domingo, 27 de marzo de 2011

Botín pide a Zapatero que siga un año más y aplace la sucesión


MARISA CRUZ / CARLOS SEGOVIA
Madrid / El Mundo

«Ese debate genera confusión e inestabilidad», dijo el banquero en la reunión de La Moncloa
Le secundaron Villar Mir, Del Pino y en menor medida Prado ante la sorpresa de casi todos
«Esta reunión me da moral», afirmó el presidente al acabar el segundo cónclave del G-45

Zapatero embustero

En el debate sucesorio en el PSOE sólo faltaban por entrar los grandes empresarios y banqueros. Ayer irrumpieron algunos de los más relevantes, encabezados por el presidente del grupo Santander, Emilio Botín. Éste y los que le secundaron reclamaron al presidente del Gobierno que no adelante las elecciones, que siga hasta marzo de 2012 y que no desvele aún si se marcha.
La tesis que defiende este grupo se basa en el convencimiento de que, justo ahora, cuando el país está embarcado en un amplio programa de reformas, las interferencias de carácter político no harían sino sembrar la inestabilidad. Y Zapatero, a juzgar por sus palabras, coincide con ellos.

Además de Botín, el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino y el de OHL, Juan Miguel Villar Mir, tomaron la palabra durante el largo encuentro que mantuvo el G-45 con el presidente, en La Moncloa, para hacerle esta petición. Algunos de los presentes en la reunión aseguran que también, aunque de forma más matizada, se manifestó el presidente de Endesa, Borja Prado.

Zapatero embustero Elprimero en pronunciarse fue Botín, quien alertó de la «confusión» que suscita el debate sobre el futuro político de Zapatero y mantuvo que lo oportuno es que no plantee cambios «hasta el final» para evitar una nueva etapa de «inestabilidad».

A la cita de La Moncloa asistieron un total de 40 grandes empresarios, más los presidentes de las patronales Anfac y CEOE.

Ninguno de ellos contradijo a sus compañeros, aunque varios de los asistentes mostraron a este diario su sorpresa por estas intervenciones. Nadie, sin embargo, se pronunció a favor de que se precipite la fecha de las elecciones ni tampoco de que el presidente revele ya su secreto. «Pero no porque no pensemos que no hay que adelantar las elecciones, sino porque a muchos no nos pareció que en esa reunión debiéramos hablar de política», afirmó un asistente a EL MUNDO.

Zapatero embustero En la reunión, la segunda que celebra Zapatero con las empresas más importantes del país, se respiraba, según todos los participantes consultados, un clima más positivo y satisfecho que en la convocada hace tres meses.

Ahora, los empresarios coinciden, y así se lo trasladaron mayoritariamente al presidente, en que la situación económica es mejor, pero también le previnieron contra la tentación de relajarse.

El propio Zapatero lo reconoció en su comparecencia posterior ante la prensa. «A juicio de todos, la estabilidad de la economía ha mejorado de manera clara. Hay cien puntos menos de diferencial [con el bono alemán] y esto genera confianza. Todo ello ha sido fruto de las reformas y decisiones difíciles que se han tomado, pero... no se puede bajar la guardia», resumió antes de añadir: «Yo comparto plenamente con los empresarios esta apreciación».

El propio Botín animó al presidente a bajar la prima de riesgo con el bono alemán desde los 190 actuales a 100. Más exigente fue el presidente del BBVA, Francisco González, que resaltó que el actual coste de financiación es inasumible para la economía española y pidió medidas que generen tal confianza internacional, que bajen el diferencial a 50 puntos básicos.

Lo que no reveló Zapatero fue la petición que le habían hecho algunos de los asistentes para que frene el debate sucesorio y aguante hasta el final de la legislatura impulsando las reformas.

Sí afirmó Zapatero ante la prensa que los empresarios habían coincidido en la necesidad de «acelerar y profundizar» en las reformas. Y añadió: «Las reformas económicas no están condicionadas a ninguna otra circunstancia. Están por encima de todo lo demás. El calendario político tiene que ser siempre secundario a lo que este país tiene que hacer y a lo que tiene aún por delante».

«La tarea aún es ingente y lo esencial a medio plazo es que las reformas culminen, que sean profundas y que generen creación de empleo», añadió.

De las palabras del presidente se infirió de inmediato que habrá que esperar aún un tiempo para conocer novedades en relación con la sucesión y que Zapatero se mantendrá fiel a la afirmación que ha hecho en varias ocasiones asegurando que su objetivo único ahora es poner en marcha e impulsar los cambios que en su opinión necesita la economía española.

El presidente explicó que en la reunión, en la que estuvo acompañado por el vicepresidente primero Alfredo Pérez Rubalcaba, y por la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, se había dedicado «a escuchar» a las grandes compañías, pero también les había hecho «peticiones».

La más importante que refirió fue la puesta en marcha de un plan para incentivar la formación profesional con la creación de 30.000 becas para realizar prácticas de seis meses en las principales empresas. Botín ofreció cubrir un total de 2.000, y el presidente de Telefónica, César Alierta, se prestó para coordinar un grupo de trabajo sobre esta materia con el Ministerio de Economía y Hacienda.

Además, explicó que buena parte del debate había girado en torno a la necesidad que tiene España de abaratar el coste de la energía. En este campo, aseguró que es necesario hacer una «reflexión colectiva» para conseguir que los costes energéticos no lastren la competitividad de las empresas.

También se refirió a los detalles que había proporcionado el presidente de la CEOE, Joan Rosell, sobre la marcha de la reforma de la negociación colectiva. En este punto, el presidente urgió de nuevo a alcanzar un acuerdo entre patronal y sindicatos en el mes de abril. «El marco laboral», indicó Zapatero, «ha de ser más flexible».

Rosell criticó el nivel de absentismo laboral en el país y lanzó la cifra de que en España faltan a trabajar un millón de españoles al día, de los cuales 400.000 «son absentistas profesionales».

El presidente de Mercadona, Juan Roig, fue, según los asistentes, el más crítico con la situación. «Lo peor está por llegar si no se toman medidas», afirmó el empresario. Reclamó todo un cambio cultural para que el absentismo sea mal visto por la sociedad y que «haya cultura del esfuerzo».

1 comentario:

  1. Esto gorrones de los banqueros, siempre tiando para casa, En este caso botín, diciendo impertinencias para su conveniencia, si no de que va a pedir nada.

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