Alerta Digital
El ceutí Mohamed Hamed Alí, presidente de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (Feeri), está muy disgustado con la «injerencia» y el «control» que, en su opinión, está ejerciendo el Gobierno español sobre asuntos que a su juicio competen única y exclusivamente a los musulmanes.
El dirigente de Feeri se convierte así en el primer líder musulmán que defiende la autonomía de este colectivo en cuestiones que incluso sobrepasan el ordenamiento legal, en coherencia con la visión más puritana del islam, que antepone los dogmas de fe a las decisiones seculares.
Es decir, que en materias donde la visión islámica colisione con las normas imperantes en algunas sociedades no islamizadas, éstas deberán yuxtaponerse a la primera, lo que en la práctica dibujaría el escenario de un Estado paralelo.
Mohamed Hamed Ali acusó recientemente al Gobierno de «faltar a la obligada neutralidad en temas religiosos, tal y como exige el artículo 16 de la Constitución Española”. La acusación se produjo durante la reunión de la Comisión Asesora de Libertad Religiosa, organismo del Ministerio de Justicia, y en la que estuvieron presentes representantes de todas las confesiones religiosas.
El origen de la tensión radica en la reciente creación del Consejo Islámico Español, un nuevo órgano de representación de la comunidad musulmana en nuestro país promovido por la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), y en el que están integradas casi el 93 por ciento de las entidades islámicas inscritas actualmente en el Ministerio de Justicia, pero no la FEERI.
Por otro lado, el presidente de la Feeri vaticina que “en 2015, cuando empiecen a contar los votos de los marroquíes en España cambiarán mucho las cosas”. Advierte asimismo que “los musulmanes deben sensibilizarse, conocer sus derechos y deberes e implicarse”.
Línea directa con Mohamed VI
Mohamed Hamed Alí es un declarado promarroquí que tiene línea directa con el rey Mohamed VI y que considera a Ceuta y Melilla como «ciudades ocupadas» por España, lo que no le impide sentarse a negociar con el Estado las exigencias de la comunidad islámica que vive en España.
Encima con humos subidos. Pues que se los baje, no vaya a ser que le salga el tiro por la culata.
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