación de la tumba del miembro de los GEO de la Policía Francisco Javier Torronteras.
Como se recordará, Torronteras falleció en la explosión que costó la vida a los terroristas refugiados en un piso de Leganés. Su propia muerte llamó la atención porque, en principio, un policía con su experiencia no podía haber cometido lo que a todas luces fue un error de novato. Pero lo más extraño vendría justo después. Torronteras fue enterrado de manera completamente inusual: mucho antes de que se cumplieran las 24 horas de su defunción y, según parece, sin que se le practicara la autopsia. Después, como se sabe, la tumba fue profanada y el cadáver, mutilado, deformado y quemado hasta quedar irreconocible. Incluso se le amputó una mano. La versión oficial de los hechos asegura que a este cadáver quemado y mutilado se le aplicó la prueba del ADN y así se determinó que era Torronteras. Lo que algunos dudan es que el cadáver hallado de tal guisa, tan horriblemente profanado, fuera el mismo que estaba enterrado en el nicho.
¿Quién y por qué?
La pregunta es quién y por qué profanó la tumba. Nadie ha averiguado nada jamás. Se ha hablado de islamistas radicales en busca de venganza, pero sería la primera vez que hacían algo así, y desde luego fue la última. También se habló de simple gamberrismo, pero esta es una acción demasiado aventurada para simples vándalos. El hecho es que quienes profanaron la tumba de aquel valiente policía se tomaron la molestia de dejar el cadáver aún menos reconocible de lo que estaba. Teoría de la conspiración: alguien se llevó el cadáver original y puso en su lugar este otro. Y sin embargo, las pruebas de ADN verificaron que era Torronteras. Bien es cierto que a la opinión pública no trascendió cómo se hizo aquella prueba ni a partir de qué familiares directos.
Lo último que se supo del cadáver de Torronteras fue que se procedió a su incineración. A partir de ahí, este hilo de la densa trama del 11-M quedó literalmente cegado. Lo único que sobrevivió al episodio fue el nombre de un buen policía que murió en acto de servicio. Uno de los héroes del 11-M.
martes, 12 de marzo de 2013
El incomprensible caso de Francisco Javier Torronteras
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Otra fechoría del mismo tema del 11-M.
ResponderEliminarEspero que las conciencias les pasen factura, y que los verdaderos culpables paguen toda esta canallesca.