07:18 (13-12-2010) | La Gaceta
El texto de la banda asesina que hablará de “verificación” de la tregua se retrasa. Interior teme que el debate interno de los terroristas dinamite el ‘proceso’. El sector más duro quiere volver a los atentados. El Ejecutivo necesita la baza del final de ETA en 2012.
Ignacio González Galán y Alberto Lardiés. MadridEl Gobierno vigila de cerca el debate interno de ETA por temor a que naufrague el próximo comunicado de los terroristas, según fuentes socialistas de toda solvencia. No es un secreto que el Ejecutivo espera que la banda asesina vuelva a pronunciarse antes de final de año. Pero no todos los etarras están de acuerdo con la estrategia a seguir para los próximos meses. El Ministerio del Interior teme que esas discrepancias se traduzcan en problemas para lograr el final dialogado del terrorismo, en el que están depositadas las esperanzas socialistas para poder presentarse en 2012 con una baza electoral decisiva.
Precisamente las discrepancias entre los etarras han retrasado el comunicado, tan manido como ansiado por el Gabinete que dirige José Luis Rodríguez Zapatero. Como ya informó LA GACETA, existe en la banda un sector más duro, ortodoxo y fanatizado que no está de acuerdo con la estrategia de los comunicados y los procesos. Se trata de los etarras menos veteranos, provenientes de la organización Segi, rama juvenil del entramado terrorista. Este grupo es el que más preocupa al Ejecutivo, puesto que con sus demandas puede acabar dinamitando las expectativas de un abandono de las armas por parte de ETA.
Fuentes de la lucha antiterrorista aseguran que el comunicado estaba previsto para el primer fin de semana de diciembre, muy cerca del Día de Navarra (3 de diciembre), fecha que los etarras han utilizado para manifestarse en otras ocasiones. Otras fuentes sostienen que el texto de la banda se iba a conocer justo el fin de semana siguiente, “unos 15 días después de que Batasuna anunciase la creación de un partido”. Fue el sábado 27 de noviembre cuando los batasunos hicieron públicos sus planes en un acto celebrado en Pamplona, con lo que este cálculo apuntaba a los días 10 y 11 de diciembre. Ahora, unos y otros han comprobado que, pese a que ETA siempre es imprevisible, el manifiesto de los terroristas se conocerá más tarde de lo que esperaban.
Llegue cuando llegue el comunicado, las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por este diario insisten en que ETA no irá más allá de pedir la “verificación” de su tregua. De entrega de armas o disolución, nada de nada. Los etarras saben muy bien que la amenaza de volver a asesinar es su único argumento para negociar con el Ejecutivo el aterrizaje electoral de su rama política, Batasuna, y para lograr cesiones en materia penitenciaria. El citado sector ortodoxo ha llegado a pedir a la dirección de la banda la vuelta inmediata a los atentados. Por supuesto, no concibe nada que no sea una “victoria” y tampoco está de acuerdo con pedir a los mediadores internacionales que verifiquen la tregua. Creen, como decía el viejo manual de José Antonio Urruticoechea Bengoechea, alias Josu Ternera, que la clave es obligar al Ejecutivo a ceder cometiendo atentados de impacto, con el mayor número de víctimas posibles.
Paradójicamente, hoy es Ternera quien aboga por lo contrario. “Él es uno de los que están por la entrega definitiva de armas a cambio de volver a las instituciones y de que suelten a los presos”, sostienen las citadas fuentes. Iratxe Sorzábal, jefa del aparato político de ETA y algo más veterana, también apoya un final dialogado, a sabiendas de que la derrota policial es inevitable. Similar actitud mantienen los batasunos comandados por Arnaldo Otegui
En contra
Los terroristas que hoy lideran el aparato militar de la banda son los menos proclives a una negociación en los términos ahora planteados. Se trata de individuos como Mikel Oroz, alias Peru, o Alejandro Zobarán, Xarlas. Desde sus escondites de Francia, estos sujetos comandan la reorganización de la banda. Para el rearme y la creación de comandos, han fichado para ETA a jóvenes huidos de Segi.
Según fuentes de la lucha antiterrorista, en caso de volver a ser derrotados en el debate interno de la banda criminal, estos etarras tienen dos opciones: atentar por su cuenta para reventar cualquier atisbo de negociación (al estilo de lo que hizo Txeroki con el atentado de la T-4 de Barajas en 2006) o seguir la estrategia marcada, que no es otra que esperar en tregua hasta después de las elecciones municipales y forales del próximo 22 de mayo. Entre tanto, la rama política de ETA, Batasuna, sigue tejiendo su plan para regresar a las instituciones en los comicios con la creación de otro partido.
Pues como siempre, el gobierno negociando, y los batasunos con el mazo dando. Son todos iguales, lo malo de esto, es que siempre hay algún inocente que se come los platos rotos.
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