DANIEL G. SASTRE / Barcelona
30/09/2011/El Mundo
El debate de política general en Cataluña estuvo marcado hasta ayer por los recortes sociales del Govern. Pero las tornas cambiaron cuando CiU y Esquerra Republicana fraguaron la resolución a favor de la consulta ciudadana, y a los votos de esos partidos se sumaron los de ICV, los de Solidaritat y el del diputado Joan Laporta. PSC, PP y Ciutadans optaron por el no.
El texto «constata la necesidad» de que Cataluña alcance un pacto fiscal con el Estado «fuera del régimen común y de la negociación multilateral». Por petición de Esquerra, la resolución también precisa que el nuevo sistema tiene que permitir a la Generalitat la «exacción, recaudación, gestión, liquidación, inspección y revisión de todos los tributos generados en Cataluña».
Está por ver con qué fórmula intentará el Gobierno catalán burlar la tutela del Ejecutivo central a la hora de convocar el referéndum. Parece que el modelo son las consultas populares por la independencia que se han celebrado en Cataluña en los últimos meses; sus organizadores no se valieron del censo oficial, y por ello alegaron que no podían considerarse referendos.
CiU y ERC incluyeron en el texto de la resolución, precisamente por eso, que la norma que se apruebe para facilitar la pregunta sobre el concierto a los ciudadanos regulará «las consultas populares de carácter no refrendario».
Pero la misma Ley de Consultas Populares que aprobó el tripartito -y que CiU quiere cambiar- contemplaba que el Estado debía autorizar una convocatoria de esas características, y no por ello se libró del recurso del Gobierno ante el Tribunal Constitucional, que hoy mantiene esa norma en suspenso.
El movimiento de ayer se enmarca en la estrategia de CiU para las elecciones generales del 20 de noviembre. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ya ganó las autonómicas de noviembre del año pasado con la promesa de impulsar la modificación del modelo fiscal para que Cataluña pase a tener un sistema «en la línea del concierto vasco», y ése es también el plato fuerte de su programa para el 20-N.
Una comisión de estudio trabaja en el Parlament en ese nuevo sistema para elaborar unas conclusiones que se presentarán en la Cámara el 31 de octubre, justo antes de que empiece la campaña de las generales. La intención de la Generalitat es negociar con el Gobierno que salga de las urnas la modificación del modelo
JUSTINO SINOVA
30/09/2011
Mal comienzo
Se ha establecido en la política española una tolerancia inaudita con la mentira. Durante la contienda electoral se disculpa especialmente esta infracción de una norma elemental de la convivencia, con la coartada de que en campaña hay que permitir a los candidatos algunas efusiones caprichosas, en línea con la grosería desleal de Tierno Galván («las promesas se hacen para no cumplirlas»), que algunos además le rieron y que nunca se lamentará suficientemente. Pero lo que esa lenidad genera es recompensar al transgresor y ensuciar el campo de la política, que se hace desapacible y peligroso para quienes quieren respetar un básico catálogo de entendimiento.
Si la deriva que ha iniciado su equipo electoral sigue adelante, veremos cómo el candidato Rubalcaba enfatiza cargos aparentes contra el Partido Popular para crearle una imagen de enemigo social. La inicial ruptura del fair play puede derivar hacia el objetivo de hacer creer a la sociedad española que la sanidad pública, la enseñanza gratuita y las pensiones poco menos que desaparecerán de España con Rajoy en el poder. Pero las insinuaciones e imputaciones se han expuesto hasta ahora sin pruebas. Si las pruebas existen, muéstrense.
Da la impresión de que el Partido Popular, que ha sido objetivo de varias embestidas similares, ha empezado a entender que su mejor defensa no es dejar que se olviden con el tiempo las falsificaciones que le imputan sino pasar a la ofensiva, en consonancia con las quejas de votantes suyos por la suavidad con que ha respondido tantas veces a las invectivas. Rajoy alude en sus memorias -En confianza, que dicen más de lo que parece- a las acometidas que ha sufrido su partido para crearle una «imagen agresiva y caricaturesca» que le ha perjudicado en las urnas. La impetuosa réplica del portavoz popular González Pons a Rubalcaba -«caradura», «Alfredo Manostijeras»- permite suponer que el PP no se amilanará esta vez.
Ya veremos si la novedad de la réplica reconduce y anula la táctica de la agresión gratuita, o sea, falsa. Lo útil, en todo caso, para los ciudadanos es un debate de propuestas y un acuerdo para apoyar al ganador y no «inflamarle la calle» en situación tan delicada, como ha pedido con acierto José Bono. Habrá que hacer ajustes y sacrificios para combatir la crisis y el derroche asombroso de algunas administraciones. España se enfrenta a una etapa muy dura de austeridad, en la que el fair play desde ya es más necesario que nunca. Las argucias electorales son una desgracia; ponen las cosas más difíciles
Barcelona
30/09/2011
Mas critica el castellano de los niños andaluces y gallegos
El debate de política general en el Parlamento catalán no sólo dejó críticas a los recortes del Gobierno de CiU y pactos en favor del concierto económico. En el rifirrafe dialéctico que mantuvieron Artur Mas y el líder de Ciutadans, Albert Rivera, a cuenta de la inmersión lingüística, el presidente de la Generalitat terminó por criticar el nivel de castellano de los niños andaluces y gallegos para defender el modelo educativo catalán.
