lunes, 4 de marzo de 2013
«A ver si cae este Gobierno y viene el PSOE, que lo tendremos mejor»
FERNANDO LÁZARO MADRID 04/03/2013/El Mundo
Los presos de ETA 'dudosos', desanimados al no detectar las salidas colectivas pactadas Cunde el desánimo en las cárceles. Muchas eran las promesas que durante meses recibieron los presos de ETA tras el inicio del alto el fuego. Los mensajes que sus intermediarios les han transmitido les aupaban hacia una pronta resolución de su situación carcelaria. Pero ven que pasan los meses y esas promesas de que se iban a producir acercamientos y excarcelaciones no se cumplen. Y este desánimo se está haciendo más palpable en ese grupo de etarras que estaba ya a punto de dar el paso, que estaba inmerso en esos laboratorios penitenciarios que puso en marcha Rubalcaba y que siguió manteniéndolos vivos, pero ya de forma protocolaria y pública, el ministro Jorge Fernández. Esos presos que estaban a punto de romper con el colectivo etarra, con el trazo duro de ETA en las cárceles, y acogerse a la solución individualizada. Y ese desánimo se lo trasladan a los suyos, a su entorno. Una de sus reflexiones es: ¿dónde están esas promesas que nos llegaron cuando el Gobierno de Zapatero estaba negociando con los nuestros? De hecho, en las prisiones-laboratorio, en ésas que sirven para madurar a los dubitativos antes de trasladarlos a Nanclares de Oca, el mensaje es cada vez más nítido: «A ver si cae este Gobierno». Entienden, y así se lo dicen a los suyos, que, al menos de momento, con este Ejecutivo de Rajoy, no logran ver de forma inmediata las soluciones para ellos. Así consta en sus conversaciones. Esas prisiones-laboratorio están en Zuera (Zaragoza) y Villabona (Asturias). Y uno de los internos de ETA que se encuentra en esa situación es el integrante del comandoIpar Haizea de ETA, Sergio García Razquin, condenado entre otros delitos por el asesinato de un guardia civil. Este interno había mostrado ciertos gestos de romper con la disciplina etarra en las prisiones. Su evolución era clara. En 2000 afirmaba: «Yo todas las noches encuentro algún motivo para reírme del mundo, sobre todo últimamente, cuando veo a Mayor Oreja explicar lo inexplicable. De funeral en funeral los quiero ver a los listos estos, al menos mientras nos tengan como nos tienen». Ahora estaba alejándose de las tesis más radicales. Confiaba en que los acuerdos de Zapatero con ETA se fueran respetando. Pero lo único que quiere, y así lo transmite a su entorno, es que el Gobierno actual «caiga». Y este mensaje es reciente, del mes pasado. «A ver si viene uno del PSOE, que lo tendremos mejor», indicó este interno que está cumpliendo condena en la cárcel aragonesa de Zuera. Y es que defiende que con el Ejecutivo anterior se habían alcanzado una serie «acuerdos» que les hacían albergar esperanzas de mejorar en la situación del colectivo de presos. Sobre la mesa, el debate eterno de si los presos rompen con la disciplina y comienzan a acogerse de forma individualizada a los beneficios penitenciarios a los que tienen derecho y que ETA se ha negado siempre a que sus internos los disfruten. Pero el debate sigue abierto y las consignas de los duros siguen ganando. La falta de iniciativas individualizadas dejan claro cómo el núcleo duro de los presos de ETA sigue actuando bajo las consignas que le llegan del exterior, de la dirección etarra. En sus conversaciones recientes, este etarra también habla de cómo recibe consignas por parte del que fuera abogado de etarras y ahora ya miembro de la Cámara Alta, en el Senado, Iñaki Goyoaga. Este ahora senador parece que trasladó mensajes a los internos para que sean ellos los que den pasos individualizados con el fin de avanzar en su resolución penitenciaria. Ese debate sigue vivo en las prisiones. Lo que sí tienen claro los presos de ETA en general es que ellos son «la infantería» y que cuentan muy poco para los que toman ahora las decisiones políticas en la izquierda abertzale. Saben que no tendrán sitio cuando salgan de prisión. García Razquin, compungido, admite que no pintan nada, que ningún preso jugará papel relevante político alguno cuando abandone la cárcel. «Nadie se va a levantar de la silla» en la izquierda abertzale para dejar hueco a un preso. «Es lo malo que tiene ser de la infantería», insiste.
Ya ven con esto, la confirmación de la hoja de ruta trazada de zetaparo y los asesinos.
ResponderEliminarEstará orgulloso el químico de sus hazañas en pro de los españoles, yo espero, que con un poco de buena fe y suerte, se vaya diluyendo cada vez más en su propio ácido, hasta desaparecer.
La justicia divina tiene tajo, con todos estos salvapatrias malnacidos.