AMAIUR
Los 'abertzales' llenan el velódromo de Anoeta, entregado al recuerdo de Otegi
El lenguaje militar continúa vivo en el discurso de la izquierda abertzale, que logró ayer cumplir su objetivo y llenar las 12.000 plazas del simbólico velódromo de Anoeta en San Sebastián. Desde el escenario donde hace siete años Arnaldo Otegi escenificó con un ramo de olivo su apuesta por las «vías políticas», Iñaki Antigüedad tomó el testigo del líder encarcelado para, en una enardecida intervención, lanzar el aviso a navegantes. Con la izquierda abertzale legalizada, «lo próximo» tras el 20N será «el asalto a Ajuria Enea, para quitar a ese okupa», dijo en alusión al lehendakari Patxi López, y «cambiar un Parlamento transgénico» que carece de representación radical.
Los aplausos fueron atronadores para el candidato de Amaiur al Congreso por Vizcaya, a quien se reservó el último turno del largo acto político, y que levantó de sus sillas a todo el público con su alusión final a Otegi. «Porque como dice Arnaldo, en política vence quien convence», proclamó Antigüedad para dar paso al canto del Eusko Gudariak.
El mitin en Anoeta -espacio que se merece un sitio en «la historia de Euskal Herria»- sirvió a la izquierda abertzale para exhibir su potentísimo músculo social tan sólo un día después de que ETA irrumpiera en campaña con su aparición en Gara. No hubo ni una referencia a la banda terrorista, a la violencia o a las víctimas en las dos horas de intervenciones, amenizadas por un grupo musical que cantaba a la amnistía junto a un público que, como en la parroquia, había recibido el correspondiente libro litúrgico.
Antigüedad se limitó a asegurar que «la única garantía» para la consecución de la independencia y de un nuevo modelo social «es la mayoría de la sociedad vasca». También Pello Urizar, líder de EA, insistió poco antes en la importancia que ha tenido la «unidad» entre soberanistas y el «apoyo del pueblo vasco» para que a Euskal Herria se le presente la «oportunidad real» de la independencia. «No tememos la confrontación democrática con el Estado», aseguró Urizar antes de llamar a los suyos a la responsabilidad y «ser conscientes» de la importancia de este momento en el que existen «las condiciones óptimas para abordar la democracia [en el sentido de la independencia] y la paz».
Y si no hubo alusiones a ETA en las palabras, también la escenografía estaba cuidada hasta el extremo. Sólo unas cuantas ikurriñas -apenas media docena de pancartas a favor del acercamiento de los presos- acompañaban a las banderas con el símbolo azul de Amaiur. El lavado de cara -que contó con la visita estelar del ex líder de ERC Josep Lluís Carod- Rovira- no impidió un grito de «Jotake irabazi arte!» («Sin parar hasta la victoria»), pero fue una excepción. Las proclamas estuvieron dirigidas a los dos leitmotiv que enarbola el entorno de ETA: la «independencia» y los presos políticos, que deberían ser amnistiados y «regresar a casa».
Se congregaron así en el velódromo las cuatro patas que componen la coalición soberanista: la propia izquierda abertzale, representada por históricos como Rufi Etxeberria, Joseba Álvarez, Joseba Permach, Pernando Barrena o Tasio Erkizia -y los independientes Martin Garitano, diputado general de Guipúzcoa, y Juan Karlos Izagirre, alcalde de San Sebastián-; EA -con el propio Urizar o el parlamentario Juanjo Agirrezabala-; Alternatiba -con un Oskar Matute que apeló con fervor al Che Guevara y aseguró que Amaiur será «el dolor de cabeza» en la resaca electoral del PP- y Aralar, la última sigla en llegar -no concurrió con Bildu el 22M- y probablemente la más incómoda en la cita. Su primer rostro en Euskadi, Aintzane Ezenarro, no asistió, fiel a su decisión de no hacer campaña para Amaiur; al tiempo que su coordinador, Patxi Zabaleta, relegado a telonero de los demás partidos, tuvo que soportar una pitada procedente de la grada izquierda en varios momentos de su intervención.
También hubo un mensaje directo para las bases de la coalición. Lo envió el catedrático y ex aspirante a gobernar la universidad pública vasca Iñaki Antigüedad, con la mirada puesta en aquellos simpatizantes abertzales que no entienden por qué ahora no son traidores -como lo era el PNV- presentándose a las elecciones al Congreso. «Si hay algún independentista en duda, debe saber que Amaiur es un voto bumerán, que se lanza en Euskal Herria, pasa por Madrid y vuelve fortalecido. ¡Hay que decírselo a todos los independentistas!», reclamó.
Los presos hacen su reivindicación
El colectivo de presos de ETA, EPPK, pedirá que se ponga en libertad condicional a los presos enfermos y quienes «sufren la cadena perpetua», en referencia a los que se les aplica la 'doctrina Parot'.
En un comunicado remitido al diario 'Gara', el EPPK anunció que en los próximos días estos reclusos formularán su petición de libertad, y precisó que se trata de «una reivindicación colectiva». Además, el colectivo destacó «la importancia» de las elecciones generales y anuncia que sus votos serán para Amaiur, con el objetivo de «cruzar el puente hacia la libertad de Euskal Herria»
Vaya cuadrilla, encima va carod rovira al mitin, osea, Dios los cria y ellos se juntan...
ResponderEliminar