El Mundo
>Grabaciones auténticas. La Guardia Civil certifica la autenticidad de las cintas grabadas por dos empresarios sevillanos y con las que intentan demostrar que dos directivos de la empresa pública Mercasevilla pretendían cobrarles en comisiones ilegales hasta 450.000 euros por la adjudicación de una escuela de hostelería.
>Reconocimiento de voces. Los expertos del Instuto Armado también certifican en un 97,5 por ciento la autenticidad de la cinta, ya que no registra «ni cortes, ni paradas ni inserciones de audio». Igualmente, certifican la autenticidad de las voces de los empresarios, si bien no hacen lo mismo con las de los imputados, ya que éstos -el ex director de Mercasevilla, Fernando Mellet, y el ex subdirector, Daniel Ponce- se negaron a someterse a las pruebas periciales.
>Inicio del caso. Se trata de la grabación que dio origen a la investigación del 'caso Mercasevilla', que después ha derivado en una compleja instrucción donde, además del supuesto intento de soborno, se investiga también una venta de suelo fraudulenta y varios delitos societarios, así como un ERE en el que aparecieron dos falsos extrabajadores que nunca habían pisado la empresa.
SANTIAGO GONZÁLEZ
Chaves se explica
El vicepresidente tercero del Gobierno se está revelando como un personaje clave en estos tiempos, en los que la tragedia queda aliviada, y aun podríamos decir que redimida, por la farsa. Ayer, el PP pidió su cabeza en el Senado y yo espero de todo corazón que el Gobierno esté en su mejor tradición respecto a las peticiones del PP: hacer oídos de mercader.
Un columnista no puede imaginarse la vida sin Manolo Chaves. Este ángel fieramente humano de la Junta, un híbrido de don Tancredo y Buster Keaton, ya había dado muestras de su talento cuando el caso de la empresa Matsa. La Junta por él presidida dio con su voto una subvención de 10 millones a la citada compañía, cuya apoderada era Paula Chaves, en abierta vulneración del artículo 7.1 de la Ley de Incompatibilidades 3/2005 de 8 de abril, aprobada por un Gobierno suyo.
¿Está mal? Sí, pero sólo si concurren las circunstancias siguientes: que Chaves fuera presidente de la Junta de Andalucía en la fecha de la subvención; que fuera al mismo tiempo el padre de Paula Chaves; que ésta fuese apoderada de Matsa, gestionara con poder de la empresa ante la Junta presidida por su padre una subvención y la Junta se la diera. Dirán que se cumplen todos los supuestos, pero valga como atenuante el hecho de que este mundo es un pañuelo.
No dio respuesta Chaves a este asunto y no había razón para esperar una explicación a lo de los ERE, cuando ayer comparecía en el Senado a la sagrada hora de la siesta, las cuatro en todos los relojes, las cuatro en sombra de la tarde, por decirlo en plan lorquiano. Nuestro héroe, voz firme y gesto impávido, señaló a los verdaderos culpables del escándalo que se extiende por Andalucía como mancha de aceite (de Jaén): el PP. Si te engaño una vez, la culpa es mía; si lo consigo dos veces, la culpa es tuya; si tres, la culpa es del PP.
Chaves explicó que la responsabilidad es de Arenas y Zaplana, en tanto que ministros de Trabajo, y de Zoido, delegado del Gobierno del PP en Andalucía y actual candidato a la Alcaldía de Sevilla. Los expedientes de regulación de empleo son competencia exclusiva de la Junta que el Ministerio se limita a ratificar. Como es obvio, la Junta de Andalucía sólo ha estado presidida por socialistas desde sus orígenes: Escuredo, 'Pepote' Rodríguez de la Borbolla, Chaves y Griñán.
Luego estaba el argumento empleado por la popular Sánchez Camacho en los pasillos contra una acusación que roza el ridículo: acusar a los gobiernos del PP de aprobar ayudas fraudulentas para militantes del PSOE que se cayeron de las listas electorales. Claro que Chaves, o quizá Pajín, aún podrían sacarle algo más de punta al argumento, si se esforzaran un poquito: eso demuestra que los del PP, además de corruptos, son tontos. Los nuestros no incurrirían en un error tan básico.
Tal vez el PP no esté libre de culpa. Si conocían nuestra naturaleza, ¿por qué nos dejaron solos tantos años? Manolo Chaves, como Groucho, nunca pertenecería a un club que fuera capaz de elegirle como presidente. A partir de ahí se explica casi todo, incluida su falta de respeto a la capacidad intelectual de sus votantes.
Como casi siempre, la culpa la tienen otros. No tienen parangón estos de la junta, y la corruptela sigue, pero no se preocupen, que aquí nadie dimite y mucho menos dar la cara, son unos cobardes y traidores al pais.
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