La explosión del artefacto colocado en el cajero de Novacaixagalicia el 10 de octubre terminaba con ocho meses de calma. Como en ocasiones anteriores, la bomba estaba anunciada por un mensaje en gallego que avisaba del peligro.
El tipo de explosivos y el sistema utilizado era el mismo que en otros atentados atribuidos a Resistencia Galega, que en esta ocasión, y quince días después de la explosión, continúan sin reivindicar la acción. Las detenciones llevadas a cabo no han sido muchas. Por el momento fueron localizados los supuestos autores de los ataques en diciembre el año pasado a las sedes del Inem de Coia y de Porriño, y a dos jóvenes, uno menor, en enero del 2010 a los que interceptaron en las inmediaciones de la ciudad de Pontevedra en un coche con un artefacto de fabricación casera y una bandera independentista. Otros tres jóvenes fueron detenidos en Tui.
En total, y desde que comenzó el año, las apariciones del fantasma terrorista gallego en la provincia de Pontevedra han ascendido a tres, muy lejos de las dieciséis acciones registradas el año anterior. Un descenso que no significa un retroceso y sí una reorganización y redefinición de tácticas tras las últimas detenciones. Otro punto a tener en cuenta es que Resistencia Galega se posicionaba públicamente con un nuevo manifiesto -el primero fue en 2005- en el que defendía explícitamente 'los ataques armados contra los intereses del conglomerado de ocupación'. Una proclama que surgía apenas unos días antes de que ETA anunciase que dejaba las armas.
Los tres incidentes registrados este año han tenido como protagonistas un cajero. El primero tenía lugar el 10 de febrero, apenas dos meses después del lanzamiento de artefactos incendiarios a las oficinas del Inem en Coia y en Torneiros, en el municipio de Porriño y que terminó con la detención de tres personas, dos de las cuales se encuentran en prisión. En esta ocasión el método empleado fue dejar un ingenio explosivo en el cajero automático de Novacaixagalicia, en la calle Cronista Rodríguez Elías, que no llegó a explotar. El segundo atentado tenía lugar ocho meses después en Bouzas, siendo explosionado el artefacto por los Tedax, cinco días después aparecía una manzana dentro de otro cajero, en Policarpo Sanz, avisando de la colocación de una bomba que no pasó de una falsa alarma.
Pese a todo, fuentes cercanas a la lucha antiterrorista confirmaban que las fuerzas de seguridad se toman muy en serio todas las amenazas ya que no se descartan nuevos atentados, principalmente ante la proximidad de las elecciones y la situación económica y social que atraviesa Galicia.
Los objetivos que podrían estar en la mira de Resistencia Galega son los partidos políticos y sindicatos, los bancos y aquellas empresas que estén relacionadas con intereses urbanísticos.
Los comandos liberados
Una de las características de este conglomerado radical gallego es su atomización, al estar compuesto por grupúsculos sin una jerarquía identificada. Uno de los cabecillas de Resistencia Galega, heredera del legado del extinto Exército Guerrileiro do Povo Galego Ceive, sería el huido Antón García Matos, que fue puesto en libertad por la Audiencia Nacional tras su detención dentro de la operación Castiñeiras. Algunos medios le han situado tradicionalmente en Portugal, donde se encontró una casa con propaganda de los radicales gallegos y explosivos, pero todo apunta a que hace ya mucho que habría abandonado su escondrijo en tierras lusitanas. Tampoco está claro que sea al otro lado de la frontera donde se esconden los terroristas, que prefieren un perfil más bajo para pasar inadvertidos .
Pues nada, será como el grapo, que siempre dicen que ha desaparecido, y con solo que quede uno por ahi, sigue dando guerra de vez en cuando. Pues estos igual.
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