En su revista, el SUP le critica por su instrucción del caso Faisán, y lanza preguntas envenenadas sobre su participación en la investigación del 11-M.
Al igual que otros sindicatos policiales, el SUP considera reprobable la labor del controvertido inspector Carlos Germán en las investigaciones relativas al chivatazo del Bar Faisán. Y no es la primera vez que desliza críticas por ese motivo contra dicho inspector. Pero en el último número de su revista va aun más lejos y lanza una serie de preguntas sobre una intervención muy concreta del inspector Carlos Germán en las investigaciones del 11-M.
En la madrugada del 11 al 12 de marzo de 2004, "apareció" en la comisaría de Puente de Vallecas la famosa mochila sobre la que posteriormente se construiría toda la versión oficial de los atentados. Dicha mochila, sobre cuya falsedad como prueba ya hemos publicado datos más que suficientes, fue desactivada de madrugada en el Parque Azorín y su contenido fue llevado a la sede de la Unidad Central de Tedax dirigida por el comisario Sánchez Manzano.
Dentro de la mochila había un teléfono que supuestamente actuaba como iniciador del artefacto. Y tirando del hilo del propio teléfono y de la tarjeta telefónica es como se comienza a detener a presuntos islamistas relacionados con la masacre.
Uno de los episodios más oscuros de esas investigaciones iniciales es el que se refiere, precisamente, a ese teléfono encontrado en la mochila. Inicialmente, el 12 de marzo, la Brigada Provincial de Información pidió a las operadoras telefónicas que proporcionaran todos los datos relativos al número de serie (IMEI) de ese teléfono, que figuraba impreso en la carcasa. Sin embargo, al día siguiente esa misma Brigada pide datos a las operadoras sobre otro número de serie diferente. La "explicación" oficial que se dio fue que, aunque en la carcasa figuraba un número de serie, el teléfono tenía programado internamente otro distinto.
Entre medias de esas dos peticiones, en la tarde del 12 de marzo, el inspector Carlos Germán solicita desde la Comisaria General de Información que se pidan datos sobre una determinada tarjeta telefónica, que supuestamente estaría relacionada con el número de serie que aparecía en la carcasa del teléfono.
Esa tarjeta telefónica sobre la cual pidió datos Carlos Germán no vuelve, sorprendentemente, a aparecer en el sumario del 11-M. Ni el juez Del Olmo, ni los informes policiales posteriores, hacen la más mínima mención a ella, ni a las personas a las que hubiera podido conducir. Es como si esa línea de investigación hubiera quedado cercenada de raíz.
Las preguntas envenenadas que el SUP lanza al inspector Carlos Germán van, precisamente, en esa dirección y parecen indicar que dicho inspector habría puenteado a la Brigada Provincial de Información al cursar esa petición al juez desde la Comisaría General de Información. Se pregunta también el SUP cuáles podrían haber sido los motivos para pedir datos de esa otra tarjeta y llega incluso a plantear si esa tarjeta no estaría ya "marcada" en algún otro sumario. Con lo cual parece estarse sugiriendo que esa actuación de Carlos Germán habría sido un intento de vincular las investigaciones del 11-M con algún otro sumario previamente existente.
Este es el texto íntegro que el SUP publica en su revista:
SEGUNDO.‐ Pierde puntos Carlos Germán y todo su equipo de investigación en el "Faisán" por el fracaso tan monumental de este caso, y por otros en los que ha fabulado implicaciones falsas, según sentencias judiciales firmes (por ejemplo, la Audiencia Provincial de Sevilla en el caso contra el inspector jefe, jefe de la UDYCO, F.T.P., del que dice la Audiencia que no es que no haya pruebas, es que ni siquiera hay indicios), porque no es lo mismo fabular en informes contra ETA y su entramado que hacerlo contra policías. No es lo mismo, no... Y por cierto, casualmente (¿o no?) revisando el sumario del 11‐M, aparece, casualmente (¿o no?), un escrito de Carlos Germán fechado el 12 de marzo de 2004, a las 17,04 horas, en el que pide la intervención del teléfono Movistar 68071xx60. El juez y el fiscal lo rechazaron por falta de motivación suficiente para intervenirlo y nunca más se supo de dicho teléfono. Unas horas antes, sobre las 12 de esa misma mañana, la Brigada Provincial de Información que llevaba las investigaciones había solicitado la intervención del teléfono 65228xx63, el de la mochila de Vallecas. Nos quedan muchos folios por leer pero estamos intrigados por conocer las razones por las que interviene Carlos Germán, directamente desde la UCI, y propone intervenir dicho teléfono, le deniegan la intervención y se olvida el asunto. ¿Qué información tenía de dicho teléfono? ¿Quién se la dio? ¿Qué relación tenía dicho teléfono con los atentados o alguno de los implicados en el sumario del 11‐M? ¿Estaría ese teléfono en otro sumario? Seguiremos leyendo e informando.
Haberi sirve para algo, o solamente para deviar la atención.
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