miércoles, 2 de febrero de 2011

Zapatero se garantiza la foto del pacto


Gobierno y agentes sociales firman hoy un acuerdo sin otra reforma que la de pensiones
CCOO dice que no es un Pacto de Estado y que el conflicto sigue vivo en materia laboral

FRANCISCO NÚÑEZ / Madrid /El Mundo

Zapatero logra la foto de un pacto social sin más contenido que las pensiones

Zapatero embustero

Salvo la de las pensiones, el pacto no incorpora una sola reforma estructural, ni un elemento para que a las empresas se les faciliten vías de financiación, ni un sólo argumento para generar actividad económica, crecimiento o empleo.

De esta forma, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, y el nuevo presidente de la CEOE, Juan Rosell, escenificarán hoy la vuelta a los acuerdos en materia de Diálogo Social y la firma de un documento que, en muchos casos, es réplica de la «Declaración para el impulso de la economía y el empleo», que firmaron en 2008 cuando la crisis era ya evidente y de cuya negociación posterior nunca más se supo.

Zapatero embustero

Servirá, sin embargo, para que la presidenta alemana, Angela Merckel, vea mañana en los periódicos la foto oficial del pacto entre el Gobierno y los interlocutores sociales.

El documento aclara estas intenciones en la primera página: «La colaboración de todos para mejorar la capacidad de crecimiento y recuperar la credibilidad de los inversores nacionales e internacionales, se hace imprescindible para afrontar un reto que determinará el futuro de los españoles».

Pero el resto del Acuerdo, solo contiene una reforma: la de las pensiones. Lo demás es literatura para simular una vuelta a los pactos de Estado. De hecho, ayer el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, comparó este acuerdo con los Pactos de La Moncloa en el que participaron todas las fuerzas políticas en 1977.

Los sindicatos y la nueva cúpula de la patronal van a firmar hoy un acuerdo en el que se incopora un plan de choque para incentivar el contrato a tiempo parcial entre los jóvenes. Esto solo implica repartir por horas el escaso empleo que hay entre los jóvenes, un programa que ya presentó la semana pasada el Gobierno en solitario. Lo mismo sucede con los cursos de formación para parados, a cambio de una beca mensual de unos 400 euros.

Lo que no se dice es que, ante la falta de estímulos para generar actividad económica, lo único que se va a conseguir con este plan es reducir la estadística del paro, ya que los trabajadores con contratos a tiempo parcial no computarán como parados cuando se les acabe este periodo. Y también saldrán de las cifras del desempleo los que participen en los cursos de formación.

En este sentido, llama la atención que sin modelo económico se realicen cursos de no se sabe qué modelo de formación. Es más, en la página 22 se señala que los ministerios de Trabajo y de Educación, y los agentes sociales, trabajarán para realizar un estudio que «permita identificar los sectores con mayores posibilidades de crecimiento de empleo y a partir de ese estudio elaborar una propuesta de mapa de la oferta de formación profesional». De cuándo estará este estudio no se dice nada.

De los 38 folios del documento, cuatro se destinan prácticamente a ensalzar las bondades del Diálogo Social. «Forma parte esencial de la historia de nuestras relaciones laborales democráticas», se dice. Sin embargo, durante los tres años largos de crisis (en el texto se mencionan dos) no se ha producido un solo acuerdo (incluso la reforma laboral se hizo por decreto).

El resto son réplicas de anteriores compromisos -por ejemplo, en la Declaración para el Diálogo Social de 2004 ya se hablaba de modernizar los servicios públicos de empleo y de reformar la negociación colectiva-, de textos que figuraban en los cajones de los ministerios o de proyectos ya presentados. En particular de los de Industria y de Ciencia e Innovación.

El conflicto sindical sigue

UGT y CCOO anunciaron el respaldo mayoritario de sus consejos confederales al acuerdo social firmado hace apenas un día entre el Gobierno, los agentes sociales y los empresarios. Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, respectivamente, aseguraron estar «satisfechos» con el pacto, pero advirtieron de que el conflicto que tienen con el Ejecutivo en materia de reforma laboral «sigue abierto». «Es un contencioso que sigue pendiente», puntualizó el líder de UGT, para calificarlo después como «un error del Gobierno».

Ambos responsables sindicales no ocultaron la complejidad de las negociaciones y los «cambios sustanciosos», en palabras de Méndez, que el Gobierno tuvo que introducir en su propuesta de reforma del sistema de pensiones y en la ayuda a los parados sin subsidio. No obstante, dejaron claro que algunos de los puntos de acuerdo son meros «parches» al problema. Al menos, en el caso del plan de choque para paliar el paro juvenil.

Mientras Mendez mostró su cara más conciliadora, el líder de CCOO insistió en que no es un pacto de Estado, ya que «faltan interlocutores, materias y un compromiso en la resolución del sistema financiero».

Es más, dejó claro que con este acuerdo no se le da «un balón de oxígeno» al Gobierno, sino a los ciudadanos.

El Gobierno y las fuerzas sociales firmarán hoy un Acuerdo Social y Económico que, en realidad, sólo enlata junto a la reforma de las pensiones más ambiciosa de la historia un conjunto de declaraciones de intenciones sobre empleo, energía e industria.

1 comentario:

  1. Ya vamos bien, de culo y cuesta a bajo..., pronto les volverá a untar a esta cuadrilla.

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