- La Gaceta
- 28-06-2011 | 65
Desde el PP lamentan que la tercera autoridad del Estado trate de coartar la libertad de expresión de Intereconomía. Los querellantes advierten de que su caso no está cerrado.
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J. B. Madrid
El comportamiento televisivo que el sábado pasado exhibió el presidente del Congreso ha generado reacciones de indignación no ya en el estamento periodístico, sino entre sus propios compañeros de Cámara. El diputado popular Carlos Floriano, secretario de Comunicación del partido de Mariano Rajoy, fijó ante LA GACETA la postura del PP en este asunto con contundencia: “Bono no está a la altura de lo que se espera de un presidente del Congreso. No se espera de alguien que ostenta esa responsabilidad un ataque así a la libertad de expresión de un medio de comunicación privado, tratando de coartar su derecho a informar libremente. Si Bono quiere tanto dar su opinión, que se baje de la tribuna de presidente de la Cámara y asuma la portavocía de su partido”.
Cabe recordar que Bono eligió la cadena mayoritariamente participada por Berlusconi, y uno de sus programas más nítidamente ubicables en la categoría conocida como telebasura, La Noria, para tildar a Intereconomía de “grupo de malhechores, ex reclusos y cavernícolas que se dedica a la desvergüenza de destilar odio”, alternando la invectiva descarnada con el victimismo de quien se presenta como indefenso objeto de una persecución injustificada.
“Poco presentable”
“Bono es poco presentable como presidente del Congreso y poco presentable como demócrata –continúa Floriano–. Hoy arremete contra un medio y la semana pasada contra nuestro partido o contra el líder de la oposición. Nunca José Bono pudo llegar tan lejos y nunca la presidencia del Congreso pudo caer tan bajo, quedar tan desprestigiada, como con Bono ocupando su sillón. No es precisamente un defensor de la libertad de expresión”, concluye el diputado del PP.Por su parte, el ex diputado del PP y abogado en ejercicio Jaime Ignacio del Burgo, artífice de una de las querellas que instan a la investigación del sospechoso incremento patrimonial de los Bono, opina que el presidente del Congreso adopta esta postura agresiva amparado en una sensación de seguridad judicial falsa en tanto provisional: “El caso Bono no está cerrado. Hay un recurso de súplica pendiente de resolución y luego queda el recurso de apelación ante otra sección de la Sala Segunda del Supremo. Pero además, Bono está nervioso porque han perdido el poder en Castilla-La Mancha y ahora puede empezar a desembalsarse toda la porquería acumulada. En vez de insultar, Bono debería aportar explicaciones convincentes de cómo forjó su patrimonio. Por ejemplo: ¿cómo pagó su mansión de Olías del Rey, valorada en 1,5 millones de euros según hipoteca de 2002, y que él dice haber financiado con una herencia que tan sólo asciende a siete millones de las antiguas pesetas?”. Para Del Burgo, Bono ha creado una imagen pública de sí mismo irreconciliable con su modo de proceder: “No es nada de lo que dice ser: ni católico ni transparente ni patriota ni socialista. Debería avergonzarse cuando cante eso de ‘Arriba, parias de la tierra’ en los actos del Partido Socialista”.
Por otro lado, el presentador de La Noria, Jordi González, arremetió contra este Grupo ayer a través de Twitter, en connivencia con su entrevistado Bono: “Hace 10 años me hubieran jodido mucho las calumnias que vomitan contra mí los ultrafachas de ya sabéis dónde. Hoy me provocan risa”. Y se explayaba en sucesivos mensajes de texto: “Fachas no. Ultrafachas. Y embusteros. Llamo ultrafachas a quienes lo son”, insistía uno de los referentes mediáticos predilectos de Paolo Vasile.
Ellos mismos se descalifican por si solos. El uno diciendo tonterías para la galería, y el otro mamarrachadas por el twitter, pues eso es lo que hay.
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