R. / Madrid
19/06/2011/El Mundo
En 2011, los servicios de inteligencia siguen manteniendo la misma teoría. El pasado día 8, el diario La Vanguardia publicó que Barcelona se había convertido en un nido de espías y que hasta allí habían llegado agentes de los servicios de inteligencia más importantes a nivel mundial, incluidos los norteamericanos e israelitas, para controlar e infiltrarse en las células yihadistas de la Ciudad Condal.
En los últimos años han sido varias las redadas que han llevado a cabo las Fuerzas de Seguridad del Estado, con el correspondiente apoyo informativo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), contra grupos o células yihadistas, pero en la mayoría de las ocasiones sus integrantes han sido puestos en libertad por falta de pruebas.
'Operación Tigris'
En la operación Tigris, que organizó el juez Baltasar Garzón en 2007 y que se desarrolló en Barcelona y alrededores, la Policía detuvo a más de 30 supuestos seguidores yihadistas. Una parte importante de ellos era de origen paquistaní, pero posteriormente fueron puestos en libertad por falta de pruebas y, al final, sólo 15 de ellos llegaron a juicio. Y de esos 15, 12 quedaron absueltos.
El pasado mes de diciembre, la Policía desmanteló en Barcelona una red de islamistas radicales, de origen paquistaní, que se dedicaban a sustraer documentación, especialmente pasaportes, que después manipulaban, falsificaban y enviaban a Tailandia. Desde aquel país asiático se hacía llegar la documentación robada a las organizaciones que forman el Frente Islámico Mundial.
Fuentes de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE), que llevó a cabo la operación, explicaron que los pasaportes robados llegaban a manos de los responsables de la trama terrorista Lasshkar e Tahiba, grupos que se han responsabilizados de los atentados más sanguinarios llevados a cabo, en nombre de Al Qaeda, en la zona asiática.
Esa misma organización de paquistaníes desmantelada en Barcelona en diciembre del año pasado también tenía importantes conexiones con otros grupos radicados en Francia y Bélgica. Y en ese último país cayeron, el pasado mes de febrero, dos de los cabecillas paquistaníes que dirigían el grupo de Barcelona.
ANTONIO RUBIO / Madrid
19/06/2011
El CNI teme que los paquistaníes venguen a Bin Laden en España
Inmediatamente, la antena del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en Washington contactó con la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) y la CIA, y el 6 de mayo aterrizaba en el aeropuerto de Barajas el agente Ribera, nombre en clave del jefe del CNI en la capital estadounidense, con un detallado y exhaustivo informe sobre la operación Relámpago, como se denominó a la acción contra el líder de los terroristas yihadistas, y sobre las posibles repercusiones en nuestro país.
El agente Ribera consideró que la información que le habían proporcionado los directivos norteamericanos de la NSA y de la CIA sobre la operación Relámpago y sobre las relaciones que Al Qaeda mantiene en Cataluña eran importantes y delicadas. Por ese motivo, el agente de los servicios secretos españoles resolvió no utilizar los sistemas habituales para informar a Madrid, incluido el encriptamiento de mensajes, y viajar personalmente a la sede central del Centro Nacional de Inteligencia.
EL MUNDO ha podido saber que en el informe elaborado por el agente Ribera se detalla parte de la infraestructura de las células yihadistas en Cataluña, que fundamentalmente están compuestas por ciudadanos de origen paquistaní, y los sistemas de comunicación (correos) que utilizan entre ellos y otras organizaciones que se mueven y actúan alrededor de las primeras. No hay que olvidar que la NSA norteamericana controla la Red Echelon, que tiene capacidad para detectar y seguir cualquier sistema de comunicación a nivel mundial.
El CNI, según fuentes internas de los propios servicios secretos, también ha conseguido de los agentes norteamericanos información sobre las conexiones que esas células yihadistas, radicadas en Cataluña y con un número importante de seguidores paquistaníes, mantienen con otras de Francia y Bélgica.
Después de que el jefe de la antena del CNI en Washington trasladara su información a la dirección de los servicios secretos, el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA) estudió los datos y recomendó a los diferentes servicios de inteligencia que incrementaran el número de agentes que se dedican al seguimiento, control y análisis de los movimientos yihadistas en España.
Algunas fuentes consultadas por este periódico señalan que ese incremento de agentes, a instancias del CNCA, ha llegado al medio centenar, y que la mayor parte de ellos han sido destinados a Cataluña. La función principal del CNCA es la coordinación, análisis y puesta en común de todos los servicios de información del Estado, incluido la Policía, Guardia Civil y CNI. Este centro fue puesto en marcha por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero después de los atentados del 11-M.
La calificación de los expertos antiterroristas consultados por EL MUNDO sobre la posibilidad de que se produzca un nuevo atentado en España es de «probable» pero, en las últimas fechas, ese nivel se ha visto incrementado por el nombramiento como número uno de Al Qaeda del doctor Ayman al Zawahiri. Los servicios de inteligencia norteamericanos sospechan que, tras el ascenso de Zawahiri, Al Qaeda necesita llevar a cabo un atentado terrorista importante para reforzar el nombramiento y autoridad del sustituto de Osama bin Laden.
En la actualidad, la colaboración de los servicios secretos norteamericanos y españoles en materia de terrorismo yihadista es total. Esa colaboración también ha llegado al ámbito judicial. La semana pasada, el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, se trasladó a Washington y allí mantuvo diferentes reuniones con el director del FBI, Robert Mueller, y con el fiscal general de EEUU, Eric Holder, sobre temas relacionados con el terrorismo yihadista.
Pues depués de tanto aviso y tanta historia, haber si no se les "pasa", como cuando el 11-M, y no tenemos que lamentar después nada raro.
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