La Policía demuestra que Batasuna tiene el «control absoluto» de Bildu

ÁNGELES ESCRIVÁ / Madrid / El Mundo

La formación ilegalizada ha elegido a los candidatos, promotores y apoderados

El presidente de Eusko Alkartasuna en Navarra, Mayorga Ramírez, presionó a los dirigentes de la ilegalizada Batasuna asegurándoles que iba a dimitir el día siguiente porque no estaba de acuerdo con que los miembros de su partido sólamente ocuparan los puestos primero y cuarto en la candidatura de Bildu al Ayuntamiento de Pamplona.

Uno de los principales dirigentes de Batasuna, Juan Cruz Aldasoro, enfadado porque sus socios pedían demasiado en las listas, les respondió que Batasuna les estaba dando mucho más de lo que merecen y amenazó con formar listas blancas y con romper su compromiso en varias localidades.

Los dirigentes de la formación ilegalizada tuvieron que amenazar a algunos de sus simpatizantes porque se negaban a formar parte de las listas para las próximas elecciones municipales y forales. «No hace falta decirle que va a tener que abandonar el pueblo por no aceptar, pero esto no quedará aquí»,vinieron a asegurar dos de los encargados de elaborar las planchas cuando uno de sus militantes de base se negó a presentarse para alcalde.

Los informes policiales que el Ministerio del Interior ha puesto a disposición de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado para una posible impugnación de las listas de Bildu -o de la propia coalición si así se decide- recogen al menos nueve reuniones entre dirigentes de Batasuna, EA y, en alguna ocasión, Alternatiba, en las que éstos se reparten los puestos de la coalición.

Encuentros que se han venido celebrando desde el 3 de marzo de este año hasta el 4 de abril. Los informes aportan una exhaustiva documentación de ETA y Batasuna que acreditaría, al decir de los expertos, que existen evidencias que demuestran que «Batasuna ha puesto en marcha una estrategia diseñada por ETA para volver a las instituciones a través de una alianza independentista establecida con EA», pero además constituyen un fresco, muy detallado, de las relaciones de poder entre los partidos que configuran la coalición, del desprecio de Batasuna hacia EA, de los conflictos personales que provoca en las bases de la izquierda abertzale la obligación de embarcarse sin ganas como «independientes» en otro proyecto ilegalizable y que puede marcarles para el futuro, y del modo como la EA actual trata de escapar de su condición de partido marginal, asumiendo, aunque con la condición de la no violencia,que no sabe si va a poder imponer, la estrategia política marcada por ETA y desarrollada por la izquierda abertzale.

La primera reunión documentada de los miembros de los partidos que forman la coalición Bildu se produjo en la sede de EA en Bilbao, entre la integrante de la mesa nacional de Batasuna Tomasa Alejandro; Arturo Muñoz, de Alternatiba, y Mariano Álava, miembro de la comisión ejecutiva de EA.

Ese mismo día, también tuvo lugar un encuentro en Navarra para confeccionar candidaturas conjuntas en la que hubo problemas muy relevantes; tanto es así que, para poner orden, hubo que convocar a los máximos dirigentes disponibles en la sede de EA en San Sebastián, -José Luis Moreno, Rufino Etxberria, Jone Goirizelaia y Asier Arraiz, todos ellos menos la abogada, procesados por pertenencia a organización terrorista-, y al responsable de Alternatiba, Oskar Matute.

Salió de allí la convocatoria de otra reunión a tres bandas y un documento denominado Acuerdo Popular, Herri Akordio -publicado con detalle por este periódico-, en el que se establecieron las reglas generales para configurar las listas y para elaborar el programa electoral. Allí se decidió que cada partido quedase representado de acuerdo con los resultados obtenidos en elecciones anteriores y se estableció que el programa marco tenía que ser uno, no modificable por ninguna de las formaciones, pero que podría ser concretado en cada localidad.

Se advirtió de que cada candidato, una vez en su cargo, podría votar como creyera conveniente e incluso que cada partido podría intentar formar grupo municipal propio.En el informe hay pruebas muy concretas, que pueden ser contrastables con lo que ocurrió finalmente pero que, en cualquier caso, ejemplifican un comportamiento general; como la negociación detallada, con las conversaciones y sus protagonistas -los de Batasuna se repartieron las plazas entre ellos-, de la lista de la localidad de Elorrio, que concluyó formada por 13 candidatos, 11 de los cuales debían pertenecer a la formación ilegalizada -tres de ellos además en los primeros puestos-,y dos a EA. Con todos estos datos, a los que también se unen las manifestaciones y actos públicos, los expertos policiales afirman que Bildu ha sido promovida por Batasuna e integra candidatos de esta formación dado que «han sido sus dirigentes quienes los han elegido» y quienes han impuesto la fórmula para conformar las listas.

Del mismo modo que han sido ellos los que se han encargado de seleccionar a los interventores, a los apoderados y quienes se han encargado de las labores de propaganda.Los informes insisten en que Batasuna tiene el «control absoluto».

Los expertos recaban también documentos de ETA y Batasuna, según los cuales, en 2008, la banda planteó la construcción, en cinco años,de un nuevo referente político institucional a través de un polo soberanista en el que no estuvieran el PNV ni Aralar. Para que los posibles socios no planteasen inconvenientes, ETA se mostró dispuesta a anunciar treguas. En 2009,Batasuna concretó esas órdenes de ETA iniciando sus contactos primero con EA y después con Alternatiba.