El ministro de Fomento separa el control aéreo de la actividad comercial en el proceso de privatización parcial de AENA, es decir, que las empresas que gestionen Barajas y El Prat no deberán lidiar con los controladores. Tampoco asumirán la deuda, según avanza la prensa salmón.
Los diarios económicos no descansan tampoco en este día festivo de la Inmaculada Concepción. De hecho vienen cargados de noticias, cada cual más preocupante, que ilustran perfectamente la crisis que está dejando España como un solar donde, además, aumenta el número de analfabetos: el informe PISA vuelve a poner en tela de juicio la calidad de la Educación en nuestro país. Justo lo que quiere el Estado, que los súbditos/contribuyentes cumplan con su función, ya saben: oír, ver y pagar.
Lo más destacable lo publica el diario de Prisa, Cinco Días, en un artículo que ayuda a comprender lo que ha pasado este fin de semana en los aeropuertos españoles. Resulta que el proceso de privatización de una parte del ente público AENA no va a ser tan bueno para los bolsillos de los ciudadanos, que seguirán respaldando con sus impuestos la enorme deuda acumulada en la última década gracias a la gestión desastrosa de los sucesivos gobernantes.
Y no sólo eso, sino que el ministro de Fomento, José Blanco, cumplirá con lo pactado y sacará a los controladores del proceso de concesión de los aeropuertos para que las empresas no tengan que lidiar con ellos. De eso ya se encarga el Ejecutivo. Así, los aeropuertos de Madrid- Barajas y de Barcelona-El Prat serán gestionados por empresas que sólo deberán preocuparse de la actividad comercial, dejando el control en manos de la deficitaria AENA, que seguirá en manos estatales.
Las otras dos noticias de portada de Cinco Días también tienen miga. En primer lugar señala que "Industria abrirá al mercado la tarifa de la luz de 17 millones de hogares" a partir de julio de 2011.
Esto también tiene trampa, ya que el Gobierno vende a la opinión pública una falsa liberalización del sector energético, que sigue estando intervenido por un sector público que se ha caracterizado por aumentar la inseguridad jurídica, subvencionar energías no rentables y aumentar la brecha entre el coste de generación y el precio de venta. Al final, como siempre, todo se traducirá en un aumento de la factura de la luz.
La otra noticia relevante es que "EEUU y Japón emitirán 7,6 billones en bonos en 2011", de los que 200.000 millones serán vendidos por el Tesoro español. Esto supone que los Estados van a cambiar papelitos por dinero, que es la forma que tienen los países de pedir créditos a los mercados.
Esto supone que el poco dinero que hay disponible va a parar al sector público, mientras que el sector privado (empresas y familias) sufren la restricción del crédito. El fenómeno se denomina crowding out (efecto expulsión, lleva más de un año produciéndose en España y es muy dañino). El editorialista de Cinco Días se da cuenta cuando destaca que"la deuda pública daña el crédito".
En cuanto al económico de Unidad Editorial, el diario Expansión, prefiere dedicar su primera página a la pelea del sector financiero por captar depósitos. Afirma que "las empresas trasladan fondos de cajas a bancos: por las ofertas agresivas". No obstante, teniendo en cuenta el negocio total incluyendo a las familias, las cajas tienen el 52,9% del mercado.
En su Editorial, el periódico se centra en el informe PISA y lamenta que "España vuelva a suspender en educación". Resulta que estamos por debajo de la media del mundo desarrollado (OCDE) y que "el 20 por ciento de alumnos tiene un nivel de comprensión lectora que no garantiza su éxito en sus estudios". Esto es perfecto para los políticos que quieren crear una sociedad de esclavos, como advierte Fiedrich August Von Hayek en su Camino de servidumbre (Unión Editorial).
Y para terminar este breve repaso por la prensa salmón no se pierdan la entrevista que hace El Economista al ministro de Economía alemán, Wolfgang Schäuble. El que ha sido calificado por Financial Times como el mejor gestor de Europa dice que "hay que buscar una solución adaptada al país que pide ayudas". Efectivamente, está hablando de España, porque para el resto ya hay mecanismos de rescate. Abróchense los cinturones, que se avecinan muchas turbulencias en este año que está a punto de comenzar.
Este es el verdadero problema, no los controladores. Lo malo de todo esto, es que lo vamos a pagar los de siempre, los curritos de a pié de obra. Poco se han atrevido con los ricos, siempre a los mismos, son unos sinvergüenzas.
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