JORDI RIBALAYGUE / Barcelona / El Mundo
El Instituto Armado tilda de «elevado» el número de operaciones bancarias en que Climent y Raga actúan «de forma particular o en representación de sus empresas y las fundaciones». Aparte de esa apreciación, los investigadores alertan a la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción que el librero se aseguró obtener préstamos a cambio de depositar como garantía algunas subvenciones de las administraciones que sostienen las actividades del conglomerado asociativo. La cifra de ayudas públicas que el padre de los repetidores de TV3 en la Comunidad Valenciana registró como prendas a Bancaja se elevó a 1.954.866 euros.«Puesto que la mayor parte del capital de estas fundaciones proviene de subvenciones recibidas a través de organismos públicos que deben ser empleadas en un fin concreto, podría entenderse que el hecho de que la fundación haga de avalista/fiador no cumple con el fin de la subvención concedida», anota la Guardia Civil. Como informó este diario ayer, las pesquisas que obran en poder del juez Pablo Ruz también señalan un presunto «uso inapropiado del patrimonio» de las entidades que han crecido de la mano de Climent.
Como ejemplo de los indicios de irregularidades en el empleo de los subsidios que han alimentado los programas y las conferencias del holding catalanista, los agentes subrayan un acto notarial que han consultado y que se rubricó el 29 de octubre de 2008.
En aquella jornada, la Fundación Ausiàs March ejerció de fiador de Edicions del País Valencià SA anteponiendo como garantía 48.000 euros procedentes de una adjudicación pública.
No es el único episodio que se referencia en el informe en que la Benemérita ha rastreado en los movimientos fiscales del entorno de Climent. Todas las prendas sufragadas con cantidades engrosadas con subvenciones se consignaron a Bancaja entre el 7 de octubre de 2008 y el 9 de febrero de 2009.
Durante el mismo período, el promotor cultural arañó unos dos millones de dicha entidad tanto para el sello que publica el semanario El Temps como para Acció Cultural del País Valencià. Buena parte de las ayudas que se constituyeron en una suerte de aval provenían de auxilios de la Generalitat de Catalunya y el Ministerio de Cultura, aunque el dictamen no clarifica el origen de cada uno de los casos documentados.
En la mayoría de los apuntes de los que la Guardia Civil da cuenta, Raga actúa de representante del prestatario -es decir, de Edicions del País Valencià SA- mientras que Climent fue quien puso rostro a los entes que dieron fe de la devolución del pago.
Las circunstancias que, al parecer, rodearon las operaciones con Bancaja coinciden con unas de las conclusiones más suculentas que escribe el comandante de la unidad encargada de la investigación, y es que Climent puede acceder «con cierta facilidad a los fondos» del entramado. No obstante, también es cierto que el gestor aparece como fiador de la compañía editora en un par de ocasiones.Málaga
Y siguen y siguen.., las corruptelas de los políticos, cogen el dinero como si fuera el maná.
ResponderEliminarCuadrilla de cuatreros.