viernes, 24 de diciembre de 2010

Rubalcaba apoya el pacto que supone desobedecer al Supremo


MARISA CRUZ / Madrid/ El Mundo

Dice que el acuerdo CiU-PSC para la investidura de Mas ayuda a Zapatero / Alega no haber leído la sentencia que obliga a que el español sea vehicular

El Ejecutivo evita por ahora pronunciarse en relación con las sentencias del Supremo, pese a que las mismas advierten con claridad que, en relación con el castellano, en Cataluña se da una «exclusión que pervierte» la Constitución y, en consecuencia, obliga a que el español y el catalán tengan la misma presencia en las aulas y, por tanto, a que el primero sea considerado también lengua vehicular.

El 'no sabemos todavía' del Gobierno, que se escuda en que no ha sido parte del proceso y en no haber podido aún estudiar los argumentos y el fallo del Tribunal Supremo, no le impide sin embargo congratularse del pacto alcanzado por CiU y PSC aun cuando uno de los puntos esenciales del mismo sea mantener por encima de todo el modelo educativo catalán y la inmersión lingüística, planteando así un desafío frontal al Supremo.

De hecho, por la noche en CNN+, el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que las sentencias del Supremo «no alteran ni ponen en cuestión ninguna de las leyes básicas que rigen la educación catalana».

Rubalcaba fue el encargado ayer de felicitar institucionalmente al nuevo president y, de paso, valorar como un «ejercicio de responsabilidad» la decisión de los socialistas catalanes de facilitar la investidura de Artur Mas absteniéndose en la votación.

Rubalcaba cree incluso que la investidura del líder de CiU, gracias al pacto logrado entre esta formación y el PSC, «facilitará» las relaciones con los nacionalistas catalanes en el Parlamento nacional. El Ejecutivo central, tal y como ha recordado el vicepresidente primero, ya tenía un cauce de relación con CiU que ha dado como fruto «éxitos diversos», y este canal ahora se verá mejorado.

No obstante, también ha precisado que el ámbito del acuerdo suscrito entre los dos partidos catalanes -PSC y CiU- que incluye el compromiso de ambos de consensuar cualquier nueva reforma estatutaria que se plantee, así como acordar todos los grandes temas a los que se enfrente el Ejecutivo de Mas, se circunscribe al Parlamento de Cataluña que es donde, en su caso, se darán las «contrapartidas y acuerdos» correspondientes.

De esta manera, Rubalcaba se guardaba bien de abrir la puerta a reclamaciones de los convergentes ante el Gobierno central en pago al acuerdo que han firmado con José Montilla, el gran perdedor de las elecciones, y al que se comprometen a hacer sitio, en su calidad de oposición, en los mecanismos bilaterales de negociación entre la Generalitat y el Gobierno central.

Según la lectura del número dos del Gobierno, el PSC ha hecho un ejercicio de «oposición responsable» que, puntualizó, «dados los tiempos que corren y lo que se vive a diario en el Parlamento español se agradece extraordinariamente». De esta manera, el vicepresidente primero aprovechaba para lanzar, sin más argumentos, un dardo al PP.

Es más, Rubalcaba se mostró convencido de que también los ciudadanos catalanes agradecerán que haya un partido dispuesto a «echar una mano en los grandes temas que afectan a Cataluña».

El Gobierno ha optado por no perder ni un minuto en dar una calurosa bienvenida a Artur Mas como nuevo presidente de la Generalitat y felicitarse por el hecho de que su investidura haya sido posible gracias a la abstención del PSC que, previamente, firmó un pacto con CiU interpretado por muchos como el inicio de la sociovergencia.

El pacto es la clave que todo lo explica y el Gobierno, por boca de su vicepresidente, aseguró estar satisfecho con el mismo aunque sobre él pesa, como una espada de Damocles, las sentencias del Supremo, que consideran incompatible con la Constitución uno de sus puntos esenciales: el mantenimiento por encima de todo del modelo de inmersión lingüística en la enseñanza catalana. Rubalcaba sorteó ayer este obstáculo asegurando no haber leído aún la sentencia.Sigue en página 5

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