El líder de Ciutadans había echado en cara a la Generalitat que busque vías para no cumplir con el mandato judicial de que el castellano sea, junto al catalán, lengua vehicular en las aulas. Y Mas utilizó para defenderse el argumento de que, al final de la educación obligatoria, los niños catalanes tienen un nivel de español equiparable al de los del resto de comunidades.
«En la Selectividad, y cuando se hacen otras pruebas de nivel lingüístico, en 4º de ESO o en 6º de Primaria, resulta que estos niños sacrificados bajo el hacha durísima de la inmersión lingüística en catalán sacan las mismas notas de castellano que los niños de Salamanca, de Valladolid, de Burgos y de Soria», afirmó Mas. Pero fue más lejos: «Y no le hablo ya de Sevilla, de Málaga, de La Coruña, etcétera, porque allí hablan castellano, efectivamente, pero a veces a algunos no se les entiende».
El comentario provocó un rumor de voces en la Cámara, pero el presidente catalán no se detuvo. «A veces a algunos no se les acaba de entender del todo, pero hablan castellano, efectivamente», añadió. Después le preguntó a Rivera «dónde está el problema» con la inmersión si el nivel de castellano, según él, no se resiente con ese sistema
CRISTINA RUBIO / Barcelona
30/09/2011
Los sanitarios se rebelan contra el 'Govern' de Mas
Muchos médicos pensaban que era inevitable que pasara algo así, pero no fue hasta ayer que el personal de Sanidad expresó su «crispación» por los recortes y boicoteó una reunión entre sindicatos y la Generalitat, un encuentro organizado para negociar los recortes en los sueldos de la plantilla del Instituto Catalán de la Salud (ICS).
Medio millar de sanitarios se concentró a primera hora de la mañana a las puertas del edificio donde tenía lugar la reunión -en pleno centro de Barcelona- para protestar contra el tijeretazo que les obliga a renunciar a la mitad de la paga de Navidad. De repente, los manifestantes entraron a la fuerza en el interior del edificio e irrumpieron en la negociación para boicotear el encuentro.
Ni 10 minutos duró la reunión. Centenares de médicos y enfermeras entraron en la sala, se subieron a la mesa y tiraron toda la documentación al suelo como medida de protesta ante la atónita mirada de los directivos del Instituto Catalán de la Salud, empresa pública dependiente de la Generalitat que gestiona algunos centros de referencia como el hospital de Vall de Hebron, en Barcelona. Además de reducir la mitad de la mensualidad extra de Navidad, también se prevé retrasar el pago de las guardias y reducir los días de asuntos propios.
Esta irrupción espontánea tras meses de recortes en la Sanidad pública catalana obligó a suspender la reunión y a improvisar un comité de urgencia para analizar lo ocurrido. Uno de los últimos en evaluar la situación fue precisamente el gerente del ICS, Joaquim Casanovas, quien tachó de «poco útiles» estas manifestaciones, aunque se mostró dispuesto a retomar las negociaciones de forma «inmediata».
Él mismo había intentado apaciguar los ánimos cuando salió al exterior del recinto megáfono en mano e intentó calmar los ánimos de los manifestantes. Una acción bumerán con la que obtuvo el efecto contrario: crispar aún más al personal sanitario, que le acorraló hasta que los Mossos d'Esquadra intervinieron para resolver la situación.
La nueva reunión entre la Generalitat y los trabajadores del ICS deberá esperar hasta el lunes por la tarde, día en el que, en principio, tenían que entrar en vigor los recortes. «Estas protestas no hacen nada más que dilatar las negociaciones», criticó Casanovas.
Como suele ser habitual, la versión de los sindicatos fue muy distinta a la del Instituto Catalán de la Salud. El más duro fue UGT: «No podemos trabajar con menos de lo que tenemos o desapareceremos», aseguró su portavoz, Juan Cobacho. Además de recordar que el tijeretazo del Ejecutivo de CiU no afecta sólo a los médicos, sino que también recae sobre el resto del personal sanitario, Cobacho advirtió que, «como se reduzcan más las plantillas, no sé como vamos a atender a los pacientes».
Todos los sindicatos presentes en la reunión (CCOO, UGT, Metges de Catalunya, Catac y el sindicato de enfermería SATSE) coincidieron en asegurar que la protesta espontánea de ayer fue fruto de la tensión a la que se ven sometidos los sanitarios en Cataluña, después de que la Generalitat anunciara un recorte del 10% sobre el presupuesto anual en salud.
En esta misma línea, la representante de CCOO, Carme Navarro, confesó que «no se trata del mejor comportamiento posible», aunque justificó los hechos como consecuencia de «unos recortes que siempre acaban repercutiendo sobre los trabajadores». «Esperamos que sea un toque de alerta para la Administración», advirtió.
Los cinco sindicatos presentes en la mesa de negociación del ICS mostraron su voluntad para ponerse de acuerdo, pactar una postura común e ir «todos a una» a la reunión del lunes, que parece definitiva para resolver el recorte. «Si no, las protestas no pararán de extenderse», advierten desde UGT
No tienen bastante con la ruina que tienen encima, que encima dan otra vuelta a la tuerca oxidada.
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