El Mundo
A la espera de la evolución de su dolencia, Aguirre se mantiene como candidata del PP para las elecciones autonómicas. La propia presidenta confía en volver al trabajo en unos 10 días: «Todos los pronósticos médicos son buenos». La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, confirmó ayer que su candidatura no se verá «absolutamente» comprometida de cara a las elecciones del 22 de mayo. La número 2 del PP indicó: «La he encontrado estupenda de ánimo, como siempre».
La enfermedad descubierta es un carcinoma in situ que no se ha extendido. Se trata de un bulto localizado y que puede ser extirpado con una simple operación. «Afortunadamente está cogido a tiempo», dijo Aguirre. Los médicos esperan que no pase más de 48 horas ingresada en el centro donde se efectuará la intervención, hoy o mañana, bien el Clínico o el Gregorio Marañón.
La presidenta conoció hace una semana su enfermedad y ha pasado unos días muy intranquila. Ella misma decidió dar la noticia y evitar suspicacias. El tono de sus palabras y su expresión facial hacía augurar que iba a anunciar algo importante tras inaugurar una carretera en Pozuelo del Rey. Aguirre tomó la palabra de forma serena y en una emotiva alocución de dos minutos explicó con gran entereza y de forma clara su afección. La dolencia de la presidenta era desconocida hasta ayer por sus colaboradores más allegados y por sus compañeros en la Comunidad y el PP.
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>Vea hoy en EL MUNDO en Orbyt el análisis de Carmen Remírez de Ganuza.
PERFIL
PEDRO BLASCO
La mujer coraje, la mujer de hierro
La presidenta de la Comunidad de Madrid eligió ayer un acto público para dar a conocer a todos que tiene cáncer y que se va a curar. La actitud de Esperanza Aguirre de hacer pública su enfermedad, y de pedir respeto en estos días que va a estar retirada, no es nueva en esta mujer que tendrá muchos defectos políticos, pero a la que le gusta decir las cosas de frente. Y lo hace, cuando le dejan. Mete la pata, a veces, porque suele decir lo que piensa y ahora el cuerpo le ha pedido contar que está enferma. Y lo ha dicho. Una de las personas por las que Aguirre siempre ha tenido admiración ha sido María San Gil, que en circunstancias similares optó por contar el problema que tenía y retirarse de la vida política hasta que estuvo bien. Llamó la atención aquella declaración y está, no digamos. Aunque su actitud también nos ha tranquilizado.Todo el mundo, incluso sus enemigos políticos, han admirado de la actual presidenta su coraje, su fuerza para salir adelante cuando los suyos o los contrarios le han puesto una y mil zancadillas. La oposición, en privado, habla de su facilidad para vencer en el cuerpo a cuerpo y la fuerza que tiene para levantarse cuando está tocada; en privado, expresan el respeto a su figura.
Su vida política ha estado llena de éxitos, pero también de zancadillas y siempre ha sacado fuerzas para salir adelante. Cuando era ministra y quisó llevar a la Educación el sentido común, algunos de los de su partido estaban encantados de que las leyes que propuso se estrellaran. Logró superar aquellas circunstancias y llegó al Senado, donde dejó buenos recuerdos hasta en los enemigos en unos años complicados. Porque frente a la imagen que se quiere dar de mujer antigua y de hierro, tipo Margaret Thatcher, está la de una mujer más moderna y avanzada de lo que muchos creen, con detalles difíciles de encontrar en otros colegas. Sí que su liberalismo económico y político da, a veces, miedo, pero podrían revisar otros sus actos políticos poco consecuentes con lo que piensan o dicen que piensan. Y también los que piensan una cosa, y hacen justo la contraria. La presidenta lo piensa y lo hace.
Tiene genio y le temen. Tiene caprichos y se los temen más. Y les hace trabajar a pico y pala desde el primero hasta el último y tensiona al límite. La semana en la que ha estado gestionando su enfermedad ha sido infernal de actos y saraos mil. Seguirla una manana es agotador, pero cuando tú te retiras aún le quedan una comida con un montón de alcaldes y el marrón de una entrega de premios a última hora a la que dice que no se puede negar.
Desde que está en la Comunidad no todo ha sido un camino de rosas. Ha gobernado, pero ha tenido zancadillas, fundamentalmente, de los suyos. De la acera propia y de la de enfrente. El caso Gürtel fue un palo muy duro. En lo político y también en lo personal. Miró a los ojos a uno de sus colaboradores, que le prometió que todo lo que se decía de él era mentira. Le nombró consejero y luego resultó que lo que le habían contado de ese consejero no sólo era presunta verdad, sino que se había multiplicado por cien. Le miró a los ojos a un diputado al que habían acusado del peor delito que puede cometer un padre. Le dijo que era mentira, como luego quedó demostrado, y le apoyó. Y luego el diputado estaba enfangado hasta el cuello en otro asunto. Obró con el coraje que otros no tuvieron y los despidió. Además de la decepción política contó esos días su decepción personal por apuestas que había hecho sobre personas que le habían marcado hasta dentro de sus propios colaboradores directos. Y la de ayer, no fue más que otra de sus jornadas; con la diferencia de que ayer, por primera vez, hablaba de ella y de un tema duro. Dice que le gusta la transparecia y ayer hizo ejercicio de ello. Se retira por unos días. Y conociéndola después de 30 años de perseguirla, y conociendo a la sanidad madrileña pública y privada, y conociendo, sobre todo, su coraje, su fuerza y sus ganas, me veo dentro de unos días persiguiéndola por toda la Comununidad de Madrid y oyéndola decir: 'He ganado y ahora vamos a ganar'.
Pedro Blasco es redactor jefe de M2
«Espero que me deseen suerte»
[Éstas son las palabras pronunciadas por Aguirre para comunicar su enfermedad]
Presidenta, que todo le salga bien, se lo merece.
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